Emprendimiento español en Dubái: Montroi
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Madrid – Invitados por la organización de la Semana de la Moda de Dubái, nos desplazamos hasta el emirato más cosmopolita de los Emiratos Árabes Unidos para descubrir cómo viven la moda y cuál es esa realidad social, empresarial, comercial y económica por la que se están sintiendo atraídos un número cada vez mayor de extranjeros y de marcas internacionales, que están haciendo de él tanto su nuevo hogar, como su destino y puente comercial, financiero y turístico. Extranjeros, entre los que encontramos al emprendedor español Enrique Hormigo, fundador de la firma Montroi.
Asentado en el emirato desde que, hacia comienzos de la década de los 2010, alcanzase a desplazarse hasta Dubái para asumir la dirección en la región del departamento de marketing de la casa de modas Chanel, el español Enrique Hormigo se confiesa como un auténtico enamorado de este pequeño, pero más que vibrante, estado bañado por las aguas del golfo Pérsico. “Te atrapa”, nos confiesa durante el encuentro que mantuvimos con él el pasado mes de febrero, coincidiendo con nuestra visita al emirato con motivo de las celebraciones de la última Semana de la Moda de Dubái. Unas palabras que iban en la línea de las que nos ofrecían todas aquellas personas foráneas a las que preguntamos sobre cuál era la realidad que habían encontrado en su llegada al emirato, una demanda frente a la que coincidían al subrayar el que, sin duda, Dubái “es el lugar de las oportunidades”.
Una cuestión ya diferente eran esas “oportunidades” que, de una manera ya personal, cada una decía estar encontrando o buscar en el emirato, y sobre las que Hormigo nos aclaraba que en cualquier caso aquel Dubái al que la gente se desplazaba para hacer negocios y “hacer dinero” y después regresar a su país de origen, ha ido desvaneciéndose para dar paso a un nuevo Dubái que la gente ha empezado a entender ya como un lugar de residencia habitual y “para quedarse”. Una apreciación que sin duda no podemos poner en cuestión atendiendo a su propia historia, y a cómo no solamente él mismo no ha terminado por regresar a Europa ni a España, sino que se encuentra firmemente asentado en Dubái; emirato desde el que dirige y desde el que se decidió a poner en marcha, ya en el año 2014, y junto a su socio Samir Aghera, la firma Montroi.
Sobre esta, se trata de un proyecto realmente inspirador de casa de “lifestyle”, con artículos para las categorías de perfumería, hogar o complementos de moda en piel, desde la que Hormigo y Aghera, junto a un creciente equipo de colaboradores y artesanos, han salido a dar forma a una nueva versión contemporánea de la histórica Ruta de la Seda. Ruta de cuya red comercial llegó en su momento a destacarse Valencia, y a participar la propia localidad valenciana de Montroi de la que ha terminado por tomar “prestado” su nombre esta evocadora casa, que encontraba un último punto de inflexión en su desarrollo en la inauguración a comienzos de año de su primera “boutique” propia, en la Alserkal Avenue de Dubái. Lugar que, contrariamente a lo que alude su nombre, no se presenta como una avenida, sino como un floreciente distrito alternativo en torno al que han empezado a concentrarse galerías de arte y marcas “con propósito”. Marcas como Montroi, que ha entrado a ocupar una posición ciertamente principal dentro del trazado del distrito de Alserkal Avenue, de la mano de esta primera tienda que tuvimos la oportunidad de recorrer en primicia con motivo de su inauguración junto a los cofundadores de la firma. Un primer “tête-à-tête” sobre el que ahora profundizamos a través de esta entrevista a Erique Hormigo, desde la que el emprendedor español no solamente nos presenta los aspectos de mayor interés sobre Montroi, y sobre cómo ha venido siendo su desarrollo, sino que, con ello, además nos termina de descubrir a ese otro Dubái que ya no solamente importa talento, sino que es capaz de promoverlo y de potenciarlo desde el interior de sus propias fronteras.
