Acusan a El Corte Inglés de beneficiarse de los abusos de su cadena de valor
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Nuevo caso de abusos, y nuevamente relacionados con el oscurantismo que suele practicarse dentro de las cadenas de valor y de las redes de proveedores sobre las que descansan los modelos de negocio de las grandes compañías internacionales, del que nos hacemos eco hoy desde FashionUnited, después de conocer las acusaciones que el Worker Rights Consortium (WRC) ha realizado contra El Corte Inglés. Compañía española de grandes almacenes propietaria, entre otras, de la cadena de moda Sfera, a la que esta organización internacional independiente con sede en Washington D. C. acusa de beneficiarse de los abusos y las disfunciones que se habrían venido practicado dentro de su cadena de valor.
Los hechos concretos estarían relacionados con la compañía Heart and Mind Apparel Co., una empresa de Tailandia, radicada en la provincia de Nakhon Pathom, especializada a la producción textil y de ropa. Un papel en el que se habría desempeñado como proveedora de grandes compañías de primer nivel, suministrando prendas de moda infantil para la estadounidense PVH Corp., dueña de marcas tan conocidas como Tommy Hilfiger o Calvin Klein; para Children Worldwide Fashion (CWF), la licenciataria de la línea de moda infantil de Marc Jacobs Internacional; y para El Corte Inglés.
Impagos que se remontan a 2017
Según detallan desde el WRC, en base a las informaciones recogidas durante una investigación de la que daban buena cuenta a finales de este último mes de diciembre de 2021, la dirección de Heart and Mind, antes de que la fábrica cerrara definitivamente sus puertas el pasado diciembre de 2017, llevó a cabo una serie de prácticas abusivas dirigidas al único propósito de negar a 98 de sus empleados el pago de la cantidad total que se les adeudaba, así como las indemnizaciones por despido a las que tenían legalmente derecho. Sumas a las que esta proveedora debía de haber hecho frente en base tanto a la ley tailandesa como a los códigos de buenas prácticas de sus principales clientes.
Así pues, la compañía llegó a librarse del deber de llevar a cabo esta serie de pagos, mediante la aplicación de una serie de métodos coercitivos frente a lo que no obstante ya habrían pasado a responder tanto Marc Jacobs como su licenciataria CWF y PVH, abonando una buena parte de la suma a deber. Un compromiso con el que tratarían de corregir estos abusos que se habrían dado dentro de sus respectivas cadenas de valor, del que según el WRC se habría decidido en contra por mantenerse al margen El Corte Inglés.
Trabajadores en un alto grado de vulnerabilidad tras la irrupción del Covid-19
Durante su fase de investigación, desde la organización por los derechos de los trabajadores detallan que llegaron a entrar en contacto con un total de 49 extrabajadores de Heart and Mind, a los que se les adeudaría una cantidad que ascendería a unos 149.366 dólares en concepto de indemnizaciones impagadas. Una cantidad que no deja de ser anecdóticas entre los balances del conjunto de estas grandes multinacionales, y que dado que Heart and Mind había dejado ya de existir como empresa, el WRC trató que abonasen de manera solidaria las empresas a las que la compañía tailandesa había venido suministrándoles prendas.
Se trataba esta de la única solución que estimaron como realista desde el WRC llegada la hora de tratar de devolver a este grupo de trabajadores unas cantidades que, a pesar de los años transcurridos, habrían confesado que les están ya sirviendo de gran ayuda a la hora de hacer frente a la difícil situación en la que se encontrarían tras la irrupción de esta pandemia por coronavirus. Pandemia a la que, destacan, han debido de hacer frente en una situación extra de vulnerabilidad, debido precisamente en parte al no haber podido disponer con antelación de esas cantidades que se les adeudaban.
