Emilio de la Morena presenta en Londres su colección más personal
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Marcada por esa elegancia sexy que tanto éxito tiene entre sus clientas más famosas, la nueva colección del modisto español Emilio de la Morena, presentada este lunes en Londres, es una catarsis de los conflictos internos que le provocó el confinamiento.
"Estamos siempre trabajando y de repente te paras y es como que tu vida no tiene sentido", explica a la AFP este alicantino, instalado en la capital británica desde hace dos décadas, sobre las emociones desatadas por casi tres meses de encierro.
"Me pregunté cómo transformar un problema en algo bonito, en belleza", agrega, rodeado de su colección primavera/verano 2021, una de las pocas presentadas físicamente en una London Fashion Week muy mayoritariamente virtual debido a la pandemia.
En un momento en que nadie salía, y mucho menos de noche, había pensado
hacer prendas "muy de día", reconoce.
Pero una reflexión del proceso creativo, inspirándose en artistas como
Eduardo Chillida o Louise Bourgeois, le llevó a una conclusión: "voy a ser yo".
El resultado es una veintena de prendas de cóctel, en cinco colores
-blanco, negro, fucsia, rojo carmesí y rojo tomate- que corresponden a cinco
"conflictos" -rabia, dinero, sexo, ruido y obsesión- identificados por el
creador durante el confinamiento.
Los vestidos son muy largos o muy cortos: "buscaba los extremos", dice.
Confeccionados exclusivamente con las telas que tenía en su estudio, están
hechos de suaves capas de satén que se ondulan del cuello hasta la cola o con
bandas de stretch que se ciñen al cuerpo mediante unos nudos que dejan
entrever la piel del escote a las caderas.
Pese a haber estudiado moda en la londinense escuela Saint Martins y haber
trabajado con el muy británico Jonathan Saunders, De la Morena reivindica sus
raíces españolas: colores intensos, cortes muy ajustados, profusión de
volantes. Y su admiración por grandes modistos como Cristóbal Balenciaga.
En esta colección, las sedas plastificadas forman voluminosos plisados. Los escotes son pronunciados en V, en barco depurado o en elegante palabra de honor. Pocos vestidos tienen mangas, algunos un hombro cubierto y el otro descubierto..
Hay transparencias y largos cortes de pierna desde la cintura, sobre todo
en los vestidos largos, expuestos como tótems en maniquíes muy altos
acompañados de esculturas de madera que se retrotraen a la vocación artística
del modisto.
De la Morena, más conocido y reconocido fuera que dentro de España, cuyas
creaciones han seducido desde Gwyneth Paltrow hasta Leighton Meester pasando
por Lana del Rey, estudió Ciencias Económicas para contentar a su familia y
poder expatriarse.
Fue precisamente con un trabajo de consultor empresarial como llegó a
Londres con el nuevo milenio y, ante la insatisfacción de esta profesión,
decidió con 30 años cambiar de rumbo y consagrarse a su pasión, el arte, y de
allí a la moda.
El confinamiento le reenvió a un amor antiguo por la escultura y junto a
los diseños de moda creó obras utilizando objetos de su entorno, desde los
muelles de su colchón hasta pedazos de madera acumulados en el taller, que
dialogan con los maniquíes de acuerdo a aquellos cinco "conflictos".
Para confeccionarlos recurrió a comerciantes y artesanos de su entorno,
formando una comunidad que le permitió romper la soledad y el aislamiento y de
cuyo apoyo asegura estar muy agradecido.
Además, "me he dado cuenta de que yo siempre he creado moda como si fuera
una escultura", explica.
Y se declara determinado a diseñar más pensando en el cuerpo de la mujer
porque, asegura, cuando ve sus prendas llevadas por alguna famosa a veces le
sorprende el resultado.
El confinamiento fue también duro para el negocio. Le anularon muchos pedidos de la pasada colección -"la gente ya no necesitaba vestidos de noche", explica- y tuvo que poner a todo su personal en paro técnico de abril a agosto. Pero ahora resurge renovado, con más ventas a clientes particulares que a tiendas de lujo, e incluso distribución por Amazon. Esta pandemia "yo creo que lo está cambiando todo", asegura.(AFP)
Foto: Glyn Kirk/ AFP