Oteyza: “Es muy complicado mantener la masculinidad y evolucionar”
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“No nos consideramos sastres, preferimos denominarnos tenderos. Los sastres son personas que llevan treinta años en este oficio”. La persona que habla con tanta sensatez y conocimiento de causa es Paul García de Oteyza, cofundador, junto a su esposa Caterina Pañeda, de una sastrería que está revolucionando el código de vestimenta masculino nacional e internacionalmente. Es fácil verlos en mayoría de street styles, entre ellos el más que conocido The Sartorialist, luciendo un sombrero cordobés, americanas cruzadas con cuello chimenea o trajes Galerna.
Volvieron hace tan solo unos días de Florencia, concretamente de Pitti Imagine Uomo, “el escaparate más importante del mundo en moda masculina”, en palabras de uno de los creadores de la marca. Allí, pudieron mostrar por segundo año consecutivo en qué consiste la moda “a la española”. La primera vez que fueron a la feria italiana, “todos hablaban del estilo inglés y del italiano, pero nadie sabía en qué consistía el estilo español”, añade Paul. “La gente nos preguntaba: ‘¿y cuál es vuestro estilo’ y nosotros contestábamos, ‘pues el español’. ‘¿Y cuál es ese?’, nos decían. ‘¡Pues el español!’ Y lo irónico es que en el siglo XVI toda Europa vestía ‘a la española’”.
Hace dos años presentaron por primera vez su interpretación de la capa española en Pitti Uomo. “Cuando decidimos participar, supimos que queríamos llevar la capa española”, pero no de cualquier manera. Con una performance. “Decidimos diseñarla y cortarla en directo, para después bailar con ella”, explica García de Oteyza. Fue una estrategia de marketing en toda regla “para otorgarle la profundidad que tiene el producto y la dimensión que posee tanto el diseño, como la materia misma y su movimiento”, apunta. Un espectáculo en vivo con el que enamoraron al público, aunque sabían “que era un riesgo en sí mismo. Normalmente los diseñadores no se exponen tanto porque si lo haces mal, tu carrera ha acabado”, admite el madrileño.
Un año y medio después de esa particular presentación, una fotografía de la capa española compartía portada del The New York Times junto al discurso de Obama, y por primera vez, “desde hace cincuenta años, las colecciones de Dior y Prada hombre incluían una capa en su desfile”, puntualiza el cofundador de la firma. Este año, cuando asistieron a la 92ª edición de Pitti Uomo, “ya saben perfectamente qué es el estilo español. Nos ven y dicen ‘el aire fresco’ ya ha llegado a la feria, incluso empiezan a usar el hashtag de #spanishstyle o #spanishflair.
“No nos consideramos sastres, preferimos denominarnos tenderos. Los sastres son personas que llevan treinta años en este oficio”.
Un cambio de marca seis años después
Sastrería 91 nació en septiembre de 2011, tras el cambio de rumbo que vivieron Paul y Caterina. Él provenía del mundo farmacéutico; ella, del sector médico, pero quisieron dar un giro de 180º y adentrarse en una actividad más artesanal. En ese momento, optaron por un nombre sencillo que no se relacionara directamente con sus creadores a través de un apellido, ya que eran ajenos a este sector y querían comenzar con la modestia que caracteriza a un amateur. Aunque en cierta manera, no era un sector tan desconocido para ellos, ya que el abuelo y bisabuelo de Pañeda habían sido sastres; y el padre de García de Oteyza trabajaba con lana merina. A pesar de permanecer en un segundo plano, los trabajos de su familia les ha calado poco a poco. “Nos ha generado una educación aunque sea de manera inconscientemente. En esos momentos no te dabas cuenta, pero que cuando empiezas a trabajar empiezan a aflorar cosas que habías adquirido durante el tiempo”, señala el director de la marca.
No obstante, el pasado mes de abril ya comenzaron a dar pequeñas pistas desde su cuenta de Instagram (@oteyza_official) de que un nuevo cambio se acercaba. Según Paul García de Oteyza, “mucha gente se sorprendió para bien del cambio y muchos decían que era muy arriesgado querer cambiar la marca tan temprano”. No obstante, no se trata de un cambio de branding o de una elaborada estrategia de marketing, “simplemente nuestros clientes de Madrid e internacionales nos decían que la marca necesitaba una autoría, un nombre y un elemento de comunicación más sencillo para poder trasladar el mensaje”.
“En este país lo que más gusta es catalogar, y el peligro es ser etiquetado, pero si lo haces con respeto y coherencia, la belleza al final es universal”.
¿Cómo renovar el guardarropa masculino?
“Nosotros abrimos en el momento peor, la crisis más profunda que ha sufrido España hasta el momento. Cuando todos los negocios cerraban y no se daban créditos”. A este salto de fe, se le une que entraron “en un mercado que desde fuera parecía que era un oficio al borde de la desaparición, pero nosotros somos muy optimistas porque en la vida todos los artesanos acaban encontrando su sitio”, afirma riendo.
Para ellos, su mayor reto ha sido modernizar la tradición, sin perder el respeto por la historia ni el legado de la sastrería. “El vestir masculino casi no ha evolucionado en los últimos doscientos años, se limita a la solapa más estrecha o más ancha o a un pantalón más o menos pitillo, pero no hemos experimentado las mismas transformaciones que ha vivido la mujer en cuestión de moda”. Por esa razón, desde Oteyza quisieron llevar a cabo un ejercicio de abstracción sin perder la armonía ni el equilibrio. Ya que, tal como opina Paul, “es muy complicado mantener la masculinidad y evolucionar. En este país lo que más gusta es catalogar, y el peligro es ser etiquetado, pero si lo haces con respeto y coherencia, la belleza al final es universal. Y la gente aunque no se lo vaya a poner, entiende esa belleza y se va educando poco a poco y al final la acaba consumiendo”.
Fotos: Oteyza