Bruno Casanovas (Nude Project): “Ya no somos solo una marca de sudaderas"
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Bruno Casanovas y Álex Benlloch, cofundadores de Nude Project, celebraron el pasado fin de semana la apertura de su primera tienda permanente en Ámsterdam, un paso clave en la consolidación de su presencia internacional y su desembarco en el norte de Europa.
Con este nuevo punto de venta, ya son ocho las tiendas físicas de una marca que, desde su nacimiento en 2019, ha sabido crecer sin prisa pero con propósito, impulsada por una propuesta de streetwear enraizada en los valores y aspiraciones de su comunidad.
El éxito de una anterior pop-up en Ámsterdam ya había dejado entrever el potencial de la ciudad, pero esta apertura va más allá de la expansión comercial, es una declaración de intenciones.
“Ya no somos solo una marca de sudaderas, y queremos que quien visite la tienda lo perciba: somos una empresa de moda y estamos muy orgullosos de lo que hacemos”, dice Bruno Casanovas, con quien hablamos mientras recorremos el nuevo local —pensado para reflejar el ADN cultural y creativo de Nude Project— para conocer más sobre la evolución de la marca y su visión.
Retail como canal de contenido y comunidad
Lejos de tratar el retail como un simple punto de venta, Nude Project lo entiende como un espacio físico en el que materializar su universo digital. “Hoy en día puedes comprar online lo que quieras desde casa. Pero si decides tomarte la molestia de ir a una tienda, es porque buscas algo más”, explica el creativo.
Ese “algo más” se materializa en espacios versátiles, acogedores, diseñados para transformarse a lo largo del día y reforzar el vínculo emocional con una comunidad que no solo compra, sino que forma parte de su relato en el que lo importante es estar ahí. Vestir Nude Project.
En este contexto, cada nuevo espacio es un lugar para estar, para verse y ser visto. “Hay quien ha llegado a primera hora y todavía no se ha ido”, bromeaba Álex Benlloch durante la inauguración.
Durante esta jornada, los primeros 400 asistentes recibieron fichas de casino con las que podían ganar desde una camiseta exclusiva hasta una bicicleta. Además, los primeros 50 obtuvieron una mini réplica de la llave gigante que cuelga en una de las paredes de la tienda. Detalles que funcionan como códigos de acceso a un club exclusivo.
De ahí nace Nude News, un periódico mensual en formato físico que recoge las novedades más recientes de la marca y que reciben quienes compran o visitan alguna de sus tiendas. Una forma más de celebrar los logros junto a su comunidad, fuera de su universo online.
En línea con esta visión, Nude Project ha rechazado el canal wholesale para mantener el control total sobre la experiencia de cliente y la narrativa de marca. Pero, ¿hasta qué punto se puede escalar un proyecto sin ceder parte del control?
“Queremos dejar que el mercado tire, no empujar”
Desde su origen como marca nativa digital entre 2018 y 2019, Nude Project ha registrado un crecimiento notable, alcanzando los 26 millones de euros en ingresos en 2023. Pero estamos en 2025, y aunque todo apunta a que los beneficios han seguido una curva ascendente, lo cierto es que la compañía no ha compartido nuevas cifras que confirmen el verdadero éxito de este negocio autofinanciado (bootstrapped), que sigue sin abrir sus puertas a la inversión externa.
“No tenemos inversores. No hay nadie presionándonos para crecer. Queremos dejar que el mercado tire, no empujar”. Por eso, la expansión hacia el norte de Europa se hace de forma orgánica y siempre en lugares donde el equipo quiere estar: “Quiero abrir tiendas en sitios que me encantan. No quiero ganar dinero en ciudades a las que no quiero ir”.
Así llegaron a Ámsterdam. Tras una pop-up con muy buena acogida, la ciudad demostró su potencial. Pero también había un componente personal. Muchos amigos de la infancia de Bruno C. —que creció en Bali— viven ahora en la capital neerlandesa, por la historia compartida entre Indonesia y los Países Bajos.