Pero ¿cómo y de dónde nace exactamente Montroi?
Montroi nace hace algo más de una década, desde la visión compartida de crear una marca auténtica con la que poder identificarnos, y desde la que crear una comunidad de “nómadas”; de la intención de crear una marca dirigida a todos quienes entienden el viaje, al igual que nosotros, como una forma de vida, como un puente cultural, como una herramienta educativa, y como un canal de transformación a través del diálogo y de la experiencia compartida.
¿Qué fue lo que os llevó a decidiros por poner en marcha este proyecto?
Lo que nos impulsó a poner en marcha el proyecto de Montroi fue el deseo de volver a hacer las cosas como se hacían antes, a crear perfumes que dejan huella y que permanecen en la piel; bolsos que envejecen con belleza y conservando su calidad; productos atemporales que nos acompañen toda la vida; y productos que en definitiva tengan una historia. En la época de la Ruta de la Seda, de cuya esencia misma nace este proyecto, los viajeros se desplazaban a ciudades clave para encontrarse con los mejores artesanos. Hoy, desde Montroi, hacemos precisamente eso, viajando en busca de conocimientos transmitidos de generación en generación, y colaborando con quienes siguen creando con alma y oficio.
¿Es entonces desde ese “viaje”, desde el que vais dando forma a la oferta de la marca?
Así es, y es que inspirados en la antigua Ruta de la Seda, recorremos el mundo en busca de historias, de tal modo que cada uno de nuestros productos lo que refleja es el “savoir-faire” de unos artesanos que han perfeccionado su oficio durante generaciones.
Y ¿por qué decidisteis crear Montroi, precisamente con base en Dubái?
Elegimos Dubái como base porque representa un cruce de caminos contemporáneo, descubriéndose como un punto verdaderamente clave dentro de nuestra Ruta de la Seda moderna. Desde aquí podemos movernos entre Oriente y Occidente, conectando culturas, descubriendo talleres únicos, y dando forma a una comunidad global de nómadas que comparten nuestra misma visión.
“Existe un claro apetito por parte del consumidor hacia marcas como la nuestra; hacia marcas nicho con valores sólidos y una apuesta real por la calidad”.
¿Cuáles señalarías que han sido los mayores retos y dificultades con las que os habéis encontrado, tanto a la hora de poner en marcha la casa, como para la hora de tratar de impulsar su crecimiento?
Como en todo negocio existen dificultades a lo largo del camino, y en nuestro caso particular, la principal dificultad diría que nos la terminamos de imponer nosotros mismos al decidir que Montroi fuera un proyecto autofinanciado. A día de hoy seguimos adelante sin ningún inversor externo, pero porque era muy importante para nosotros construir una historia para la marca que fuera real, y ese poso solo se puede formar cuando vas creciendo de una manera orgánica. El precio a pagar ha sido el que, probablemente, podríamos haber crecido más rápido si hubiésemos contado con esa inversión externa, pero la decisión que tomamos nos dio mucha libertad en todo lo que ha sido el proceso tanto de construcción como de crecimiento de la firma, y seguimos manteniéndonos en la misma convicción de que tomamos la mejor de las decisiones posibles.
Sabemos con qué filosofía nace Montroi, y por qué y cómo arranca su andadura desde Dubái, ¿pero con qué objetivos se pone exactamente en funcionamiento la firma?
Partiendo de esa “filosofía” de marca, como dices, en nuestro objetivo siempre ha estado el querer trabajar con el mayor número posible de artesanos que aún existen, y con todos aquellos que en definitiva han dedicado su vida a un oficio transmitido durante generaciones. Y el querer hacerlo, no por el simple hecho de dar a conocer ese “saber hacer”, lo cual de por sí resulta ya más que positivo, sino también con la intención de aportar nuestro particular granito de arena para que esa tradición continúe viva, saliendo a poner en valor lo auténtico y tratando de dar apoyo a quienes crean de manera artesanal y con el corazón.
