Balenciaga rescata a la marquesa, Miyake y Thom Browne, fusionales
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La firma Balenciaga rescató este domingo la línea de los primeros vestidos que confeccionó su fundador en España, en una jornada de desfiles en París marcada asimismo por las propuestas fusionales de Thom Browne e Issey Miyake.
El diseñador georgiano Demna Gvasalia, consagrado a la dirección artística de Balenciaga tras haber abandonado el año pasado su exitosa firma Vetements, hizo desfilar a siluetas enfundadas en vestidos negros eclesiásticos que caminaban sobre el agua y bajo un cielo en llamas.
Vestidos de terciopelo anchos, abrigos con capucha, túnicas que recuerdan a las que visten curas y magistrados. El negro domina en estos looks neogóticos subrayados por ojos de vampiro rojos y uñas triangulares.
"Se trata de España, de la Iglesia. Los primeros vestidos que hizo Balenciaga eran para vestir a la marquesa para ir a la iglesia", comentó Gvasalia tras el desfile realizado a las afueras de París, probablemente en alusión a la marquesa de Casa Torres, que descubrió el talento de Cristóbal Balenciaga cuando éste tenía sólo 12 años.
La colección de prêt-à-porter para el próximo otoño-invierno degenera en una estética hardcore y fetichista, como una chaqueta negra con clavos de silicona.
Balenciaga sigue apostando a esta propuesta mixta por una silueta de hombros exageradamente anchos y marcados, como "pagodas que se elevan hacia el cielo", según la definición del diseñador.
"El desafío era superar los límites", declaró Gvasalia.
El georgiano tiene en mente nuevos planes para la firma propiedad del gigante de lujo Kering: en julio, presentará la primera colección de alta costura de la firma en más de medio siglo.
Thom Browne, de dos en dos
El estadounidense Thom Browne hizo nuevamente una demostración de fantasía y excentricidad, al presentar un desfile "animal" en un paisaje nevado.
Elefantes, girafas, rinocerontes, cerdos... Algunos modelos con gestos teatrales lucen coloridas máscaras a juego con conjuntos de rayas azules, blancas y rojas.
Faldas y corsés modernos, pertenecientes tradicionalmente al vestuario femenino, se combinan con finas corbatas.
Y es que la fusión de géneros es total en la colección de Browne: él y ella caminan juntos vestidos de forma idéntica. Van tocados de un sombrero de tul que incluso dificulta identificar quién es el hombre y quién es la mujer. Se pasean con bolsos con forma de caballo, oveja o vaca.
Interconectados con Miyake
El japonés Issey Miyake, artífice de pases cada vez más artísticos, reflexionó sobre la interconexión de las personas de distintas culturas.
Suéteres y túnicas están cosidos entre sí mediante la prolongación de cada prenda, de manera que los modelos están físicamente unidos por lo que llevan. Algunos se dan también la mano.
Aunque se trata de la colección otoño-invierno, Miyake propone pantalones agujereados a nivel de la rodilla, como si se hubiese inspirado en los patios de escuelas.(AFP)