Chanel lanza el ancla en el Gran Palacio de París para presentar un "desfile crucero"
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¡Embarque inmediato! Karl Lagerfeld logró este jueves recrear la magia de los viajes por barco instalando una enorme carcasa que imitaba a un trasatlántico de lujo en el Gran Palacio de París para presentar su colección de crucero.
En este decorado espectacular, más bello que la realidad de los viajes actuales, no faltó nada: ni las chimeneas humeantes que recordaban a los barcos de principios del siglo XX, ni los amarres, ni los graznidos de las gaviotas, ni el murmullo de las olas. Incluso había una sirena de niebla.
El cielo estrellado de una noche de verano incluía efectos especiales que recreaban los reflejos argentados del mar, para que la ilusión fuera perfecta. Después de varios desfiles crucero presentados en los siete mares (Singapur, Dubái, Seúl, La Habana, etc) Chanel lanzó el ancla en París por segundo año consecutivo, eligiendo su ciudad sede para presentar esta colección de media estación.
Estas colecciones de Crucero nacieron en su origen como una propuesta elegante para quienes querían emprender un viaje sin perder el estilo cuando hacían la maleta. Ahora forman parte del ciclo de la moda que busca introducir novedades intermedias entre las colecciones Primavera/Verano y Otoño/Invierno.
Las modelos desfilaron sobre el muelle donde estaba atracado "La Pausa", el impresionante trasatlántico que hacía referencia a la embarcación que Gabrielle Chanel tenía en la Costa Azul.
La propuesta con un aire retro estuvo marcada por las boinas en tonos claros, las medias blancas y los zapatos con presillas.
Una colección en tonos pastel
Este paseo por los clásicos de Chanel no olvidó su traje emblema, que fue reciclado en una versión informal, combinado con pantalones rayados y fluidos. Esta propuesta rescató la veneración de Coco Chanel por la simplicidad y la elegancia de los uniformes marinos con chalecos y pañuelos con aires de trajes para tripulantes y accesorios en forma de boyas.
Esta encarnación de los sueños de la creadora de la casa, reinterpretados por un Lagerfeld sin miedo a combinar, incluyó propuestas como vestidos de plástico, combinados con una boina y un pañuelo de seda.
En la colección dominaron los tonos pasteles con un fondo en negro, en el que dialogaban el clásico punto Chanel, con el cuero, las transparencias y las rayas. Brillos con seda y encima lana o cuero negro y encima un impermeable marinero rojo con rayas blancas.
Al final del espectáculo, el capital del barco, Lagerfeld, salió a saludar a la concurrencia, acompañado por la directora del estudio Chanel, Virginie Viard.
Después del desfile la fiesta siguió al interior del espectacular barco de atrezo, que con una decoración inmaculada invitó a los asistentes a rendirse a las notas interpretadas en el piano por Sébastien Tellier. (AFP)
Fotos: Francois Guillot / AFP