Riccardo Tisci, ¿fuera de Burberry?
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Si hay actualmente un nombre en toda la escena de la moda que ha logrado sorprender, además mucho y para bien, con el desempeño que ha venido realizado dentro de su cargo, así como por el enorme talento y la enorme pericia con la que ha conseguido admirar a propios y a extraños en la complejísima tarea que ha practicado refundando los cimientos de una histórica casa de modas, como lo es Burberry, ese es el del italiano Riccardo Tisci. Quien se mantiene como director creativo de la firma británica desde su salida de Givenchy en 2017, y para el que ahora, y según los últimos rumores que han empezado a revolotear por los mentideros de la moda, la nueva dirección de Burberry estaría en busca de un potencial sustituto.
Demostrando un poder de convocatoria sin igual a la hora de atraer talentos como los de las modelos Irina Shayk o el de su íntima amiga Mariacarla Boscono, dos de las principales embajadoras de la Burberry de Tisci, así como a figuras igualmente vinculadas a su vida íntima como las de la artista Marina Abramovic o la cantante Madonna, es innegable ya el reposicionamiento que la casa británica ha logrado firmar desde que el italiano tomase las riendas de su dirección creativa en marzo de 2018. Momento en el que atendía la llamada de su por entonces director ejecutivo, el igualmente italiano Marco Gobbetti —nuevo director ejecutivo de Salvatore Ferragamo desde el pasado 1 de enero de 2022—, para sustituir a Christopher Bailey al frente de la dirección creativa de Burberry, del mismo modo que el propio Gobbetti lo había hecho en su cargo como director ejecutivo de la compañía. Dos posiciones que, de manera totalmente inusual dentro del mundo de la moda para una compañía de la talla de la británica, llegó a ejercer a un mismo tiempo Bailey desde mayo de 2014 y hasta la entrada de Gobbetti en julio de 2017, para finalmente a partir de ahí mantenerse como presidente de la compañía y como director creativo, hasta su definitiva salida anunciada en octubre de 2017, efectiva desde el 31 de marzo de 2018.
De firma de moda “premium” a casa de lujo
Durante los años en los que Bailey ejerció de plenos poderes sobre el devenir de la casa británica, Burberry consolido su presencia como una marca premium de prêt-à-porter sin mayores aspiraciones. Una posición que, a fecha del último ejercicio de 2017 completado antes de la llegada de Gobbetti, dejaba a la Burberry de Bailey ofreciendo un volumen de facturación por valor de 2.766 millones de libras y unos beneficios por 287,7 millones. Unas cantidades que se veían insuficientes para una casa como Burberry, que terminaba de este modo cerrando el año con una contracción de sus beneficios de un -8,55 por ciento, frente a los 314,6 millones de libras de beneficios generados durante su anterior ejercicio de 2016.
Frente a este panorama, Gobetti tomaba las riendas ejecutivas de la multinacional británica con el firme objetivo estratégico de impulsar su reposicionamiento dentro del sector del lujo, con vistas a elevar su valor hasta el punto de poder tratar de igual a igual a potentísimos jugadores de este campo, como Louis Vuitton o Gucci. Una tarea que por entonces se prometía más como una fantasía que como una realidad, y que se decidía a encomendar a un Riccardo Tisci junto al que ya había trabajado durante su etapa como director ejecutivo de Givenchy. Casa que Tisci terminaba dejando para sumarse a las filas de una Burberry para la que ha logrado crear a lo largo de estos años todo un nuevo lenguaje y un renovado imaginario creativo, que han permitido a la histórica firma británica reposicionarse y elevarse hasta lo más alto del sector de la moda lujo. Y todo ello al tiempo que ha afianzado su influencia entre las nuevas generaciones de consumidores de uno al otro extremo del mundo, mientras emprendía disruptivas activaciones que la han permitido posicionarse en cabeza de la digitalización dentro del sector del lujo, mediante la implementación de nuevas experiencias digitales de compra desde el punto de venta o del lanzamiento de los diferentes videojuegos que la casa ha venido desarrollando en asociación con desarrolladores como Tencel.
