Pilar Castaño comparte su visión de la moda en Colombia este año
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La periodista, escritora, autora de seis libros y conferencista de moda, Pilar Castaño, realiza una retrospectiva de la moda en Colombia en este 2019, destacando a algunos de los diseñadores que han sobresalido dentro y fuera del país. Además, habla, en entrevista con FashionUnited, sobre el reto al que se enfrenta la moda en el futuro próximo, el cual lleva un solo nombre: sostenibilidad.
¿Cómo ha sido este 2019 a nivel moda en Colombia?
Los proyectos artísticos a través de la indumentaria son importantes porque depende mucho lo que logre cada diseñador en el mundo y en este caso, en Colombia, de transformar las formas a través de la indumentaria y así transmitir cómo las prendas con su lenguaje pueden llegar a adaptarse a cada civilización, a los jóvenes, a la cultura boho, a la cultura urbana, a la mujer ejecutiva, a la trabajadora, al ama de casa y desde luego a la mujer clásica.
Colombia tiene grandes talentos emergentes y veteranos. Nosotros tenemos una veteranía muy sólida que está en manos de mujeres como Amelia Toro, Olga Piedrahita con su hija Danielle Lafaurie, como Pepa Pombo con su hija Mónica Olguín, como Silvia Tcherassi y Johanna Ortiz. Son mujeres que están despuntando a nivel internacional, hasta el punto que por primera vez en la historia de la marca sueca H&M una colombiana caleña, como Johanna Ortiz, va a tener su cápsula con 5 vestidos que luego se formalizarán en una colección más grande en el mes de marzo. Eso ya te demuestra que si uno ya entra a una gran superficie como la de H&M internacional estás sólido en el Olimpo de los diseñadores del mundo.
A nivel nacional, tenemos nombres como Esteban Cortázar o María Luisa Ortíz que venden en grandes superficies nuestras, equivalentes a H&M pero a nivel nacional, que son los almacenes Éxito, que tienen más de 90 almacenes en el territorio nacional. Esto es haciendo cápsulas para democratizar la moda y llevarla al carrito del mercado, a la canasta familiar. Cubrimos toda la paleta y el portafolio de la panorámica del fashion. Tenemos una cantidad de marcas sostenibles, masivas o de nivel más alto.
Los eventos que ya se vienen haciendo, como Colombiatex, Colombiamoda o Bogotá Fashion Week, ¿te parece que todavía sirven?
La moda cada vez está más metida al nivel mediático virtual. Sirven a Instagram porque las influencers se sientan en primera fila y mandan el look, entonces eso mueve el tema mediático, pero yo no diría que sirven para el tema comercial. Realmente creo que el tema comercial está en los showrooms de cada diseñador, que ellos lo han vuelto itinerante y viajan a México, a Intermoda, o a Nueva York, a Miami Fashion Week, a París, etc. En estos viajes abren sus showrooms para que los grandes compradores de los almacenes o los sitios, como Moda Operandi, Net-a-Porter o Farfetch les compren.
¿Cuáles te parece que son los desafíos a los que se va a enfrentar la moda colombiana en 2020?
Yo pienso que el mayor desafío es la sostenibilidad a nivel producción. Definitivamente tenemos que mover el chip de manera individual y por supuesto a nivel de las marcas de moda, lideradas por sus directores creativos, en cada casa, así como rescatar la memoria de los orígenes artesanales.
La moda es el reflejo de las situaciones sociales del mundo, la moda es el espejo real de todo lo que pasa en las naciones y en las comunidades, y todo el mundo, sobre todo la gente joven, está pidiendo a gritos que cambiemos el chip y ese hay que cambiarlo hacia lo sostenible y viable.
Empezando por casa, cada uno de nosotros debemos de entender que hay que erradicar el plástico y a hacer más uso de las bolsas de lona, de mochilas de rafia o de paja hechas a mano. Hay que educar a los talleres de nuestras operarias de los diseñadores, darles una vida sostenible a las mujeres personalmente para que puedan realizarse en familia con sus hijos. Esto, cambiando el sistema de un fast fashion a un slow fashion y recalcando y resaltando nuestra raíces, nuestros orígenes. Hay que darle cabida abierta a la manualidad, a los maestros artesanales, que definitivamente tienen un lenguaje mágico y viable, además de reconocible y diferenciable en nuestra nación, porque somos una de las más diversas, mágicas y fantásticas para relatar nuestras historias. Los diseñadores deben enfocarse a una manualidad más viable, a fibras vegetales y minerales, y erradicar el tema que erosiona a las tierras y que hace daño. Deben reemplazar lo animal por el buen uso del plástico, como el PET, que se puede usar, tejer, zurcir y bordar. Tener un nuevo lenguaje es el gran reto para la moda en 2020 y de lo que resta del siglo XXI.
Photo Credits: Pilarmode.com