Estos sentimientos influirán en el diseño y en los hábitos de consumo
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El comportamiento del consumidor no se limita a una toma de decisiones estrictamente analítica. En cada decisión de compra existe un fuerte componente emocional que está influenciado tanto por la personalidad del comprador como por el contexto en el que se encuentra. Ada Gómez Jolly, Directora de la consultora Fashion Snoops para LATAM, ofreció una conferencia durante la pasada edición de Intermoda en donde reveló cuáles son los sentimientos culturales que predominarán durante la temporada otoño-invierno 2021-2022.
De acuerdo con la consultora, existirán cuatro sentimientos clave que dominarán en la mente del consumidor. Fashion Snoops los determina como bondad, maravilla o asombro, límite y enmendar. Ada Gómez explica que estos sentimientos se encuentran ligados a la complicada situación que se vive en todo el mundo debido a la pandemia de Covid-19. Sin embargo, esta no es la única tendencia presente en los usuarios. La conciencia ecológica, la injusticia social y la reflexión sobre la cultura son piezas clave en estas tendencias.
Al respecto, la consultora sugiere que si las marcas se enfocan en estos sentimientos durante su proceso de diseño y de construcción de marca tendrán más posibilidades de conectar con sus audiencias.
Bondad
Este es el sentimiento predominante en el mundo, ya que ante una crisis tan grande como la que se está viviendo, la mayoría de las personas anhela lo opuesto: estar felices y positivos. Ada explica que hay un deseo generalizado de querer confiar porque creer en la bondad significa paz, tranquilidad y seguridad.
Este sentimiento se conecta a regresar a las raíces, a la creencia de que “todo estaba mejor antes”. Con ello llega una reconexión con los valores, con la conexión humana y con un “reinicio cultural”. Estos meses han provocado que las personas volteen a ver a los hogares con un nuevo valor. La casa se convierte en un santuario, pero a la vez es un espacio multifuncional. Además las personas están buscando prácticas más espirituales en preparación a una especie de renacimiento.
Otra de las tendencias que nacen a partir de este sentimiento es lo que Fashion Snoops llama “una crisis táctil”. De acuerdo con la experta, la falta de contacto directo entre personas ha ocasionado una revalorización de todo lo relacionado con el tacto y esta transformación se refleja en nuestro pensamiento. La parte sensorial se exalta y se empieza a ver en los hábitos de consumo. Por ejemplo, Ada comparte que ha habido un crecimiento en la búsqueda de mascotas y esto va de la mano con esta tendencia.
La consultora explica que esto se reflejará en el diseño con una estética retro, que evoque los años sesentas, como un regreso a lo que es familiar. Para ello se contempla una gama de colores pasteles, alegres y positivos, así como una selección de siluetas menos arriesgadas y más básicas. Los textiles serán clave en esta tendencia, con un aumento en la textura. No obstante, Ada Gómez acentúa que aunque el diseño será con inspiración de décadas anteriores, la tecnología será muy buscada en textiles, ya que la nueva mentalidad implica querer menos, pero con más calidad.
Maravilla o asombro
De acuerdo con Fashion Snoops, este sentimiento consiste en el resurgimiento de la capacidad de asombrarse de las personas y eso se deriva en una cosa: creatividad. El asombro provoca cuestionamientos y eso genera ideas nuevas y el deseo de saber más, lograr más y llegar más lejos. Por ello, la consultora ve un aumento en el interés por el cosmos, la astrología, la introspección y la tecnología. Maravillarse sobre la naturaleza y sobre la capacidad tecnológica, como la inteligencia artificial y la realidad aumentada, son dos fuerzas que, aunque parezcan opuestas a simple vista, se complementan en esta tendencia.
En cuanto al diseño, este sentimiento se plasma a través de de gráficos y estampados que aludan a la fantasía y al misticismo. Los acabados metálicos, las transparencias y las capas predominarán bajo este concepto. Además, la sostenibilidad y el reuso, sobre todo gracias a la tecnología, serán muy buscados por los consumidores.
Límite
Ada Gómez describe este sentimiento como la sensación de encontrarse al límite, por lo que se exige la creatividad para poder avanzar. Con este sentimiento sobresale la inteligencia ambiental y las nuevas tecnologías que ayuden al medio ambiente. Este sentimiento habla también de estar fuera de nuestra zona de confort, algo que ha predominado en los últimos meses y que ahora se convierte en el catalizador para la innovación.
El diseño adaptativo, que contemple la inclusividad, será clave en esta temporada. El trabajo de los textiles para utilizar materiales naturales o reciclados, o bien para hacerlos más inteligentes como textiles antibacteriales o que reaccionan ante el clima, será un factor decisivo en la decisión de compra. En cuanto a estética, la consultora lo ve como un comfort brutalista, con acabados afilados y líneas inclusivas como la tendencia “genderless”. Los colores vibrantes, contrastantes y llamativos, como rojos, cítricos o tornasolados, serán la paleta que distinga este sentimiento.
Enmendar
Este sentimiento responde al tema social y cultural que el último año se desató con mayor fuerza. Se trata del deseo de rediseñar el concepto actual de valores, recuperando aquellos valores y tradiciones del pasado que han sido ignoradas y sumar los movimientos que han crecido con más fuerza a favor de la inclusión y en contra de la discriminación. Ada explica este sentimiento como “enmendar todo el daño social que se haya hecho y quedarse sólo con lo bueno”. Esta tendencia habla de una generación de protesta, que se refleja en la manera de consumir, exigiendo a las marcas valores y transparencia. Pero también alzando la voz ante lo que no le parece correcto a los consumidores.
En temas de diseño hay una mezcla entre los colores y texturas que hablan de la extravagancia del pasado y los detalles que exaltan culturas nativas. Por un lado surgen los dorados y terciopelos con líneas clásicas. Por otro, sobresalen los elementos indígenas. El balance está en hacer tributo al pasado para repensar el futuro, por lo que se combina lo antiguo con lo nuevo.
Foto: Pixabay