“Mi hija y yo sobrevivimos gracias a los paquetes de alimentos que recibimos de personas caritativas y algunas organizaciones”, habría declarado una de las trabajadoras afectadas al WRC. Organización a la que esta madre de dos niños explicaba que la fábrica en la que había venido trabajando desde el cierre de Heart and Mind ahora también ha suspendido sus trabajos como consecuencia de la pandemia, dejándola sin los recursos necesarios para hacer frente a sus necesidades básicas y la de su familia. “¿Qué debo hacer? No tengo suficiente dinero para comprar buena comida, y tenemos que ahorrar dinero para otras necesidades”, se lamentaba. Siendo el suyo un destino similar al que habrían experimentado otros trabajadores afectados, entre los que se encontrarían trabajadores que han perdido sus hogares y han pasado a depender de familiares cercanos, o aquellos como un trabajador que explicaba al WRC que actualmente subsistía de una concatenación de trabajos temporales, incluido el de la búsqueda entre la basura de materiales para reciclar.
“Tres años después, y después de sufrir más pérdidas de empleo e ingresos debido al Covid-19, los trabajadores, ahora más que nunca, necesitan esta indemnización legal para sobrevivir”, sentencian desde el WRC. “El denegar de la indemnización legal que les corresponde genera muchas dificultades a los trabajadores de la confección”. “Debido a los salarios crónicamente bajos que se dan dentro de las cadenas de suministro de las principales marcas de ropa, las débiles redes de seguridad social que brindan los países donde eligen producir su ropa y la aplicación deficiente de las leyes laborales locales, la mayoría de los trabajadores de la confección tuvieron que hacer frente a la pandemia del Covid-19 sin margen alguno de seguridad económica”, explican desde la organización. Siendo este caso “sin resolver del robo de la indemnizaciones en Heart and Mind Apparel”, uno de los que mejor evidencian “esta triste realidad”.
El Corte Inglés, al margen del pago solidario de las cantidades adeudadas
Una vez conocedores de los detalles que habrían rodeado el caso de los trabajadores de Herat and Mind, empleados que habrían debido de hacer frente a amenazas e intimidaciones entre las que se encontrarían el encerrarlos en una habitación hasta que accedieran a firmar su renuncia al pago de esas indemnizaciones por despido y a una rebaja a menos de la mitad de los salarios que se les adeudaban, el WRC se puso en contacto, aseguran, con PVH Corp, con Marc Jacobs Internacional y su licenciataria CWF y con El Corte Inglés, con el objetivo, como ya apuntábamos, de que corrigieran de manera solidaria estos abusos.
Como respuesta, durante la primavera pasada de 2021 CWF y Marc Jacobs Internacional, desde donde aseguraron que no se encontraban hasta ese momento al tanto de la situación que se había dado entre los extrabajadores de Heart and Mind durante el cierre de la fábrica, se comprometieron a abonar una parte significativa de las indemnizaciones adeudadas. Unas cantidades que desde el Worker Rights Consortium no han entrado a detallar, pero que sí aseguran que han llegado ya a manos de los trabajadores afectados.
“Fue como si me hubieran quitado un peso del cuerpo… Nos ayudará a sobrevivir”, habría declarado una trabajadora afectada al WRC después de haber logrado recibir parte de esos fondos dispuestos por Marc Jacobs International (MJI) y CWF. Cantidades a las que igualmente se sumaban las aportadas posteriormente por la estadounidense PVH.
“PVH Corp. también hizo una contribución significativa de fondos a los extrabajadores de Heart and Mind”, pero “sin embargo, una buena parte sustancial de los fondos que legalmente se les adeudan a los trabajadores permanecen aún pendientes”, explican desde el Worker Rights Consortium. Y es que “a diferencia de MJI, CWF y PVH, El Corte Inglés se ha negado a aportar fondos para ayudar a los trabajadores que cosían su ropa en esta fábrica”, explican desde la organización en defensa de los derechos laborales. “Como resultado de esta negativa a asistirlos, a los extrabajadores de Heart and Mind se les sigue negando la indemnización legal que les corresponde, a pesar de sus años de trabajo produciendo prendas para El Corte Inglés, y en un momento en el que estos trabajadores están luchando por simplemente alimentar a sus familias y asegurarse el poder tener un techo sobre sus cabezas”.