En lo que ataña a esta suma de distintas iniciativas, en todo momento estas han gravitado en torno a las nuevas creaciones, diseños y motivos ideados por Tisci, en lo que como resultado, en términos económicos, ha permitido a la firma británica elevar el precio medio de sus artículos, disminuir la cantidad de artículos rebajados y limitar su exposición en el canal mayorista. Avances que dejaban a Burberry, al cierre de su último ejercicio completo de 2021, con unos niveles de facturación por valor de 2.826 millones de libras, y sumando un beneficio de 397 millones de libras. Cifras ambas, y a pesar del ciclo dominado por disrupciones como la ocasionada por la pandemia o por las actuales tensiones inflacionistas y los permanentes bloqueos en las cadenas de suministros, superiores a las registradas por la compañía previamente a la salida de Christopher Bailey de Burberry en marzo de 2018.
Con Daniel Lee en la lista de favoritos
A pesar y no obstante de todo lo apuntado, y de ese enorme avance que ha experimentado Burberry en términos de reposicionamiento y de conexión a ojos de las nuevas generaciones de consumidores del lujo gracias al buen hacer del italiano, tras la salida de su principal valedor, Marco Gobbetti, y la llegada de Jonathan Akeroyd a la dirección ejecutiva de Burberry a comienzos de este mismo año de 2022, ya empezaban a manifestarse los primeros signos de que pudiera estar acercándose el final de un último ciclo en el histórico de la centenaria firma británica. Una sensación que sería la que también estaría reinando en las impresiones de un Akeroyd que, del mismo modo que hiciera Gobbetti, habría empezado ya a mostrar sus intenciones de nombrar a un director ejecutivo más afín a los objetivos que mantiene trazados para el futuro de la firma británica. Una nueva hoja de ruta que se presume que dará a conocer a lo largo del próximo mes de noviembre, tras la publicación de los resultados provisionales de este último ejercicio de la multinacional británica.
A este respecto, en las últimas horas era desde el medio de noticias estadounidense Wwd desde donde se atrevían, aludiendo a fuentes de la industria, a señalar que la nueva dirección de Burberry se encontraba ya analizando diferentes opciones y buscando un potencial sucesor para Riccardo Tisci al frente de la dirección creativa de la casa británica. Un cargo para el que apuntan que el italiano mantiene un contrato que vencería a comienzos del próximo año de 2023, presentándose esta como la ventana que estaría dispuesta a aprovechar Akeroyd para fichar a un nuevo creativo que se encargue de dotar de un carácter único y singular a esta nueva etapa de la firma que se abre bajo su dirección. Tarea para la que se estarían estudiando diferentes perfiles, destacando a este respecto el mismo medio el nombre de Daniel Lee como uno de los creativos con los que desde la dirección de Burberry habría abierto conversaciones.
En este sentido, y según señalan desde el mismo medio de noticias, se trataría en este caso de unas negociaciones que todavía no habrían cristalizado en ninguna clase de compromiso entre las partes, pero que de llegar finalmente a buen puerto permitirían a Lee redimirse de las sospechas de conflictividad que giran en torno a su figura, desde su tan abrupta como repentina salida de la dirección creativa de Bottega Veneta. Casa en la que desembarcaba como nuevo director creativo el 1 de julio de 2018, pero de la que terminaba saliendo, de manera apresurada, repentina y fulminante, el pasado 11 de noviembre de 2021. Momento en el que desde Kering, matriz de Bottega Veneta, anunciaban que la salida se había acordado de manera conjunta entre la dirección de la firma y el diseñador, siendo no obstante conocidos los rumores que apunta, de un lado, a la decisión de la casa italiana de no seguir su relación con el creativo en respuesta a las quejas que habrían mostrado los miembros de sus equipos de trabajo, y de otro los que apuntan del mismo modo a la falta de acuerdo que se habría alcanzado durante las negociaciones para la renovación al frente de Bottega Veneta de un Daniel Lee que había logrado situarse como uno de los nuevos diseñadores estrella de la escena de la moda.
En este mismo sentido, tampoco puede descartarse ahora el que estos rumores sobre la posible salida de Tisci de Burberry no puedan formar parte de ese mismo juego de negociaciones. Un baile habitual que puede venir acompañado de rumores lanzados de manera intencionada con el único fin de, o bien valorar la manera en la que se reciben diferentes opciones y cambios, o de incluso allanar y limpiar de obstáculos este juego de negociaciones que se puede producir a la hora de llegar a negociar la renovación con un creativo como Tisci. Diseñador que es de suponer que conoce bien el valor de la obra, brillantemente ejecutada hasta la fecha, que está llevando a cabo al frente de su área creativa para la firma británica.