Rocío Botella, fundadora de The-Are: “Es cierto que la competencia nos vigila mucho”

Valencia - Seguramente la historia del nacimiento de The-Are no dista mucho de los comienzos de otras firmas de éxito. Al fin y al cabo, en muchas ocasiones, el detonante suele ser el mismo: la ilusión, el talento y el empeño de una o varias personas. En este caso, esa persona fue la valenciana Rocío Botella. Su salida a la oferta laboral coincidió con los últimos coletazos de la crisis económica española, lo que hizo que no encontrara trabajo en su ciudad natal “y menos de moda”. Sin embargo, para su fundadora, la idea de no trabajar en esta industria no era una opción. “Solo pensaba en dedicarme a lo mío, así que opté por emprender y hacer ropa para mis amigas”, comenta la también directora creativa de la marca a FashionUnited.

Como le ocurrió a otras diseñadoras y (futuras) empresarias —sin ir más lejos a Paola Sasplugas, fundadora de Pdpaola— el boca a boca hizo su magia. De hecho, como explica Rocío, “sigue siendo la mejor manera de darte a conocer. No hay nada como que algún conocido o una amiga te recomiende un producto…” Tanto es así que The-Are se ha acabado convirtiendo en una de las firmas de moda de invitada de referencia del país, con un cierre de facturación de nueve millones de euros en 2023, 13 puntos de venta en el país y con embajadoras de la talla de la infanta Sofía. Hablamos con su creadora para hacer balance de estos más de diez años de vida, en los que parece que su popularidad no hace más que crecer.

¿Cuáles fueron tus primeros “coqueteos” con la moda?

Cuando terminé el colegio hice un año sabático, fue improvisado la verdad, pero aproveché para coger la máquina de coser de mi madre y literal, “pelearme” con ella hasta que conseguía hacer algo que luego me pudiese poner. En aquel entonces, mis amigas ya me pedían que les hiciese cositas para ellas, así que creo que de alguna manera, The-Are nació ahí. Un año después, empecé moda en Barreira A+D, y luego hice un curso en Central Saint Martins, en Londres.

Ya han pasado más de diez años desde el inicio de tu aventura, ¿de qué estás más orgullosa?

Estos diez años han pasado volando, pero cuando echo la vista atrás… ¡Han pasado tantas cosas! Estoy orgullosa de todo: de haber podido hacer de The-Are lo que es hoy, empezando de la nada. No es nada fácil hacerte un hueco en la industria de la moda y tenemos la suerte de poder “abrir la persiana” todos los días. El hito diría que ha sido consolidarnos como marca. No todas las marcas que nacen a nivel digital tienen la solidez para hacerse un hueco entre las marcas consolidadas, así que doy muchas gracias de lo conseguido.

“No todas las marcas que nacen a nivel digital tienen la solidez para hacerse un hueco entre las marcas consolidadas, así que doy muchas gracias de lo conseguido”.

¿Dirías que has cumplido tus sueños de sobra o todavía te quedan algunos por cumplir?

Yo siempre digo que no tengo vida para todo lo que quiero hacer. Es mi personalidad, tengo la necesidad de ponerme a prueba, de crear... Y eso es tan bueno como malo, por eso te diría que a día de hoy mi propósito es poder disfrutar más de mi vida personal. Hago esfuerzos a diario para que la empresa no lo sea todo y que mi mente pueda ser más libre e independiente de ella.

Se podría decir que todo empezó diseñando unos tops de lentejuelas, ¿qué crees que tenían esos primeros diseños para que se popularizaran tanto entre las jóvenes valencianas?

Nuestros tops llegaron a los corazones de las chicas porque tienen una combinación perfecta de brillo y gasa. Son de esas prendas que te pones y te sientes especial. Te diría que su popularidad nació en Valencia, pero luego se hicieron famosos en toda España.

Con 427 mil seguidores en Instagram, está claro que esta red social ha tenido mucho que ver en vuestro camino hacia el éxito. ¿En qué crees que os habéis diferenciado para atraer a vuestro comunidad?

Aunque no lo parezca, soy un desastre para las redes sociales. Siempre recuerdo y doy gracias a que mi novio me dijese cuando todo empezaba: “postear en Instagram forma parte del trabajo, sube una publicación al día”. Y así hice. El resultado es lo que se ve en nuestras redes sociales: años y años de constancia y de consistencia, ya que no vale solo postear, tienes que ofrecer contenido de valor para tu público. Desde el principio hemos proyectado una imagen de marca basada en el estilo de vida de nuestras chicas, nosotras somos ellas y ellas son siempre nuestro punto de partida para todo. Eso hace que nuestro vínculo sea muy fuerte.

