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Decathlon vende su negocio en Rusia al franquiciado de Mango

Por Jaime Martinez

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Empresas

Valla publicitaria en el exterior del centro comercial de Decathlon en Köln-Marsdorf. Créditos: Decathlon.

Madrid – En una noticia que no han entrado ni a confirmar ni a desmentir desde la dirección de la multinacional deportiva francesa, pero que llega avalada por su difusión desde distintos medios “oficialistas” de comunicación y de noticias rusos, la minorista Decathlon habría ya pasado a vender todo su negocio y sus activos en suelo de la Federación Rusa a la compañía ARM. Empresa rusa, participada por la compañía de origen chipriota Tribalon —domiciliada hace cosa de dos años en Kaliningrado—, que se mantendría bajo la dirección del directivo Vyacheslav Mareev, y que además vendría destacándose, dentro del ámbito minorista ruso, como la socia franquiciada en el país de la multinacional de la moda española Mango.

En base así pues a las informaciones que se han encargado de difundir desde la oficialista cadena de noticias RT News, habría sido el mismo viceministro de Industria y Comercio de la Federación Rusa, el político ruso Viktor Evtukhov, quien se habría encargado de confirmar la noticia, anunciado la aprobación, por parte de la comisión gubernamental para el control de las inversiones extranjeras en Rusia, de la venta de todos los activos de Decathlon en la Federación a ARM. Una operación que se habría terminado completando mediante el pago de ARM de cerca de unos 5.000 millones de rublos, unos 50 millones de euros al cambio actual, a la matriz de Decathlon, como contraprestación por la adquisición de todos sus activos en Rusia. Una cifra que se encargaban de estimar desde el medio económico de noticias ruso Vedemosti, y que en cualquier caso se habría llegado a acordar contemplando ya la obligatoriedad de aplicar hasta un mínimo de un -50 por ciento de descuento al valor de los activos de las multinacionales, establecido desde una “tasación independiente”, al que obliga la Ley rusa, para que la venta de los activos de las empresas registradas en países que han apoyado sanciones contra Rusia, con motivo de la invasión practicada por parte de su ejército en territorio ucraniano, puedan ser aprobadas por el subcomité especial del Ministerio de Finanzas de Rusia. Rebaja a la que también se sumaría el deber de realizar una “contribución voluntaria” al coste de la guerra, mediante el pago de entre un 5 y el 10 por ciento del valor de la operación.

Igualmente, según se habría establecido en los términos de la misma operación, el nuevo propietario de los activos de Decathlon en Rusia habría acordado adquirir y reabrir como fruto de la misa, 35 de las tiendas en el país, de entre el total de las 57 con las que llegó a contar la multinacional deportiva francesa antes de paralizar sus operaciones en Rusia a fechas de marzo del pasado año. Una red comercial de establecimientos que volverán de este modo a reabrir sus puertas, mediante una oleada de reaperturas que se contempla que se llegarán a practicar entre los próximos meses de octubre a noviembre de este 2023, y para las que se habrían empezado ya a formar a los nuevos equipos de trabajo, según apuntan fuentes cercanas a la compañía minorista a Vedemosti, en lo que desde ARM habrían alcanzado a cifrar como que llegará para servir a la recuperación de hasta cerca de 1.400 puestos de trabajo. Unos establecimientos para los que la misma fuente ha adelantando que todavía se desconocía si operarán bajo el mismo nombre u otro distinto al de la cadena Decathlon, pero en cualquier caso eso sí conservando su mismo modelo de negocio especializado en la comercialización de artículos deportivos.

Una postura dispar entre las cadenas de la familia Mulliez

Vinculada a la Asociación de la Familia Mulliez (AFM), el holding familiar de la familia Mulliez desde el que se trabaja a favor de los intereses económicos de todos y cada uno de los miembros de la acaudalada familia francesa, Decathlon suspendía sus operaciones en suelo de la Federación Rusa a fechas del pasado mes de marzo de 2022. Un cese temporal de sus operaciones que realizaban una vez que quedaban constatadas las dificultades que hacían imposible a la compañía “mantener su actividad en Rusia”, en lo que se descubría así como la antesala que ha conducido hasta esta venta final de todos sus activos en la Federación a ARM.

