¿Qué significa el resultado del juicio NFT de Hermès para el futuro de las obras de arte digitales?
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Los límites del arte de los tokens no fungibles (NFT) se pusieron a prueba la semana pasada durante un juicio en el que la creación digital se enfrentó a los códigos de la moda de lujo. Al final, fueron estos últimos los que salieron victoriosos. Hermès ganó el esperado juicio contra Mason Rothschild, un artista al que la casa había acusado de infracción de marca tras publicar una serie de NFT denominados "MetaBirkins".
El conflicto comenzó después de que Rothschild pusiera a la venta 100 bolsos digitales con el emblemático estilo Birkin de Hermès en diciembre de 2021. Aunque el artista señaló que la colección se había inspirado en las iniciativas de moda "sin pieles" de la marca —como se ve en el uso de texturas esponjosas para los NFT—, Hermès no lo aprobó y envió una orden de cese y desistimiento a Rothschild.
Este se ha convertido en el primer juicio en el que se han explorado a fondo los límites jurídicos y creativos de las NFT, definidas como activos digitales autenticados mediante una certificación respaldada por una cadena de bloques (blockchain), un producto del creciente mundo de la Web3, que en gran medida ha permanecido sin regular. El caso puso en tela de juicio las difusas líneas que separan la digitalización de los activos y los derechos sobre los productos de consumo, con muchas miradas puestas en lo que podría resultar de la sentencia y en cómo podría repercutir en casos similares en el futuro.
Los límites del arte digital
Gran parte de la defensa de Rothschild se basó en la idea de que los artistas deben poder crear arte a partir de sus "interpretaciones del mundo", y sus abogados aludieron a menudo a la Primera Enmienda de Estados Unidos en su defensa. Además, insistió en que sus NFT eran "parte de un experimento", con el que pretendía cuestionar el valor del lujo. Por su parte, los abogados de Hermès insistieron en los perjuicios que podría acarrear esta falta de regulación, señalando que el concepto es aún muy nuevo y que, por tanto, los consumidores podrían no entenderlo del todo. Los dos argumentos definieron las dudas que plantea un caso así, planteando la cuestión de si hay que estar a favor de la perspectiva del consumidor o de la libertad de expresión creativa.
Shermin Lakha, abogada que supervisa casos similares y ávida compradora de NFT, fundadora y abogada gerente de Lvlup Legal, con sede en Nueva York, se sintió especialmente atraída por este caso y por su desenlace. En declaraciones a FashionUnited, Lakha dijo: "Fue interesante porque, en términos de marcas en Web3, realmente no hay jurisdicción. Por eso este caso fue tan innovador, porque realmente permitió que hubiera alguna jurisdicción en términos de Web3 y nos dio límites y directrices sobre qué hacer a continuación".
La postura de Lakha al respecto fue bastante neutral, ya que suele representar tanto a marcas como a artistas en casos similares de infracción. Desde el punto de vista de la marca, es una gran victoria para las empresas porque ahora tienen protección para las marcas que han registrado. Eso es muy importante. Para los artistas, realmente traza una línea entre lo que pueden hacer en términos de NFT y cómo pueden expresarse artísticamente".
Por su parte, Jimmy Au, responsable de streetwear y cultura de la plataforma de NFT MADWorld, tiene una opinión diferente sobre el resultado, ya que cree que ofrece un futuro mejor a los artistas que buscan monetizarse en este espacio. En palabras de Au: "En todo caso, creo que esta demanda podría despertar más creatividad en el ámbito digital. Elimina a los actores del espacio de las NFT que se han trenzado como 'imitadores' de imágenes y entidades y, en su lugar, da cabida a creadores que simplemente utilizan las NFT como trampolín para aportar novedad e innovación a las marcas existentes".
Limitaciones legales en el metaverso
Aunque algunos lo consideren un golpe para algunos artistas digitales, la sentencia envía el mensaje de que las leyes formuladas en torno a los productos de consumo pueden seguir aplicándose a su trabajo. Josh Charalambous, asociado principal de deportes, entretenimiento y propiedad intelectual, y Ciara Cullen, socia del grupo de comercio minorista y consumo, del bufete de abogados RPC, comentaron: "Es un recordatorio oportuno para los creadores de NFT -y los compradores de NFT- de que ya existe un sofisticado conjunto de principios jurídicos que pueden aplicarse a las obras que crean".El dúo prosiguió: "Al igual que el auge de los contenidos digitales en línea, la ley tiene una forma (y una larga historia) de adaptarse a las nuevas tecnologías, por lo que sería un error que los creadores pensaran que pueden ignorarlas. Sin embargo, la decisión no debe verse necesariamente como un atropello a los artistas o creadores; de lo que se trata realmente es de que las leyes de propiedad intelectual que ya existen sigan aplicándose".
