Por qué los envases sostenibles deben ser el punto de partida del problema de los residuos en el mundo de la moda
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Consideremos por un momento el recorrido del embalaje de una prenda antes de que llegue a nuestro armario. La mayoría de las prendas se empaquetan varias veces antes de que lleguen al cliente, lo que hace que se desechen varios tipos de envases de un solo uso.
Cada año se producen más de 80.000 millones de prendas en todo el mundo, muchas de ellas se envían y embalan varias veces. Es innegable que la mayoría de estos envases acaban como residuos en los vertederos e incineradoras.
Un viaje de multiempaquetado
Para empezar, está el embalaje del fabricante en la fábrica, donde las prendas terminadas se suelen etiquetar y embalar según el modelo, el color y la talla, pero no por tienda o usuario final. El proceso habitual consiste en que las fábricas envían las colecciones directamente al almacén de la marca, donde se vuelven a clasificar por el minorista en el caso de la venta al por mayor, o se clasifican para las marcas DTC.
El almacenamiento es uno de los procesos logísticos más complicados de la moda. Las prendas se almacenan dobladas o colgadas, o incluso en palés y muelles, listas para su entrega. A menudo, las prendas se empaquetan para preparar ciclos de vida cortos y estacionales, lo que implica cambios frecuentes en la gama de productos y la gestión de las devoluciones. Los servicios adicionales incluyen el etiquetado y reetiquetado, así como el planchado de las prendas antes de su envío. Todo ello requerirá que las prendas se vuelvan a empaquetar en el caso de que se envíen al usuario final o se apilen como un pedido para un minorista.
La mayoría de los grandes minoristas tienen sus propios almacenes: pensemos en gigantes online como Zalando y Net-a-Porter o en grupos de grandes almacenes. Los minoristas con múltiples canales de venta necesitan que los pedidos se dividan por tienda y, a menudo, que se envíen a varios lugares. Los minoristas volverán entonces a embalar las prendas para sus canales de comercio electrónico, asegurándose de que su marca sea visible, o las enviarán directamente a sus puntos de venta físicos.
En 2018, se calcula que los residuos de envases generaron 174,1 kilogramos por habitante en la UE, pero esta cifra no tiene en cuenta la iteración previa de los artículos envasados antes de que lleguen al cliente. Aunque los consumidores esperan que las marcas les hagan llegar los productos de forma más responsable, falta transparencia en la cadena de suministro para ver cuántos residuos se han producido antes de la fase final. Esto requerirá una sacudida de todo el ecosistema de fabricación y envío, implementando alternativas eficientes para la entrega desde el origen, así como la eliminación de los métodos de envasado desechables de un solo uso, centrándose en el reciclaje y en alternativas circulares respetuosas con el medio ambiente.
La Coalición de Envases Sostenibles es una de las empresas que pretende resolver este problema. Ha desarrollado herramientas y servicios para ayudar a las empresas a emprender acciones significativas hacia la sostenibilidad de los envases, incluso para aquellas que tienen grandes volúmenes de prendas.
El Covid no ayudó
El estallido de la pandemia de coronavirus impulsó las ventas online y provocó un aumento significativo del uso de bolsas y cajas de plástico de un solo uso, lo que repercutió negativamente en el uso de envases de plástico en el comercio electrónico. La moda es un motor clave para las ventas en línea y la mayoría de las fábricas utilizan plástico virgen para embalar las prendas. Las perchas de un solo uso se suman al problema, ya que el 85 por ciento acaba en el vertedero.
Por dónde empezar
El problema de los envases sostenibles es complejo y no existe una solución estándar para el sector, ni una aplicación única que permita prescindir del problema. Hay opciones de menor impacto, como realizar un cambio del papel a favor de materiales naturales, sin tener en cuenta los problemas de la lluvia o la humedad durante el envío y el almacenamiento. Existe la opción de utilizar cajas de envío recicladas, pero el papel es mucho más pesado que el plástico y aumentaría los costes de envío.
Di no al plástico virgen
El mejor punto de partida es que los fabricantes, almacenes y marcas se comprometan a dejar de utilizar envases vírgenes y plásticos de un solo uso. Hay muchas organizaciones mundiales, desde la Fundación Ellen MacArthur hasta Fashion For Good o Better Packaging Company, que están aquí para asesorar a las empresas y ofrecerles opciones fáciles y sostenibles, incluso para empresas de gran volumen.
El cambio a los materiales naturales conlleva su propia serie de retos, pero hay multitud de materiales innovadores que están creando opciones para las diferentes etapas de la cadena de suministro y el viaje de envío. En el mejor de los casos, tanto las fábricas como las marcas y los consumidores reducirán sus volúmenes de residuos, analizando el impacto de cómo, qué fabricamos y cuánto consumimos.
Este artículo ha sido previamente publicado en FashionUnited.COM, y traducido y editado al español por Veerle Versteeg.