La Semana de la Moda de Londres vuelve a las inspiraciones clásicas
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Londres - La Semana de la Moda de Londres, el domingo, en su tercera jornada, mostró inspiraciones clásicas en sus desfiles, desde la suavidad de un interior doméstico a la pureza de una ciudad antigua.
Uno de los protagonistas de esta Semana de la Moda londinense, el norirlandés Jonathan Anderson, presentó conjuntos que parecían sacados del dormitorio de una abuela, confeccionados con prendas de punto suaves y fluidas, complementados con pelucas grises rizadas que lucieron algunas modelos que desfilaron en el inmenso gimnasio del Seymour Leisure Centre.
A los suéteres de ganchillo de gran tamaño, de color crema, le sucedieron vestidos hechos de telas transparentes, con borlas que caían sobre el pecho.
Jonathan Anderson, que además de su marca es director artístico de la casa española Loewe, presentó esta temporada un universo acogedor y desfasado.
Por su parte, el estilista surcoreano Eudon Choi, cuyo desfile tuvo lugar en el Centro Helénico de Londres, se inspiró para su colección en un fresco de las paredes de la ciudad antigua de Pompeya, cerca de Nápoles.
En un ambiente clásico, las modelos desfilaban mientras sonaba la música de un piano de cola instalado en el centro de la pista. Pese al decorado, no faltaron las prendas modernas, con faldas transparentes de adornos plateados, trencas, capuchas y vestidos de malla, seda y terciopelo, con los tonos de la ciudad antigua, anís, rosa, blanco o cobalto.
En los conjuntos se podía sentir la intervención del creador asiático, enamorado de técnicas de confección tradicionales.
Diseñadora de Catalina
Antes, en el primer desfile de la jornada, la diseñadora neozelandesa Emilia Wickstead, cuyas prendas forman parte del ropero de la princesa Catalina de Gales, mezcló trajes de noche brillantes y prendas formales.
El galés Paolo Carzana, uno de los últimos llegados a las pasarelas londinenses, se decidió en sus creaciones Otoño/Invierno 2024/2025 por el negro, casi de forma exclusiva.
El creador estadounidense Conner Ives, graduado de la prestigiosa escuela de moda Central Saint Martins en Londres, recurrió a la nostalgia, con suéteres deportivos anudados sobre los hombros, estampados de grandes flores al estilo de los años 2000, junto a prendas que transportaban a los años sesenta.
En uno de los clubes gays más míticos de Londres, el Heaven, la londinense Sinead Gorey presentó una colección inspirada en su adolescencia de la década de 2000.
Con música tecno, ruidos de patio de recreo y timbre de teléfono Nokia, los colores verde, naranja y malva, junto a la bandera británica, se mezclaban en el desfile en minifaldas y velos, junto a corbatas rayadas.
La jornada debía terminar con el desfile de KWK by KAY KWOK, pero fue cancelado "debido a un incidente en la fábrica en China, donde se producen las piezas clave de la colección", que destruyó "gran parte de ellas", explicó un representante de la marca (AFP).