La moda genderless ya es (casi) mainstream
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Valencia - A estas alturas ya sabemos que Yves Saint Laurent fue un pionero en la industria. Fue uno de los primeros diseñadores que supo tomarle el pulso a la calle. Él, seguramente debido a su tímida personalidad, fue un observador nato y el streetstyle su fuente de inspiración. Desde entonces, el sector de la moda no ha podido darle la espalda al público y (casi) siempre ha bebido de las tendencias sociales.
Por eso, no es de extrañar que, igual que ocurre en la sociedad, las barreras entre lo masculino y lo femenino se hayan diluido. Desde la Alta Costura con ejemplos como Palomo Spain, Gucci, Louis Vuitton o Jacquemus, pasando por el mismo fast fashion. Sea como fuere la etiqueta de “genderless” es cada vez más recurrente. Un estilo que recibe múltiples nombres —gender-free, sin género, neutro, unisex...—, pero que no es otra cosa que vestir con libertad, independientemente del sexo o identidad de género.
Sin embargo, la moda sin etiquetas no es nada nuevo. Han existido muchos ejemplos en la historia: el francés Jean Paul Gaultier siempre fue uno de sus defensores, incluyendo faldas para hombres en sus desfiles en la década de los ochenta, así como actrices como Marlene Dietrich, Katharine Hepburn o Diane Keaton, que se valieron del traje de chaqueta como seña de identidad. Actualmente, las celebridades siguen ayudando en esta tarea de derribar estereotipos como el actor Billy Porter (Pose) o Lucien Laviscount (Emily in Paris), que han apostado por faldas, transparencias e, incluso, vestidos para sus apariciones públicas, o el australiano Jacob Elordi (Saltburn), que ha hecho del “bolso de mujer” su complemento oficial. Pero, ¿es la moda genderless algo más que una tendencia transitoria? ¿Se podría decir que es casi mainstream? En FashionUnited hemos querido hablar con varias firmas y diseñadores para descubrirlo.
Un nuevo prêt-à-porter sin género
Bajo el lema “Not only for him or for her, simply for everyone”, la marca francesa IKKS ha lanzado una línea gender-free para completar el fondo de armario. Según señalan desde su equipo creativo, “con esta colección, quisimos expresar la libertad de ser uno mismo”. El resultado ha sido una colección cápsula compuesta por diez básicos imprescindibles como gabardinas, camisetas de rayas marineras o blazers con un amplio tallaje que abarca desde las medidas de lo más pequeños a las de un hombre adulto. “No es solo una tendencia o moda pasajera, sino una verdadera forma de vivir y sentirse en armonía con la ropa”, añaden.
“Siempre hemos estado a favor de que cada uno se vista como quiera y esto implica que por supuesto las mujeres compran en hombre y viceversa. Confeccionamos prendas para que cada uno encuentre su estilo, ante todo”.
Pero este no ha sido el único caso entre firmas reconocidas de prêt-à-porter en este terreno. Desigual, la compañía nacida en Barcelona en 1984, lanzó el año pasado su primera colección 100 por cien genderless en colaboración con el diseñador Hed Mayner. Desde Japón hasta Europa, esta cápsula tenía como objetivo reinventar los clásicos atemporales. Un estilo de aire minimal, volúmenes fluidos y oversize, concebidos desde una perspectiva inclusiva. Aunque como cuenta Roman Lata, Head of Collabs de Desigual, no ha sido la primera vez: "cuando empezó Thomas Meyer, creó una chaqueta a base de retales de vaqueros que le habían llegado demasiado grandes para una tienda de segunda mano que tenía en aquella época. Así nació la chaqueta Mickey en 1984, una pieza amplia y unisex".
“Somos conscientes de que la idea de género es obsoleta y esto corresponde a la filosofía de Desigual desde sus inicios ‘vestimos personas, no cuerpos’. Siempre hemos estado a favor de que cada uno se vista como quiera y esto implica que por supuesto las mujeres compran en hombre y viceversa. Confeccionamos prendas para que cada uno encuentre su estilo, ante todo”, añade Roman Lata. Otros proyectos también han nacido desde el principio con esa mentalidad. La diseñadora Pia Barberis y la directora creativa Florencia Macri, por ejemplo, unieron sus fuerzas para crear Come On, una marca una marca sin género ni edad establecida en 2019. Desde Miami, presentan piezas versátiles inspiradas en la cultura punk y el surrealismo. Su filosofía busca borrar las reglas que determinan por qué, cómo y dónde se debe usar cada prenda.