“A día de hoy, no encasillaría el influencer marketing únicamente para marcas dirigidas a un público joven. Me atrevería a decir que mi madre consume más social media que yo”.

En 2015 lanzasteis vuestra primera colaboración con la influencer Teresa Andrés Gonzalvo, ¿cómo surgió?

Teresa ya había fichado nuestra ropa y le encantaba. Un día me dijo: “Rocío, ¿sabes con qué diseñador podría hacer una colección?” Yo le recomendé algunos diseñadores con renombre de Valencia, y ella me dijo: “¿no la podría hacer con The-Are?” Nos lo pasamos muy bien haciendo esta colección. La inspiración llegó con unos retales de pelo largo que tenía guardados en una caja. Nos pusimos en el suelo a recortarlos, con tijeras, para hacer bolsillos, cuellos, letras... Hicimos la sesión un sábado por la mañana, las dos mano a mano y lanzamos una colección de chaquetas que se agotó super rápido. Tengo muy buen recuerdo de esa experiencia.

Teresa solo ha sido uno de los nombres de las tantas influencers que han colaborado con vosotras. ¿Es el marketing de influencers realmente útil para una marca de moda o solo para aquellas con un público más joven?

Las influencers ahora mismo son el canal de comunicación más parecido al boca a boca. Ellas trabajan día a día en sus comunidades de seguidores para que cuando les recomienden productos o experiencias tengan repercusión. Para nosotras, como marca nacida digitalmente, ha sido uno de los principales motores para la comunicación y marketing. A día de hoy, no encasillaría el influencer marketing únicamente para marcas dirigidas a un público joven. Me atrevería a decir que mi madre consume más social media que yo.

The Cool Market fue vuestra primera interacción con El Corte Inglés, una plataforma increíble para una marca tan joven, ¿cómo surgió esta sinergia?

Yo siempre digo que con The-Are se consiguen cosas mágicas. El Corte Inglés ya nos tenía echado el ojo, pero esperaron a que abriésemos en Madrid nuestra tienda en el barrio de Salamanca, como señal de que estábamos preparadas para invitarnos a su Cool Market. Era un espacio para probar marcas digitales en retail dentro de su centro en Castellana. ¡Fue un exitazo! Recuerdo recibir constantemente mensajes de la encargada de un día para otro: “Rocío no queda ropa”. Era en plenas Navidades y recuerdo estar el día 24 de diciembre, a última hora, preparando un albarán con prendas para enviar urgente. A los pocos días de empezar, nos citaron en una reunión en Madrid para conocernos. Ahí empezó la odisea de expansión con ellos, que se vió truncada con el COVID —el día antes del cierre habíamos terminado de abrir cuatro puntos de venta con ellos—. Sin embargo, tres años más tarde, hemos abierto nada más y nada menos que siete puntos de venta con ellos y en 2024 vamos a abrir más...

“Que la Infanta Sofía vista de The-Are es siempre la bomba. No notamos un efecto directo en las ventas, pero en términos de consideración de marca sí que ha habido una repercusión notable”.

Aunque vuestro target es joven, ¿siguen apostando por la tienda física o la omnicanalidad?

A día de hoy nuestra facturación es aproximadamente del 50 por ciento online y 50 por ciento retail. Diría que nuestras chicas apuestan por la omnicanalidad. Quieren la comodidad de hacer sus compras online, estar en contacto a nivel digital, pero a la vez, tener ese momento de realidad con la marca y acercarse a la tienda a probarse, a tocar la ropa...

Estos últimos años se ha vivido un auténtico boom de la moda de invitada, ¿qué sigue haciendo diferente a The-Are? ¿Habéis notado que hay firmas que hayan “copiado” o se hayan inspirado de vuestra estrategia?

Nosotras nos diferenciamos por ser nosotras mismas. Además de que todas nuestras prendas se diseñan desde Valencia y se producen en España. Es cierto que la competencia nos vigila mucho y se ve cómo toman nuestra estrategia como referencia. Lo importante para nosotras es seguir a la cabeza, innovando y siendo creativas, sin perder de vista lo que buscan nuestras chicas, para ofrecérselo.

Y para acabar, la Infanta Sofía ha vestido vuestra firma hasta en dos ocasiones, ¿notasteis un crecimiento en ventas tras sus apariciones públicas?

Que la Infanta Sofía vista de The-Are es siempre la bomba. No notamos un efecto directo en las ventas, pero en términos de consideración de marca sí que ha habido una repercusión notable.