El frenazo económico alcanza a Nike: caída de ventas en Estados Unidos y China
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La multinacional estadounidense de la moda deportiva Nike, compañía líder de la industria desde su posición como matriz de las firmas especializadas en moda deportiva y urbana Nike y Converse y de la firma de activos digitales RTFKT, hacía públicos a última hora de la jornada de ayer sus resultados financieros concernientes a su último cuarto trimestre del año, así como los relativos a todo su ejercicio anual completo de 2021-2022. Periodo finalizado el pasado 31 de mayo de 2022, que si bien la compañía ha logrado cerrar con un ligero incremento de las ventas y de sus beneficios para todo el año, lo ha hecho a pesar de un último cuarto trimestre de ejercicio en el que ha experimentado un inquietante retroceso en términos tanto de ingresos como de rentabilidad, impulsado principalmente por el mal comportamiento que han reflejado dos de sus mayores mercados: los Estados Unidos y China.
Haciendo primeramente una valoración de los resultados de la compañía para todo el ejercicio, ya completado, de 2021-2022, Nike ha cerrado el año con unas ventas totales por valor de 46.710 millones de dólares, unos 44.170 millones de euros al cambio actual. Una cifra que representa un incremento del +4,88 por ciento con respecto a los 44.538 millones de dólares del pasado año, así como de un +24,88 por ciento frente a los 37.403 millones de dólares en ventas que Nike generaba a lo largo de su ejercicio de 2019-2020, finalizado el pasado 31 de mayo de 2020.
Como consecuencia de este ligero aumento de su volumen de ingresos, en términos de beneficios Nike cierra el año con un beneficio neto por valor de 6.046 millones de dólares, unos 5.717 millones de euros al cambio actual. Cifra que por su parte supone un aumento del +5,57 por ciento frente al beneficio de 5.727 millones de dólares de hace un año, y de un +138,13 por ciento con respecto a los 2.539 millones de dólares de beneficios de su ejercicio de 2019-2020.
“Los resultados de Nike de este año fiscal son un testimonio de la fuerza inigualable de nuestras marcas y de nuestra profunda conexión con los consumidores”, entraba a destacar John Donahoe, presidente y director ejecutivo de Nike, a través de unas declaraciones difundidas por la propia multinacional deportiva. “Nuestras ventajas competitivas, entre las que se incluyen nuestra oferta de productos innovadores y nuestro liderazgo en crecimiento digital, prueban que nuestra estrategia está funcionando, a medida que continuamos creando valor a través de nuestro implacable compromiso de servir al futuro del deporte”.
Caída de un -20 por ciento de las ventas en China
Poniendo ya el foco de atención en el comportamiento experimentado por la compañía en la recta final del ejercicio, unos meses en los que se terminaron por agudizar unas tensiones inflacionistas que ya estarían afectando a la confianza y al poder adquisitivo de los consumidores, durante el periodo de tres meses finalizado el pasado 31 de mayo, las ventas de Nike retrocedieron un -1 por ciento, pasando de los 12.344 a los 12.234 millones de dólares. Un ajuste de sus ingresos que terminó reflejándose sobre su capítulo de beneficios, con una caída del -5 por ciento de sus beneficios netos, pasando de los 1.509 de 2020 a los 1.439 millones de beneficios de este último trimestre del ejercicio de 2021.
A este respecto, y entrando a analizar el comportamiento de la multinacional, por mercados, durante el último trimestre del año las ventas de la marca Nike —la principal marca comercial de la compañía— cayeron de los 5.384 a los 5.115 millones de dólares (-5 por ciento) en Norte América y de los 1.933 a los 1.561 millones (-19,24 por ciento) en la región de la China Continental. Dos caídas, esta última se entiende que generada a razón de las nuevas restricciones y cierres impuestos en el gigante asiático con el fin de frenar la propagación de los nuevos brotes de coronavirus, que combinadas, podrían ser ya sintomáticas y mostrarse como los primeros signos de un frenazo económico sobre las dos mayores economías del mundo, que de darse como así parecen reflejar las últimas actualizaciones financieras de las grandes multinacionales como Nike, no tardarán en afectar al resto de las economías y mercados. Unas regiones que, en lo que ha supuesto ahora para la multinacional deportiva, le han servido para compensar estas caídas, con una región de EMEA cuyas ventas han aumentado, en términos trimestrales, de los 2.979 a los 3.251 millones de dólares (+9,13 por ciento), y una región de Asia Pacífico y América Latina en la que han hecho lo propio, pasando de los 1.458 a los 1.682 millones de dólares (+15,36 por ciento).
Sobre esta base, en términos de rentabilidad Nike ha informado de una pérdida de rentabilidad, en términos tanto trimestrales como anuales. Indicando a este respecto el cerrar el trimestre con un margen operativo Ebit que pasa del 15,5 al 11,6 por ciento, en un ajuste que ya en términos anuales lo hace pasar del 15,5 por ciento de hace un año, hasta un 14,7 por ciento. Todo ello se entiende como consecuencia del turbulento escenario económico en el que se mueve la multinacional, y frente al que no obstante siguen mostrándose optimistas desde su dirección, primero dada la fortaleza que la compañía supo exhibir durante el periodo de pandemia, y segundo sobre los buenos réditos que estaría cosechando a pesar y con todo en su decidido avance hacia la venta directa al consumidor. Un canal que se ha seguido consolidado este año, reflejando un crecimiento del +14 por ciento con respecto al año anterior, tras elevar sus ventas de los 16.370 a los 18.726 millones de dólares.
En este sentido, “los ingresos de Nike Direct del cuarto trimestre aumentaron un +7 por ciento”, apuntan desde Nike, “liderados por un crecimiento del +25 por ciento en EMEA, del +43 por ciento en APLA y del +5 por ciento en América del Norte, parcialmente compensados por una disminución en la Gran China”.
“En este entorno dinámico, la inigualable fortaleza de Nike continúa alimentando nuestro impulso”, entraba a destacar por su parte Matt Friend, vicepresidente ejecutivo y director financiero de Nike. “Dos años después de ejecutar nuestra estrategia ‘Consumer Direct cceleration’”, con la que la compañía aspira a contener su presencia en el canal mayorista y trata de elevarse como una vía cada vez más directa para la venta de sus propios artículos, “estamos mejor posicionados que nunca para impulsar el crecimiento a largo plazo”, mientras “servimos a los consumidores de manera directa y a escala”.