La propietaria de American Apparel abre negociaciones para su venta
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Madrid – La multinacional de la moda y del textil canadiense Gildan Activewear, propietaria de una cartera de marcas propias liderada por la firma de moda American Apparel, así como proveedora y distribuidora de Under Armour para los Estados Unidos y Canadá, ha anunciado que abre negociaciones para su venta. Un proceso que no llega más que para terminar de alimentar la dura pugna por el control de la compañía que mantiene enfrentadas a su ejecutiva con la compañía Browning West, inversora de referencia dentro del capital de la empresa con cerca de un 5 por ciento del total de sus acciones.
A lo largo de un críptico comunicado emitido a última hora de este pasado martes 19 de marzo de 2024, hora de Montreal, desde la dirección de Gildan Activewear, compañía especializada en la fabricación de prendas de indumentaria, deportivas, de moda íntima y calcetines, tanto para terceras marcas y distribuidores mayoristas, como para minoristas y para su propia cartera de marcas propias, de la que forman parte las etiquetas Gilda, American Apparel —adquirida por Gildan en 2017 y actualmente con ventas únicamente a través del canal online y del canal multimarca—, Comfort Colores, Goldtoe y Peds, anunciaban el que desde su dirección han pasado a conformar ya un Comité Especial de directores independientes, con el objetivo de que desde el mismo se entren a analizar distintas ofertas destinadas a abordar la venta de la compañía. Una posición que han acordado adoptar tras recibir una oferta de carácter confidencial, y no vinculante, para la adquisición de la empresa, por parte una parte interesada de la que no ha alcanzado a trascender su nombre, pero oferta frente a la que desde la junta de administración de la multinacional, que comercializa sus productos en América del Norte, Europa, América del Sur y la región de Asía-Pacífico, han respondido abriendo una fase de negociaciones con otros potenciales interesados en su adquisición, en lo que argumentan responde a su deber por velar por la protección de los intereses de los accionistas de Gildan. Compañía cuyos títulos en la Bolsa de Valores de Nueva York, una vez anunciada la apertura de este periodo de negociaciones, alcanzaban a dispararse hasta un +10,84 por ciento, tras pasar de los 45,75 a los 50,71 dólares por título, en una sola jornada.
“En respuesta a la recepción de una oferta de interés confidencial no vinculante para la adquisición de Gildan, la junta de administración de Gildan ha formado un Comité Especial de directores independientes para, entre otras cosas, revisar y considerar los méritos de la propuesta”, así como de “cualquier operación alternativa, incluida la del mantenimiento del ‘status quo’ y la de continuar ejecutando el actual plan de negocios de Gildan”, detallan a este respecto desde la dirección de la multinacional canadiense a través del ya citado comunicado. “Después de consultar con sus asesores legales y financieros, y de tener en consideración los intereses de los accionistas de Gildan y de otras partes interesadas, el Comité Especial determinó que era consistente con sus deberes fiduciarios” y que respondía con “el mejor interés de Gildan contactar con otros posibles postores, con miras a maximizar el valor de cualquier otra posible transacción”. En ese interés, el ya citado “Comité Especial, con la asistencia de sus asesores financieros, ha llevado a cabo actividades de difusión dirigidas a un pequeño número de posibles contrapartes acreditadas”, varias de las cuales “expresaron su interés en considerar una posible compra amistosa de Gildan”. Unas negociaciones que son las que actualmente siguen llevándose a cabo, y sobre las cuales, advierten desde la junta de administración de la multinacional, “no se puede garantizar” que finalmente vaya a producirse “alguna transacción como resultado de estas discusiones”, sobre las que Gildan “continuará brindando actualizaciones según corresponda”.
Guerra abierta frente a Glenn Chamandy y Browning West
El que sea justamente ahora cuando en Gildan acaban de recibir esta confidencial oferta de adquisición, que es la que ha llevado, primero, a la constitución de ese “Comité Especial”, y en segundo lugar a abrir el proceso de negociación con otras posibles partes interesadas en la compra de la compañía, no hace sino más que terminar de echar más leña al fuego a la virulenta pugna por el control de la compañía que mantiene enfrentada a su directiva con la de la compañía estadounidense Browning West. Empresa que, dentro de este mismo contexto, como una de las principales accionista de la multinacional textil ha logrado forzar ya la celebración de una próxima junta extraordinaria de accionistas, fijada para el próximo 28 de mayo de 2024, desde la que van a solicitar la destitución de la mayoría de los directivos de la empresa, incluida la de su director ejecutivo Vincent Tyra, y la reincorporación como director ejecutivo de Glenn Chamandy, fundador de Gildan y quien se mantuvo como su director ejecutivo hasta su destitución el pasado 11 de diciembre de 2023. Fecha en la que se anunció el nombramiento de Tyra como nuevo CEO, cargo que pasó a ejercer el 15 de enero de 2024 pese a que en un primer momento estaba previsto que lo hiciese a partir del 12 de febrero, tomando el testigo entonces como principal ejecutivo de la compañía, no de manos de Chamandy, sino de Craig A. Leavitt, quien se mantuvo durante todo ese periodo como presidente y director ejecutivo interino.