Y partiendo de esas intenciones, ¿dirías que habéis logrado alcanzar los objetivos que os marcasteis como proyecto, en el momento de su puesta en marcha?
La verdad es que el proyecto ha evolucionado y crecido más allá de nuestras propias expectativas, lo que nos demuestra que existe un claro apetito por parte del consumidor hacia marcas como la nuestra; hacia marcas nicho con valores sólidos y una apuesta real por la calidad.
¿Y a partir de todo lo ya conseguido?
Nuestro siguiente paso es seguir acercando la artesanía que descubrimos en los lugares que visitamos a más personas. Para ello, uno de nuestros objetivos clave es abrir nuevas tiendas propias en ciudades estratégicas, donde podamos compartir de forma directa nuestro universo, nuestros valores y, sobre todo, las historias que hay detrás de cada una de nuestras piezas.
¿Es la única iniciativa que contempláis implementar para la hora de tratar de seguir desarrollando e impulsando el crecimiento de la marca?
Contamos con varios focos desde los que seguir desarrollando la marca, pero sin duda que el más principal pasa por nuestras intenciones de reforzar nuestra presencia física abriendo nuevas tiendas propias en destinos clave, que nos permitirán conectar de forma directa con nuestra comunidad, actual y potencial. Pero al mismo tiempo vamos a buscar seguir fortaleciendo nuestras relaciones con más artesanos en distintas partes del mundo, con el foco puesto en continuar construyendo una propuesta coherente, auténtica, de valor, de interés y única.
¿Ha dónde, o mejor dicho, hasta dónde, os gustaría terminar llevando Montroi?
Llevaremos Montroi tan lejos como nos permitan hacerlo todas aquellas personas que valoran la calidad, la artesanía y lo hecho a mano. Ellos son nuestro motor, y ese nuestro horizonte.
“Haber emprendido el proyecto desde Dubái nos ha permitido viajar con gran facilidad tanto hacia el este como hacia el oeste, y eso ha sido clave para poder descubrir y colaborar con artesanos de distintos puntos clave del mundo”.
El que el proyecto haya nacido y cuente con su base de operaciones en Dubái, ¿cómo dirías que ha influido de manera positiva, y menos positiva, en el desarrollo hasta la fecha de Montroi?
La parte más positiva de haber emprendido el proyecto desde Dubái ha estado en que, como te comentaba, eso nos ha permitido viajar con gran facilidad tanto hacia el este como hacia el oeste, y eso ha sido clave para poder descubrir y colaborar con artesanos de distintos puntos clave del mundo, construyendo las bases de esa nueva Ruta de la Seda moderna a la que estamos dando forma desde Montroi.
Una nueva “Ruta de la Seda”, ¿de la que actualmente quiénes participan?
Desde Jaipur hasta Ubrique, a día de hoy colaboramos con más de 20 talleres de distintos países, a los que hemos seleccionado por su excelencia, su autenticidad y por su arraigo cultural. En Grasse, cuna mundial de la perfumería, nuestros maestros perfumistas crean fragancias capaces de evocar lugares, memorias y paisajes. En las montañas de Jebel Akhdar, en Omán, participamos cada primavera en la recolección y destilación artesanal de rosas damascenas, en estrecha colaboración con las comunidades locales, preservando la esencia de un ritual ancestral. Mientras que es en Jaipur, la “Ciudad Rosa”, donde elaboramos nuestros inciensos de forma artesanal, inspirándonos en los tonos de su arquitectura y en recetas tradicionales que honran la espiritualidad del gesto; y en Ubrique, Marrakech y Bérgamo donde diseñamos nuestros artículos de piel, siempre con materiales nobles y técnicas centenarias, y pensando cada pieza para que resista el paso del tiempo y pueda acompañar a nuestros “viajeros nómadas” en cada etapa de su recorrido.
Unos artículos que ciertamente contienen unas elevadísimas notas poéticas, artesanales y también aspiracionales, ¿pero que actualmente desde dónde comercializáis?
