Textiles españoles buscan mercados en Chile y Argentina
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La misión visitó las ciudades de Santiago de Chile y Buenos Aires y contó con la ayuda de las Oficinas Comerciales de las Embajadas. En total se realizaron más de 200 entrevistas con posibles clientes, fabricantes, agentes o distribuidores en Chile y Argentina.
Según el gremio, la crisis que asola Europa, y España en particular, parece no estar afectando con la misma virulencia a los mercados de América del Sur, que más bien al contrario, están creciendo de manera sostenida en los últimos años. “Esta circunstancia y el hecho de que la evolución del tipo de cambio del euro respecto al dólar favorezca las exportaciones de las empresas europeas es lo que ha despertado el interés de las empresas españolas por Chile y Argentina, dos países muy próximos geográficamente pero muy distantes en lo que se refiere a sus economías de mercado”, agrega.
En Chile apenas existen barreras a la importación. Con la Unión Europea, este país tiene firmado un Acuerdo de Libre Comercio, en virtud del cual las exportaciones españolas entran sin arancel (0 por ciento) en el mercado chileno. Los trámites administrativos de importación son muy sencillos y cualquier empresa importadora puede llevarlos a cabo sin mayores dificultades. “El problema en Chile es la competencia de los productos de origen chino o asiático, que se hayan muy presentes en el mercado a precios muy ajustados”, señala el gremio.
El caso de Argentina es totalmente distinto ya que se trata de una economía superprotegida, con aranceles del 16 por ciento en el caso de los hilados y del 26 por ciento en el caso de los tejidos, llegando al máximo permitido por la OMC del 35 por ciento para los productos acabados. Pero aún así el mayor problema no son los aranceles, ni el IVA del 21 por ciento, ni el medio punto más de arancel que obligatoriamente hay que pagar para ayudar a soportar los costes de mantenimiento de las estadísticas de importación y exportación del país, sino las licencias no automáticas de importación que el gobierno exige a determinados productos considerados competencia de la industria nacional, entre los que se encuentran las mayoría de las partidas del Textil-Confección.
La obtención de estas licencias “es complicada, pero sobre todo lenta, por lo que no todos los operadores del mercado están dispuestos a encargarse de los trámites de importación ni a pelearse con las aduanas argentinas”, acotan los industriales españoles. Pero existe también una demanda creciente de productos europeos de calidad por parte de los confeccionistas argentinos, empresas locales, algunas con proyección internacional, que pretenden diferenciarse de la gran distribución con un sello de identidad propio. “En estas empresas tienen depositadas sus esperanzas las empresas españolas que participaron con éxito en la misión del Gremi de Fabricants”.
Foto: textil