Al igual que el sentir de los abogados de RPC, la decisión del jurado determinó que los NFT en cuestión podían vincularse al producto de consumo físico, que están sujetos a leyes de marcas más estrictas en el mundo real. Aunque algunos opinaron que el resultado sentaría un precedente para juicios de este calibre en el futuro, otros señalaron que aún queda mucho camino por recorrer. El dúo de abogados subraya esta opinión y señala que la legislación sobre marcas se aplica de forma diferente en todo el mundo. Por lo tanto, las cuestiones legales que rodean el tema de las NFT son bastante abiertas y podrían abordarse desde un ángulo diferente en otro mercado.
Y añaden: "Pero no nos equivoquemos: se trata de una victoria para los propietarios de marcas de muchos sectores, tanto de marcas minoristas y de consumo como de reconocidas marcas deportivas y de entretenimiento, muchas de las cuales están estudiando activamente la mejor manera de proteger su reputación, su fondo de comercio y su marca a medida que aumentan los casos de uso de las tecnologías Web3". La decisión pone en primer plano las cuestiones relacionadas con la protección de la marca en lo que se refiere a las NFT, y hace que los creadores sean más conscientes de que deben tener en cuenta el uso del contenido y la marca de otras personas.
"Esto es importante porque es mucho más fácil para los equipos de protección de marca si pueden disuadir a la gente de crear artículos potencialmente infractores, y los casos legales de alto perfil como éste pueden marcar la diferencia a la hora de recordar a los creadores la necesidad de ser conscientes de los derechos de propiedad intelectual de otros".
El futuro de la legalidad en Web3
Aunque la primera fase de este caso ha concluido oficialmente, puede que no sea el final del camino para Rothschild. En Instagram, el artista también dio pistas sobre lo que está por venir, en un post en el que afirmaba que "la lucha está lejos de terminar". Y añadió: "Me enorgullezco de haber llegado pronto a las cosas, Web3 incluido, y a veces eso conlleva dolores de crecimiento como estos. Es pronto. La mayoría de la gente no entiende qué es esto, pero eso no significa que nunca lo entenderá. Es mi deber y el de otros creadores de este espacio mostrárselo. Hay que seguir avanzando".
Los marcos jurídicos que rodean la Web3 y la industria de los metaversos también están aún en pañales, como señala Lakha, de Lvlup: "Creo que este caso será potencialmente recurrido y sólo se trata de una sentencia. Establece algunas directrices, pero podría decirse mucho más sobre el papel de los artistas y hasta dónde pueden llegar las marcas". En este caso, Rothschild utilizaba una marca registrada, pero cuando se trata de algo que no tiene tanta notoriedad, sobre todo en el caso de marcas más pequeñas y menos conocidas, el resultado puede ser distinto".
La atención de los aficionados a la moda y a las NFT se centrará ahora en el actual conflicto entre Nike y StockX, un dúo que empezó a enfrentarse después de que esta última empezara a vender NFT que se asemejaban a estilos de calzado del gigante de la ropa deportiva. Con casos como éste cada vez más evidentes, las marcas buscarán formas de protegerse en el mundo de la Web3, que evoluciona a gran velocidad, obligando a los creadores a ser más cautelosos a la hora de abordar el arte digital.
En palabras de Au, de MadWorld: "A menudo, los creadores se dejan llevar por el arte y la creatividad que hay detrás de su obra, y pueden dejar de lado las cuestiones jurídicas que la sustentan. Las marcas tienen que actuar con la diligencia debida y asegurarse los derechos de propiedad intelectual necesarios. Como esto puede retrasar el lanzamiento de las colecciones y repercutir en las estrategias, las marcas deben contratar al equipo jurídico adecuado y establecer acuerdos claros y esquemáticos con las asociaciones y los creadores".