La moda urbana y la gen Z, el caldo de cultivo perfecto
No hay duda de que la generación zeta ha sido una de las abanderadas de la inclusión y la autodeterminación en cuestión de género. Por eso, tampoco sorprende que su público sea afín a la moda unisex. La firma Mod Wave Movement, también conocida como MWM, nace del propio streetstyle y ha sabido establecerse en la escena urbana actual con diseños sin género. Artistas como Quevedo, Nicki Nicole, Ana Mena o Danna Paola son algunos de sus fieles seguidores. "La moda urbana y el streetwear son el escenario ideal para la inclusión de prendas genderless, debido a sus fits cómodos y holgados, estilos versátiles y el enfoque en la expresión individual, lo que hace que sea más aceptable para las personas experimentar con estilos y prendas que no se ajusten a las categorías tradicionales de género", nos cuenta Ana Casado, Brand Manager de la marca.
Tras la reciente edición de Allianz EGO en Madrid, pudimos ver que la propuesta genderless llegaba a la pasarela casi de manera unánime. Desde Peter Sposito Studio, ganador del premio Mercedes-Benz Fashion Talent, hasta otros nombres como Oriol Clavell, Adrià Egea o Juan VG. Para muchos de ellos la moda unisex no ha sido un statement de marca, simplemente ha surgido como algo natural y evidente. Al menos así lo piensa Juan Valentín-Gamazo: “nace del hecho de no planteármelo, y simplemente pensar en diseñar prendas para aquellas personas que les guste y quieran ponérselas, independientemente de su género. Hay que desvincularse del contexto donde una falda se relaciona a prenda de mujer y un traje a hombre; las prendas son simplemente prendas. La moda está para que juegues con ella y te vistas de manera en la que tu te sientas bien contigo sin pensar en etiquetas”.
“La moda urbana y el streetwear son el escenario ideal para la inclusión de prendas genderless, debido a sus fits cómodos y holgados”.
Oriol Clavell, diseñador catalán afincado en Londres, siente algo parecido. De hecho, a pesar de haber estudiado Menswear en el London College of Fashion, según explica a FashionUnited, su colección de final de carrera “ha sido llevada por más chicas que chicos". Sobre la manera de plantear el diseño y la confección de una colección sin género, Clavell admite que "hay más limitaciones", sobre todo a nivel de patronaje. “Para conseguir que todas las prendas se adecuen y puedan ser llevadas por distintos tipos de cuerpos, hay bastante prueba y error. Una manía que tengo yo es que siempre me pruebo la ropa cuando la estoy haciendo, así me aseguro que toda la gente que tenga un cuerpo sin pecho se lo pueda poner, y después siempre hago un fitting con alguien que tenga pecho, y es un poco ir jugando que el patrón funcione por ambos cuerpos”.
Para Alba Ayza de The Artelier el patronaje también es una complejidad añadida en estos casos. En su web, por ejemplo, sí que remarca la diferencia entre patrón de hombre y de mujer para prendas concretas como los pantalones. Aunque, como ella misma explica, "a mí personalmente, me quedan mejor los pantalones con un patronaje masculino y los adquiero así en base a la guía de talla". Mientras que con otras piezas como camisetas, vestidos o faldas no hacen distinción alguna.
“Nace del hecho de no planteármelo, y simplemente pensar en diseñar prendas para aquellas personas que les guste y quieran ponérselas, independientemente de su género”.
Por su parte, Michelle Lima, fundadora de MAL Studio Custom Project y ganadora del premio Allianz EGO Confidence In Fashion, cuenta que sus inicios por la moda unisex puede que surgiera de sus visitas a las tiendas vintage y de segunda mano en Bilbao, donde “encontraba prendas de los ochenta y los noventa que no estaban separadas por género”. Mientras que para Adrià Egea, otro de los creadores emergentes de la última edición de MBFWMadrid, remarca que su interés por los volúmenes y las siluetas, llega a dejar en duda incluso el género de la persona que lleva sus diseños. "No limito mi expresión artística a normas predefinidas de género. Este enfoque sin restricciones me permite explorar la moda de una manera más creativa y liberadora”, añade. Una frase que resume perfectamente esta nueva filosofía que parece que ha llegado para quedarse.