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Gap, en pérdidas

Por Jaime Martinez

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Photo Credits: Grupo Gap, imagen de archivo.

La multinacional estadounidense Gap, considerada como la compañía especializada en el ámbito de la moda más grande de todos los Estados Unidos en su condición de matriz de las firmas y cadenas Gap, Old Navy, Banana Republic y Athleta, ofrecía a última hora del día de ayer una primera actualización sobre sus cuentas concerniente al primer trimestre de su nuevo ejercicio fiscal de 2022. Periodo de tres meses finalizado el pasado 30 de abril de 2022, durante el que la compañía no llegó a cumplir con las previsiones, reflejando en contra una caída en ventas que, sumada al incremento de los costes operativos, ha terminado empujando al Grupo ya no solo nuevamente a unos niveles de facturación por debajo de los registrados previamente a la irrupción de la pandemia por coronavirus, sino también a terreno negativo en términos de beneficios.

Entrando a poner valor a estas estimaciones, el Grupo Gap ha arrancado este inicio de nuevo ejercicio de 2022 con una facturación por valor de 3.477 millones de dólares, unos 3.232 millones de euros al cambio actual. Una cifra de ingresos que supone una caída del -12,88 por ciento de sus ventas frente a los 3.991 millones de dólares que reunía al cierre del mismo primer trimestre del pasado ejercicio de 2021; manteniéndose eso sí un +65 por ciento por encima de los 2.107 millones de dólares en ventas que terminaba generando durante el mismo primer trimestre del complicado ejercicio de 2020. Terminando, como bien ya apuntábamos, situándose igualmente en un -6,18 por ciento por debajo frente a los 3.706 millones de dólares en ventas que generaba durante el primer trimestre de 2019, el último ejercicio que llegó a completarse al margen de los efectos de la pandemia.

Como respuesta a esta caída de la facturación, y sumándose a las presiones inflacionistas que están afectando por entero al sector de la moda y a los problemas propios a los que están tratando de hacer frente las propias marcas del Grupo, Gap ha cerrado este primer trimestre del año con unas pérdidas netas por valor de -162 millones de dólares. Cifra muy distante del beneficio de 166 millones que llegaba a reunir durante el mismo periodo de 2021, mejor eso sí a las pérdidas de hasta -932 millones que llegó a arrastrar al cierre del mismo primer trimestre de 2020, e igualmente muy lejos del beneficio neto de 227 millones que firmaba al cierre del mismo periodo de 2019.

“Nuestros resultados del primer trimestre y las perspectivas actualizadas para el año fiscal de 2022, reflejan principalmente los vientos en contra que están soplando en toda la industria, así como unos desafíos en Old Navy que están afectando a nuestro comportamiento a corto plazo”, trataba de explicar Sonia Syngal, directora ejecutiva del Grupo Gap, a través de unas declaraciones hechas públicas por la propia compañía estadounidense. “Si bien estamos decepcionados por ofrecer unos resultados por debajo de las expectativas, confiamos en nuestra capacidad para sortear los vientos en contra y volver a estabilizar el negocio de Old Navy, para continuar así ofreciendo un progreso en nuestra estrategia a largo plazo”.

En este misma línea, insistía Syngal, “creemos que podemos sortear este periodo de agudas disrupciones y construir una empresa aún más resistente y ágil”. Para ello, “seguimos anclados en nuestra confianza en nuestras icónicas marcas con propósito, Old Navy, Gap, Banana Republic y Athleta, y estamos decididamente enfocados a lograr un permanente progresos en nuestro plan estratégico Power Plan”, con el que así “encarrilar la compañía para conseguir volver a generar un crecimiento, una expansión de los márgenes y un mayor valor para nuestros accionistas a largo plazo”.

Caída de facturación en Old Navy y en Gap

Entrando a analizar el comportamiento de la compañía a lo largo de este arranque de ejercicio, por marcas comerciales, Old Navy siguió manteniéndose como la principal cadena del Grupo Gap, con unas ventas totales que ascendieron hasta los 1.841 millones de dólares. Cifra que supone una caída de hasta un -19,25 por ciento de las ventas frente a los resultados de hace una año, en lo que desde la multinacional achacan a los desequilibrios en tallas y surtido, a los continuos retrasos en el inventarios y a los problemas de aceptación de algunos productos de ciertas categorías clave por parte de su público.

