Españoles Expatriados : una diseñadora en Puma, Alemania

He aquí la cuarta historia de “Españoles Expatriados” que trabajan en el sector de la moda fuera de nuestras fronteras. Entre confesiones y hechos reales, los protagonistas entrevistados nos cuentan acerca de sus retos y logros en varios países del mundo: un panorama justo de lo que ocurre en el extranjero para ayudarnos a comprender mejor cómo funciona el sector en su globalidad.

Entrevistamos a Ana Benito Junquera, nacida en la generación de los “millenials” en Valencia y expatriada en Alemania. Ana lleva un año y medio trabajando como diseñadora en Puma. Explica sobre su carrera: “Estudie diseño Industrial y desarrollo de productos en la Universidad de Valencia y al terminar hice un master de diseño dos años en la universidad técnica de Delft, en Holanda. La verdad es que cuando empecé a estudiar diseño no tenía muy claro donde iba a acabar y no sabía que con mis estudios podía acceder a hacer diseño de calzado. Cuando empecé a estudiar el master, me empeñé en hacer unas prácticas en diseño de calzado y ahí fue cuando realmente empecé a valorar la opción de poder hacer de mi pasión una carrera. Empecé unas prácticas en Puma que iban a durar un año, pero después de tres meses me ofrecieron un puesto fijo indefinido.”

A ella, este puesto le permite combinar su pasión por la moda con los conocimientos técnicos de cómo se producen las zapatillas. “Al entrar en la empresa me di cuenta de que la mayoría de diseñadores de calzado han estudiado en escuelas de diseño de moda o de diseño industrial.”

Con 26 años, Ana tiene ya un recorrido interesante y el inglés, que usa a diario en la empresa, es uno de sus puntos fuertes. “Antes de llegar a Alemania, hice un año de intercambio en la Universidad técnica de Delft, en Holanda y un semestre en la Universidad de diseño de Carolina del Norte, en los Estados Unidos.”

“Los desfiles son una gran fuente de inspiración”

La joven valenciana describe su día a día y comenta que no hay dos días iguales. “*Hay que ser flexible y poder adaptarse a todo, porque a pesar de que tenemos fechas fijas para hacer la colección, siempre aparecen cosas nuevas. Puedes pensar que será un día relajado en la oficina porque ya se han acabado las entregas y de repente llegas por la mañana y tienes una reunión donde te piden dos diseños nuevos y te toca ponerte a dibujar como una loca… Por norma general, lo que siempre hago al llegar a la oficina es dedicar por lo menos de media hora a una hora a ponerme al día con los blogs como Hypebeast, Highsnobiety o Sneakersnstuff… que son sobre todo blogs de “streetwear”. Es importante estar siempre al día sobre las tendencias y lo que los competidores están haciendo. También leo muchos blogs de moda, y me gusta ver los últimos desfiles porque son una gran fuente de inspiración”, agrega.

“Las cosas cambian constantemente”

Acerca de sus funciones en Puma, después de recibir las directrices a seguir sobre los diseños de parte de su equipo de dirección de línea de producto, suele dedicar de dos a tres semanas a diseñar. “Dibujo hasta que tengo claro que quiero para cada uno de mis proyectos. Una vez tengo clara la dirección de diseño creo una tabla de tendencias (mood board) para cada uno de ellos con imágenes de inspiración que me ayuden a comunicar de donde vienen mis ideas y en que me he inspirado. Cuando los diseños se aprueban creamos los packs de colores y materiales. El equipo de colores y materiales se encarga de darnos la paleta de colores con la que trabajamos cada temporada, y una dirección general en términos de materiales. Pero al final siempre acabo horas y horas en la biblioteca de materiales intentando buscar cosas interesantes y especiales para cada proyecto. Cuando acabamos con las fichas técnicas realizamos un viaje a las fábricas en Vietnam para mirar los patrones de las muestras. Desde mi punto de vista esta es la parte más bonita y más interesante de todo el proceso. A veces es complicado porque no siempre comprenden lo que quieres comunicar, pero ver las muestras por primera vez es algo increíble y muy especial”, comenta. “Por supuesto nada en este proceso es tan lineal y tan sencillo, siempre tenemos muchas reuniones y discusiones sobre los proyectos a lo largo de los 6 meses en los que creamos una colección. Y las cosas son constantemente cambiantes.”

La diseñadora define su experiencia como une experiencia increíble, dónde aprende muchísimo y dónde ve su trabajo valorado, lo que encuentra muy gratificante. Una suerte comparada con España, dónde explica que no le hubieran hecho un contrato indefinido ni le hubieran dado semejante oportunidad después de tres meses de prácticas. “En el departamento de “lifestyle footwear design”, no somos un equipo de diseño muy grande, lo que que hace que tu opinión se escuche y se tenga en cuenta, eso es algo que me gusta mucho de trabajar aquí”, dice.

“A nivel personal sí que se paga un peaje, a veces se me hace muy complicado estar fuera de casa. Sobre todo porque la cultura alemana y la española son muy diferentes y adaptarse a vivir en Nuremberg ha sido complicado para mí. Si pudiera tener el mismo trabajo en España me encantaría volver y estar más cerca de casa, pero creo a día de hoy conseguir una oportunidad así es complicado”.

“No hubiera conseguido esto en España”

Toda esta aventura ha sido un gran reto para ella. Viniendo desde diseño industrial ha tenido que aprender acerca de la industria a la velocidad del rayo ya que no estaba muy familiarizada. “Recuerdo que los primeros días llegaba a casa después del trabajo con la cabeza hecha un lio. Hay tantos detalles sobre la colección, los nombres de los modelos, los nombres de las diferentes reuniones, los diferentes programas que se utilizan, palabras técnicas que nunca había escuchado antes… Fue una locura tener que absorber toda esa información en tan poco tiempo.”

Entre sus tareas, Ana participa en partes de colecciones realizadas con diseñadores y otras marcas como Alexander McQueen o Mihara Yasuhiro. Otras colaboraciones se hacen con marcas emergentes más pequeñas como Stampd La, Trapstar o Alife NYC, que están más enfocadas a un consumidor “sneakerhead”. “En el futuro me encantaría poder participar más en proyectos de este tipo. Me gusta mucho la idea de trabajar con otros diseñadores para crear una colección cápsula. Creo que sería muy enriquecedor a nivel profesional, y es un intercambio muy bueno de experiencia con otros diseñadores”, opina.

Fotos: Ana Benito

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