Desde nuestros inicios hemos ido ampliando nuestra red de colaboradores, consolidando una presencia internacional que actualmente cuenta como principales puntos de contacto con el cliente con nuestra e-commerce, y con nuestra nueva boutique en Alserkal Avenue, aquí en Dubái. Un espacio que respira creatividad y exploración, y desde el que se va mucho más allá de la exposición y venta de nuestros productos, presentándose como un lugar de encuentro entre artesanos y nómadas donde se comparten pasiones, saberes y nuevas formas de viajar. Las mismas emociones que tratamos de provocar desde los diferentes puntos de venta desde los que ya se comercializan nuestros productos, y que trataremos de generar en nuestras futuras tiendas.
Hemos hablado de la parte positiva de haber emprendido desde Dubái, ¿pero y qué hay de esa otra parte quizás no tan positiva? Porque ¿cómo señalarías que ha podido afectar al desarrollo de Montroi, el haberos decidido a poner en marcha el proyecto desde aquí, y no desde otro punto de esa nueva “Ruta de la Seda” que estáis construyendo y que se presenta como la auténtica columna vertebral de este proyecto?
No diría que hasta el punto de haber contribuido de una manera negativa, pero la mayor dificultad que entiendo que hemos podido tener ha sido que Dubái, al ser un “hub” relativamente joven, no cuenta todavía con un gran histórico de marcas de alta calidad que comparta una filosofía similar a la nuestra. Eso ha hecho que resulte más difícil encontrar sinergias y referentes locales con los que poder “construir comunidad” desde aquí.
“Queremos seguir trabajando con los pies en la tierra, y desde allí donde nace lo auténtico”.
Teniendo en cuenta y bien presente ese bagaje multicultural sobre el que estáis construyendo Montroi, ¿contempláis el que el proyecto pase a desarrollarse en algún momento desde otro lugar que no sea Dubái?
Bueno a día de hoy muchas decisiones ya no se toman únicamente desde Dubái, sino que parte del proyecto se desarrolla desde lugares como Jaipur, Omán o Túnez, y la idea es que esas dinámicas vayan en aumento. En realidad, y precisamente por lo que señalas, nunca hemos tenido como objetivo centralizarlo todo ni operar desde una única sede, sino que lo que buscamos es estar cerca de donde suceden las cosas; de donde están los artesanos y la esencia de cada producto. Por tanto no aspiramos a tener una gran oficina en una gran ciudad, y ni mucho menos a fabricar lejos de esa realidad. Queremos seguir trabajando con los pies en la tierra, y desde allí donde nace lo auténtico.
Con estas particularidades que presenta Montroi, estaríamos ante un proyecto que nace con una marcada mirada en lo local, ¿pero y dirigido a mercados muy concretos e igualmente locales, o a una audiencia mucho más internacional?
Nuestro target es global, pero no creamos pensando en adaptar lo que hace el artesano para que guste en un país concreto, sino que nos mantenemos fieles a su forma de trabajar. A día de hoy tenemos perfumes que se venden mejor en unos países que en otros, y así ocurre con el resto de nuestros productos, y no pasa nada. Nuestro objetivo no es tener un “best seller” mundial. Hacemos lo que es auténtico y mantiene los valores de la marca, luego ya veremos dónde funciona mejor.
- Fundada en Dubái en 2014 por el español Enrique Hormigo y el indio Samir Aghera, Montroi busca revivir la Ruta de la Seda con productos de estilo de vida hechos por artesanos.
- La firma abrió a principios de 2025 su primera “boutique” en Dubái, y mantiene por objetivo abrir nuevas tiendas propias en ciudades estratégicas.
- El haber sido fundada y el haber mantenido su sede central en Dubái ha resultado clave para Montroi por su ubicación estratégica entre Oriente y Occidente, facilitando la conexión con artesanos tanto al este como al oeste del emirato.