La comunidad latina se inspira en Lineapelle para el futuro del calzado en la región
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La gran feria de Lineapelle se llevó a cabo en septiembre, en Italia, pero su impacto regresa a casa con cada uno de los compradores y expositores que asistieron.
Esta edición, la 104, se enfocó en temas de investigación, estilo e innovación tanto en producto como en procesos. Además, tuvo un enfoque especial en temas de sustentabilidad. Como en ocasiones anteriores, la industria no faltó a los tres días de evento en Milán, con un total de 23,800 profesionales, incluyendo 17,573 compradores. Sin embargo, lo que sí varió fue que el alcance se amplió, llegando a compradores de más países, en lugar de centrarse en Europa como era anteriormente.
En esta edición, el 57 por ciento de los compradores eran italianos y el 43 por ciento provenientes de 112 países. Algo a destacar es que dentro de los asistentes se contó con gran presencia de Estados Unidos, China, India, Polonia, Brasil y México. Y en una feria del tamaño de Lineapelle, que históricamente era más atractiva para el mercado europeo, ¿qué fue lo más destacado para la comunidad latina? En FashionUnited conversamos con Lizbeth Díaz, Directora General de Peletería Lofarey, quien asistió a la feria como compradora de México.
Más allá del producto
De acuerdo con Díaz, la experiencia de asistir a un evento de talla internacional comienza desde el ingreso al recinto, envuelto en piezas de mercadotecnia que acompañan al asistente a través de los pasillos rumbo a los pabellones. El espacio en sí comienza a inspirar a los compradores, incluso antes de conversar con los expositores, en su mayoría italianos, asiáticos y turcos.
Adicional a los productos expuestos, la compradora mexicana destaca que algo muy valioso de asistir a una feria de este tipo es la interacción entre los asistentes. Comparte que, tanto entre los stands como después de las conferencias, surgían debates o foros de interacción entre los visitantes, creando así oportunidades de compartir conocimiento, propuestas y tips de producción.
En especial, Díaz destaca el área de maquinaría, que se convertía en un mundo de consultoría y asesoría. “La demostración de funcionalidad de una máquina desencadenaba entre los espectadores un foro para compartir conocimiento, técnicas, recomendaciones o maneras innovadoras de solucionar complicaciones en el área de producción. A pesar de que no todos hablábamos el mismo idioma había mucha interacción, se creaba un espacio de debate, y eso me llamó mucho la atención. En un mundo globalizado, los mismos productos son fabricados en diferentes partes del mundo. Ya no existe una exclusividad regional de los mismos. Y con estos espacios se creaba la oportunidad de crecimiento para todos”, compartió Lizbeth Díaz.
De acuerdo con Díaz, la comunidad latina se hizo presente principalmente como visitantes. En cuanto a mexicanos, la mayoría provenían de Guadalajara y León Guanajuato, reconocidos por su alta productividad de calzado, accesorios y marroquinería. Sin embargo, también habían varios compradores de la Ciudad de México, y de otros países de Latinoamérica destacó a Colombia y a Perú. “Los representantes de marcas de calzado importantes en nuestro país recorrieron la feria visitando principalmente a quienes ya son sus proveedores. Sin embargo, en esta ocasión estaban más interesados en los nuevos productos que en un futuro serán introducidos en el mercado”, compartió la directiva. “La mayoría estaban muy interesados en conocer las nuevas tendencias y el rumbo hacia el que se encamina el mercado del calzado. Por ello la comunidad latina fue fiel espectador de los eventos, shows y conferencias que se ofrecieron a lo largo de los tres días”. Agregó también que en esta ocasión se sintió nuevamente la sensación que se vivía antes de la pandemia, dando la impresión de que el evento había retomado su fuerza.
La reinvención de la industria está en la mira
Aunque no faltó la presencia de grandes marcas de prestigio en la feria, esta edición se separó del resto al darle un mucho mayor protagonismo al futuro de la industria anclado a la sustentabilidad. Hubo un destacado papel de los materiales con un porcentaje de materia prima reciclada, y los asistentes mostraron un gran interés por abordar las consecuencias ambientales que la producción de moda ocasiona actualmente.
Al respecto, la empresaria dijo que la premisa era muy clara: “El futuro es la moda, comodidad y ecología”. “La prioridad en la feria era impulsar un cambio de comportamiento a favor de la creación de productos ecológicos. Es decir, el objetivo no sólo fue presentar productos de vanguardia, sino también hacer hincapié en la preocupación ambiental. Se hizo, por ejemplo, con certificados que avalaban la sustentabilidad ambiental y ecología de los productos exhibidos”, dijo Díaz. “En el 90% de los stands tenían un espacio dedicado totalmente a productos con algún plus que contribuyera a una sociedad productiva con un compromiso ecológico y sustentable para el mundo.”
La preocupación por reducir el impacto ambiental incluso se notó en uno de los sectores más controversiales: el de la piel. “Sin duda, Italia continúa impulsando un escenario donde ‘vestir de cuero’ sigue simbolizando elegancia y porte. Sin embargo, esta vez las tenerías eran más vocales en su responsabilidad en temas de sustentabilidad, ocupándose de cumplir leyes ambientales en cada una de las curtidoras y ofreciendo al cliente opciones en donde abordaban temas de conciencia ambiental a sus productos como un valor agregado para la compra venta de cuero fino”, explica la directora de la Peletería Lofarey. “Se percibió una reinvención en proveeduría de materia prima. Es una nueva era de pensamiento y cultura”.
Además de apostar por el reciclado, Díaz contó que también se enfatizó en cómo la industria debe buscar el menor impacto de contaminación en el caso de los productos químicos que se utilizan. El tema de la cantidad que realmente se requiere de químicos para crear los efectos en la piel fue constante, y la conclusión fue que muchos de los expositores lideraban la conversación plasmando una visión distinta, una en donde la mínima cantidad del producto químico podría garantizar los efectos deseados por el comprador.
El tema de la sustentabilidad no se queda en Milán. De acuerdo con Díaz, fue un tema importante que tanto ella, como otros miembros de la comunidad latina que visitaron la feria, se llevan para las decisiones de sus empresas en el futuro próximo. Además, comparte que otro de los temas clave fueron las tendencias. “El reto es lograr en el consumidor final del producto la sensación de regresar a nuestros orígenes desde un enfoque moderno. Lo que se viene es esa premisa de que menos es más, o el “back to black”. Todo ello respaldado de materia prima reciclada”, compartió.