Con respecto a este turbulento relevo en los órganos de dirección, a pesar de que en un primer momento todo parecía responder a los planes prediseñados desde la misma junta de administración, y por el propio Chamandy, para impulsar la compañía hacia una nueva etapa de crecimiento y consolidación, escasamente nueve días después de anunciar el nombramiento de Tyra como nuevo CEO, en una carta abierta dirigida a los accionistas desde la junta directiva de Gildan aclaraban que el relevo había sido finalmente fruto del acuerdo alcanzando para destituir a Chamandy, por unanimidad, como director ejecutivo de la compañía. Y es que a pesar de que el plan de relevo en el órgano de dirección de la empresa, aceptado y acordado por Chamandy, era un plan en el que se había venido trabajando por tres años, desde diciembre de 2021, defendían el que el fundador de la empresa durante los últimos meses antes de su puesta en marcha trabajó de manera activa por tratar de mantenerse como director ejecutivo.
Lejos de quedar aquí el enfrentamiento entre Chamandy y la junta de administración de Gildan, estrenando ya el nuevo año desde la junta de administración emitían una nueva carta dirigida a sus accionistas, desde la que alertaban de los movimientos que estaban tratando de llevar a cabo desde la compañía Browning West, en sus intenciones por forzar la reincorporación de Chamandy como director ejecutivo de la empresa. Advertencia a la que sumaban como dato aclaratorio su convicción de que el mantenimiento de Chamandy como CEO de la empresa habría puesto en peligro el futuro de la empresa, y destruido valor para sus accionistas. Aclaraciones a las sumaban una denuncia de violación de la ley antimonopolio de los Estados Unidos por parte de Browning West en su estrategia por ganar peso dentro del accionariado de Gildan, en aras de poder hacerse con el 5 por ciento mínimo de las acciones que les otorgan el derecho a forzar la celebración de una junta especial de accionistas. Denuncia que finalmente no impedía terminar de fijar esa fecha del próximo 28 de mayo para la celebración de una junta extraordinaria, siguiendo así con lo propuesto por un grupo de inversores a proposición de Browning West, compañía en la que por su parte no han cesado de poner en cuestión el nombramiento de Vincent Tyra como nuevo director ejecutivo de la empresa, advirtiendo a los accionistas y recomendando que voten a favor de su destitución alegando para ello el que el directivo habría causado un serio perjuicio a los accionistas de buena parte de las compañías en las que se ha venido ejercido como CEO, así como hasta inclusive sacando a relucir una “relación aparentemente inapropiada”, hecha pública en los medios de comunicación, entre el mismo Tyra y uno de sus subordinados durante su etapa como CEO de Broder Bros, trabajador que actualmente se desempeña como ejecutivo de Gildan.
“La reciente cobertura dada en los medios y un informe de investigación independiente sugieren que la Junta ha incurrido en una flagrante falta del debido cuidado y juicio, al pasar por alto la relación aparentemente inapropiada del Sr. Tyra con un subordinado, que actualmente es un ejecutivo de Gildan, durante su tiempo como CEO de Broder. Bros”, anunciaban desde Browning West a través de un comunicado emitido a fecha de este pasado 13 de marzo. Ante estos hechos, “nos preguntamos si la Junta descubrió esta información profundamente preocupante durante su proceso de búsqueda de CEO, y cómo los directores en funciones se sintieron cómodos nombrando y reteniendo a un CEO que entiende que es aceptable mantener esa tipo de relación con alguien que trabajaba bajo sus órdenes”; relación sobre la que “también cuestionamos si la Junta consideró que la relación histórica entre estos dos ejecutivos podría ser fuente de conflictos y de riesgos indebidos para los accionistas y para los empleados de Gildan”. Por todo ello, y tras negar el haber desempeñado ninguna clase de papel con la investigación que ha sacado a relucir esa supuesta relación, “instamos al presidente Donald Berg y a la Junta, así como al Sr. Tyra, a reconocer que lo mejor para todas las partes interesadas de Gildan es comenzar un proceso de salida ordenado y trabajar con Browning West para reconstituir la mayoría de la Junta”.
Cierre, a la baja, en 2023
Entre medias de toda esa pugna por la dirección de la empresa, a la que ahora se terminan de sumar estas negociaciones para su venta, desde Gildan hacían públicas, a fecha del pasado 21 de febrero de 2024, las cuentas relativas a su último ejercicio fiscal de 2023. Periodo finalizado a fecha del 31 de diciembre, que la multinacional canadiense completó contrayendo sus niveles de facturación hasta los 3 195,9 millones de euros (-1,4 por ciento frente a los niveles del año anterior). Facturación y desempeño que terminó por reflejarse en un beneficio neto igualmente a la baja, por 533,58 millones de euros (-1,46 por ciento).