Un camino por el que no obstante se han negado a transitar otras importantes compañías vinculadas a la familia Mulliez, como es el caso de la cadena de supermercados francesa Auchan, operada en España bajo la marca Alcampo, y que continúa a pleno funcionamiento en Rusia, o el de Leroy Merlin. Cadena especializada en artículos de bricolaje que, en una opción intermedia, seguirá operando en el país, pero bajo la dirección local que venía encargándose de su gestión, y a la que, en línea con lo anunciado por la multinacional a fecha de este pasado mes de marzo de 2023, se le está terminando de transferir todo el control de su negocio en Rusia, como parte de una operación que, al igual que la de Decathlon, deberá finalmente contar con el correspondiente visto bueno y con la aprobación de las autoridades rusas.

De Inditex a Mango y H&M: Rusia, una la “trampa” para las cadenas occidentales

A medida que se ha venido alargando la “operación militar especial” iniciada, durante la madrugada del 24 de febrero de 2022, por parte del ejército ruso sobre Ucrania, las principales multinacionales de la moda no han podido encontrar mayor solución a la “trampa” en la que se veían envueltas como consecuencia del inicio de la guerra, que la de ir tratando de adoptar resoluciones más firmes a los “cese temporales” de actividad que, prácticamente todas ellas, terminaban por asumir durante los primeros meses de la contienda. Un primer acuerdo que se decidían a adoptar entre muestras genuinas de rechazo a los juegos de poder emprendidos por parte del presidente Putin sobre Ucrania, y las inevitables presiones a las que se estaban viendo sometidas por parte de la opinión pública de los países occidentales.

En consecuencia, y a la vista de que el final de la guerra se empezaba a visualizar más en el largo plazo que en el corto, las mismas compañías multinacionales han venido adoptando en estos últimos meses una suma de resoluciones, en las que han entrado a jugar, ya no solamente los intereses que podrían tratar de preservar para con ellas mismas como compañías, sino las “responsabilidades” que cada una de las multinacionales guarda tanto hacia los consumidores rusos, como igualmente frente a los miembros de sus propios equipos de trabajo en la Federación, y a los socios comerciales de los que se habían venido valiendo para operar sobre territorio ruso. Un país desde cuyo Gobierno, y tal y como ya nos encargábamos de apuntar desde FashionUnited a finales de marzo de 2022, solamente han alcanzado a plantear tres escenarios a las compañías con activos y presencia en el país antes de la guerra: la de continuar con normalidad con todas sus operación en la Federación como hasta ahora, sea el caso de Auchan; la de dejar de operar en Rusia, paralizar de manera unilateral la producción y despedir a todos sus trabajadores, en una falta a sus “compromisos” para con el país que se ha esgrimido como excusa para la incautación de los activos de multinacionales como Danone o Carlsberg; o la de ceder sus negocios en el país y dejarlos en manos de socios rusos.

De los tres escenarios perfilados desde el Kremlin, ha sido este último por el que finalmente más se han decidido las multinacionales occidentales, en lo que ha terminado dejando dispares ejemplos, entre aquellas compañías como Inditex que se han decidido a dejar de operar en Rusia vendiendo todo su negocio en el país, y aquellas otras que, por su modelo de negocio, veían imposibilitada esa vía, como son el caso de las igualmente compañías españolas de la moda y del lifestyle Mango, Tendam y Tous. Empresas todas ellas que siguen operando en Rusia, pero no de manera directa, sino sobre el mismo modelo de franquicias que ya formaba parte de su modelo operativo sobre la Federación, en lo que les hacía imposible asumir una resolución como las acordadas por las direcciones de la ya citada Inditex, o de H&M. Multinacional de la moda sueca que gracias a su particular modelo operativo, y a diferencia de Inditex, que ha dejado de operar en el país tras acordar la venta de su negocio en Rusia al grupo emiratí Daher, decidía por su parte liquidar directamente y dejar de operar en Rusia, practicando su definitiva salida del país a fecha del pasado mes de agosto de 2022.

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