Siete marcas de lencería que promueven el “body positive”
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Desde hace varios años, las marcas de lencería buscan remover los cánones de belleza en favor de una reivindicación más moderna: la del positivismo corporal (body positive). A continuación, una selección de nombres que están renovando el sector de la ropa interior tendiendo hacia una definición más inclusiva de la belleza.
Cantiq (Estados Unidos)
En 2015, la estadounidense Chelsea Hughes fundó Cantiq con el objetivo de ofrecer lencería que se adaptara a todos los tipos de cuerpo. "Chelsea cree que la lencería no debe ajustarse a los cánones de belleza populares", dice el sitio web de la marca. Para destacar: los sujetadores (brasieres/corpiños) y las bragas (pantys/bombachas) están hechos de satén elástico y encaje spandex. La mayoría de los diseños están confeccionados a mano y se pueden encargar con un plazo de 14 a 21 días.
La marca, con sede en Los Ángeles, va mucho más allá de incorporar piezas de tallas grandes y abraza el movimiento genderfluid atendiendo a mujeres transgénero, intersexuales, cisgénero, hombres, etc. Cantiq las convierte en modelos de sus colecciones y les ofrece así mayor visibilidad en un sector generalmente basado en un enfoque binario del género y con una definición muy limitada de la belleza.
Precios de venta al público: entre 33 y 56 euros (118 euros el body genderfluid).
Lolo Paris (Francia)
Con sus 63 tallas de sujetador (brasier/corpiño), la marca Lolo Paris se presenta como "experta en lencería para todo tipo de cuerpos". Desde su lanzamiento en 2019, sus fundadoras, las ingenieras Mélissa Perraudeau y Océane Brière, proponen revisar el sistema de medición de los sujetadores mediante un algoritmo para determinar la talla más adecuada. La empresa no solo ha desarrollado lencería, sino también trajes de baño y bragas (pantys/bombachas). Las colecciones se presentan en modelos con morfologías diversas, lejos de la heterogeneidad de los estilos encorsetados a los que la industria lleva demasiado tiempo acostumbrando a sus consumidores.
Precios de venta al público: 95 euros el sujetador (brasier/corpiño), 115 euros el traje de baño.
Napperon (Francia)
Desarrollando un concepto original, la marca francesa Napperon innova y responde a sus clientes sin distinción de género. La idea es utilizar blondas, cortinas y manteles bordados para confeccionar piezas únicas de lencería. Los artículos se confeccionan por encargo, en función de la talla del consumidor, y están dirigidos a todos los sexos.
El enfoque no sexista de la marca puede apreciarse en su cuenta de Instagram, donde las imágenes muestran tanto a hombres con bragas (pantys/bombachas) caladas o kimonos de encaje, como a mujeres con los mismos atuendos.
Precios de venta al público: 95 euros el sujetador (brasier/corpiño)"Maintien", 85 euros el sujetador "Léger" y unos 55 euros las bragas (pantys/bombachas), que fabrican en el País Vasco francés.
We are we wear (Reino Unido)
Esta marca británica, nacida en 2019, ofrece piezas de lencería, baño y activewear que van desde la XS a la 3XL y de la 30A a la 44FF. Diversificó su oferta en 2022 abriéndose a la categoría masculina y no piensa detenerse ahí. "Estamos trabajando en una gama de productos totalmente inclusiva, con nuestras últimas colecciones avanzando hacia una silueta sin género", afirman desde su web.
Precio de venta al público: unos 45 euros el sujetador (brasier/corpiño) de encaje.
Moons & Junes (Dinamarca)
"No existe una fórmula de 'talla única' para la comodidad", proclama esta marca de lencería en su tienda electrónica. Con sede en Copenhague, esta empresa danesa ha hecho de su cuenta de Instagram "una oda a las siluetas y las tallas". Un rápido scroll lo confirma, la cuenta es un manifiesto por la diversidad de morfologías y se expresa en lencería sin aros, ni rellenos.
En el e-shop de Moons & Junes, la oferta incluye ropa interior de estilo básico, pensada para el día a día, como braguitas (pantys/bombachas) azules de algodón orgánico, un sujetador triángulo (brasier/corpiño), con escote en V en punto sedoso de doble capa. Pero también hay braguitas con transparencias y trajes de baño.
Precio de venta al público: unos 50 euros el sujetador (brasier/corpiño) y 24 euros el culotte.
Avant Minuit (Francia)
Al igual que la marca estadounidense Cantiq (mencionada anteriormente), la joven marca Avant Minuit, con sede en Nantes, pretende ofrecer lencería para todos los cuerpos y todos los sexos. Lanzada por Adélaïde Brient, la marca articula su oferta en torno a la lencería de encaje para transexuales. El compromiso de la fundadora con esta comunidad, a menudo ignorada por las marcas de lencería establecidas, la llevó recientemente a desarrollar una prenda interior con una técnica para ocultar los genitales de modo que no se vean a través de la ropa.
Avant Minuit utiliza un discurso inclusivo y se dirige principalmente a personas que no se identifican con las normas de género tradicionalmente asignadas por la sociedad. Los artículos tienen certificación GOTS u Oeko-tex, o se confeccionan a partir de stocks para reutilización.
Precios de venta al público: 60 euros el sujetador (brasier/corpiño) y 65 euros las bragas (pantys/bombachas) de encaje.
Lou Manesse (Francia)
En el panorama de las marcas de lencería sexy, Lou Manesse se distingue por tener un enfoque más diverso de los cuerpos que representa. Su debut en el mercado en 2021 vino acompañado de un fuerte compromiso: diseñar en Francia piezas para todos los sexos y todos los tipos de cuerpo de forma tradicional. Los artículos se confeccionan a medida, pero también son, en gran parte, ajustables según cada necesidad.
Tirantes, tules y recortes forman parte del ADN de la marca, aunque la diseñadora especifica en su tienda online que ha optado por no "ceñirse a un estilo predefinido para intentar adaptarse a los deseos y sugerencias de quienes la rodean y no limitarse a una imagen convencional que no le corresponde".
Precio de venta al público: 175 euros el body; 50 euros el bóxer y 130 euros el conjunto de arnés.
Este artículo fue originalmente publicado en FashionUnited.fr y ha sido traducido y editado al español por Cynthia Ijelman.