Como segunda principal marca de la compañía, nos encontramos con una Gap cuyas ventas por su parte han caído un -11 por ciento con respecto al año anterior, hasta los 791 millones de dólares. Caída que en su caso desde la multinacional estadounidense achacan a la desaceleración de la demanda derivada de las presiones inflacionistas, que ha empezado a afectar al poder adquisitivo de los consumidores, así como a los igualmente retrasos en su inventario. Causas a las que además se sumarían los efectos negativos para la cadena que habrían igualmente provocado los cierres forzosos relacionados con el coronavirus y la desaceleración de la demanda en China.

En tercer lugar, y aportando uno de los pocos aspectos positivos que reflejan las cuentas de la compañía en este inicio de ejercicio, Banana Republic logra aumentar sus ventas un +24 por ciento, hasta los 482 millones de dólares. Una subida que se justifica por parte del Grupo como la respuesta que están recibiendo la firma y sus colecciones tras el relanzamiento de la marca el año pasado, y en especial como fruto de su apertura y mayor profundidad en las categorías de ropa de “ocasión” y de trabajo.

También en el lado positivo nos encontramos con Athleta, la firma de moda deportiva del Grupo Gap y su cuarta mayor marca por volumen de negocio, después de lograr aumentar sus ventas un +4 por ciento con respecto a hace un año, hasta los 360 millones de dólares. Un aumento de los ingresos al que desde Gap apuntan que vendría a confirmar la buena posición de Athleta, y su cada vez mayor relevancia, dentro del sector de la moda deportiva.

Mientras tanto, en cuanto al comportamiento de la multinacional, por mercados, los Estados Unidos se mantienen como la principal área económica en importancia para la multinacional, con unas ventas a lo largo de este trimestre por valor de 2.933 millones de dólares (pérdida de un -14,34 por ciento respecto al año anterior). Mercado seguido en esta línea por Canada, con unas ventas que ascendieron hasta los 263 millones de dólares (+0,77 por ciento); Asía, con una facturación de 157 millones de dólares (-12,78 por ciento); y finalmente Europa, responsable de aportar 58 millones de dólares (-19,44 por ciento) a las cuentas de la compañía. Cerrando ya con un capítulo de “otras regiones”, que suma otros 66 millones de dólares (+22,22 por ciento) al balance del Grupo.

Ajuste de previsiones para lo que resta de ejercicio

De cara a lo que resta de este ejercicio fiscal de 2022, y tras los malos resultados cosechados en este arranque del año, desde el Grupo Gap han decidido ofrecer una nueva hoja de ruta, con unas previsiones en las que ya contemplan una caída de la facturación para el cierre del ejercicio en el rango de un dígito de entre bajo a medio. Una contracción de las ventas que habrá que esperar para comprobar de qué manera termina afectando a su rentabilidad, pero que no impedirá al Grupo seguir adelante con unas inversiones de capital de aproximadamente 700 millones de dólares. Mientras que, en cuanto a su red comercial, la compañía aspira a abrir entre 30 y 40 tiendas de las marcas Old Navy y Athleta a lo largo de este año, aperturas que compensarán en parte las cerca de 50 tiendas de Gap y de Banana Republic que cerrará en América del Norte este año, como parte de su plan estratégico para echar el cierre a hasta 350 de sus puntos de venta.

“Estamos revisando nuestras perspectivas para el año fiscal de 2022, para reflejar el impacto de ciertos factores que afectan a nuestro desempeño a corto plazo, incluidos los desafíos en la ejecución del negocio de Old Navy, las incertidumbres en el entorno del consumo a nivel macro, los vientos inflacionistas y de costes que soplan en contra, y una desaceleración en China que está afectando a la marca Gap”, explicaba por su parte Katrina O’Connell, vicepresidente ejecutiva y directora financiera del Grupo Gap. Así pues, “esperamos que nuestro comportamiento mejora modestamente en la segunda mitad del año, y se acelere a medida que ingresamos en el año fiscal de 2023”. “Creemos que nuestra estrategia a largo plazo es la correcta”, añadía de manera confiada O’Connell, y “estamos tomando medidas para posicionar nuestras marcas, plataformas y equipos para capitalizar las importantes oportunidades que se avecinan”.

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