Kering: Luca de Meo promete decisiones rápidas, "claras y contundentes" para "racionalizar, reorganizar y reposicionar" algunas marcas
"La situación actual (...) refuerza nuestra determinación a actuar sin demora", declaró el martes el italiano Luca de Meo, durante la asamblea general de accionistas de Kering que debe validar su nombramiento como nuevo director general del grupo.
"Esto exigirá decisiones claras y contundentes", subrayó. "Deberemos continuar reduciendo nuestra deuda y, donde sea necesario, racionalizar, reorganizar y reposicionar algunas de nuestras marcas", añadió.
"Evidentemente, hoy no es el momento de detallar nuestro futuro plan estratégico, que construiré con los equipos para presentarlo en la primavera de 2026", indicó Luca de Meo, que asumirá el cargo el 15 de septiembre.
El futuro director general reconoció que "estas decisiones no siempre serán fáciles". "Pero las tomaremos con lucidez, exigencia y el sentido de la responsabilidad que corresponde a nuestro rol como directivos, garantes de un legado valioso y de un futuro que debemos continuar desarrollando", señaló.
"Seremos rápidos, eficaces y decisivos. Vamos a consolidar los cimientos de la casa y a construir un grupo de lujo aún más integrado, más ágil y con un espíritu de conquista reforzado", afirmó. "Esto implicará, sin duda, esfuerzos por parte de todos: la dirección, los colaboradores, nuestros socios, nuestros proveedores y también un poco de confianza por parte de ustedes, los accionistas", estimó.
Unos minutos antes, François-Henri Pinault, que mantendrá la presidencia de Kering, había descrito a Luca de Meo como "un estratega, un constructor y un hombre que comprende las marcas".
"Es una persona muy atenta a la importancia de la creación y que comprende perfectamente lo que representa una casa o lo que representa un estilo o incluso un patrimonio", explicó, declarándose "convencido de que sabrá desarrollar" lo que el grupo ha "construido".
El directivo italiano de 58 años tendrá que enderezar el rumbo de Kering, que anunció en julio una caída del -46 por ciento de su beneficio neto en el primer semestre, a 474 millones de euros, y un desplome del -16 por ciento de su cifra de negocios, a 7.600 millones de euros.
"Soy consciente de que en los dos últimos años hemos encontrado dificultades importantes, pero hoy se está haciendo todo lo posible para poder recuperarnos", consideró François-Henri Pinault durante la sesión de preguntas de los accionistas.
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