El modelo de drops: ritmo, exclusividad y conexión emocional
Pero que sería una tienda sin su ropa. Uno de los pilares estratégicos de Nude Project es su apuesta por colecciones cápsula o “drops”, que lanzan cada tres semanas aproximadamente. Cada drop incluye unas 65 referencias, organizadas en bloques narrativos y “minicápsulas”. El stock, intencionalmente limitado, se reparte entre sus tiendas físicas y el canal online, “las prendas justas para tratar de agotar y esperar al próximo drop”.
No se trata únicamente de generar FOMO (fear of missing out) —aunque la urgencia que despierta la escasez juega claramente a su favor—, sino de mantener una conversación constante con su audiencia.
“Probamos cosas nuevas, vemos qué gusta. Y como no producimos en masa, podemos mantener la exclusividad y permitirnos volver a producir algo si vemos que ha funcionado”, explican.
Sin una narrativa de fondo que articule los lanzamientos, el modelo puede desembocar fácilmente en una rueda vacía que gira por inercia. Casanovas lo sabe bien, y por eso insiste en que cada colección nazca de un concepto con carga emocional y resonancia personal.
"Siendo honesto", confiesa Bruno, "durante mucho tiempo, las colecciones de verano de Nude Project no terminaban de funcionar. Y Alex y yo no entendíamos por qué". Pero, “¿cómo íbamos a crear ropa de verano quedándonos encerrados todo julio en la oficina”.
Así decidieron crear la Nude Project Mansion en Ibiza. “Fue brutal y conseguimos reunir a gente increíble en un solo lugar”, recuerdan. De unas vacaciones familiares posteriores— surgió Il Dolce Farniente, el concepto en torno al que giran Bambino —recién sacada— y las que le seguirán como parte de este imaginario: Más Vino Jajaja y El Arte del Aburrimiento.
Así cada colección es una oportunidad para lanzar un mensaje. Bambino conecta con la niñez interior; Ronaldinho representa el “jogo bonito” del fútbol que “más allá de ganar, se centra en inspirar”, resume Casanovas.
Confianza radical y filosofía compartida: un modelo de negocio adaptado a su generación
Más allá del producto o el modelo comercial, el proyecto también se apoya en una forma de liderar que se aleja de los esquemas jerárquicos clásicos. “La palabra jefe está acabada. Lo que queremos es confianza, desafío y diálogo honesto”, explica Casanovas, citando la filosofía de Radical Candor propuesta por Kim Scott. "Todos queremos trabajar donde nos sintamos cómodos, bien y valorados".
Esta generación es potente. Tiene energía, tiene valores. No tolera la tiranía laboral, pero es muy trabajadora si siente propósito. A veces nos llaman "generación de cristal", pero para mí somos "sweet gangsters": duros por fuera, dulces por dentro. Y Nude Project quiere ser un altavoz para eso.
El vínculo entre los cofundadores, que incluso viven juntos, parece respaldar esa visión. “Confío tanto en mi socio Álex que muchas veces llegamos a las mismas conclusiones sin hablarlo. Somos el yin y el yang, y esa es nuestra fuerza”, afirma.
Este compromiso con la cultura de la empresa también intentan compartirlo con el resto del equipo, que en su mayoría es joven y podrían confundirse fácilmente con un grupo de amigos.
“No quiero llegar a un punto donde abrimos tantas tiendas que ya ni puedo ir a una inauguración. No quiero ir a mi oficina y no conocer a mi equipo”
Para que los nuevos miembros comprendan la cultura de la empresa desde el primer día, han creado la Nude University, un mes de onboarding con clases de filosofía dadas por Bruno o negocio por Alex, pasando incluso por sesiones deportivas a través de su ahora tan popular running club.
Uno de los desafíos que enfrentan ahora es cómo mantener esa cultura a medida que se expanden. En la tienda de Ámsterdam, con un equipo de 20 personas, este trabajo recae en buena parte en su experto en retail, Miki Fernández Arredonda.
“Ha creado su propia cultura, pero que es una extensión de la nuestra”, dice Casanovas. “Cuando contratamos a gente de tienda, algo que intentamos hacer a menudo, nos damos cuenta de que ya llegan con un sentido de pertenencia y unos valores increíbles”.
¿Qué viene ahora? ¿Más tiendas? Sí, pero sin prisa. “Reinvertimos todo y eso nos permite crecer sin presión. No buscamos abrir 20 tiendas al año y perder identidad”.