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Inditex: por qué los actuales “aranceles asimétricos” de Trump son lo peor que les podía pasar

Por Jaime Martinez

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Empresas|Análisis
Óscar García Maceiras, consejero delegado de Inditex, durante la presentación de los resultados anuales del ejercicio de 2024. Credits: Inditex.

Madrid – De entre todos los escenarios posibles, el que se perfila desde esta “pausa” de 90 días decretada sobre la nueva política arancelaria de los Estados Unidos por su presidente, Donald J. Trump, con sus “aranceles asimétricos” para China y la Unión Europea, se presenta como el peor y el más desfavorable y desafiante para los intereses de Inditex, y también, así se estima, que para los del resto de las grandes minoristas de moda con presencia en Europa. ¿Los motivos? Veámoslos.

Poniéndonos primeramente en un mayor contexto, con la compañía a las puertas de terminar de completar el relevo al frente de su máxima dirección, dando la bienvenida, a partir del 1 de abril de 2022, a Marta Ortega Pérez como nueva presidenta no ejecutiva de Inditex, escasamente y menos de 15 días antes de que se formalizase ese nombramiento, desde la multinacional de la moda española, para entonces con ya Óscar García Maceiras ejerciendo como CEO, pero con todavía Pablo Isla en el cargo de presidente ejecutivo, informaban, a fecha del 16 de marzo de 2022, de los resultados registrados al cierre de su ejercicio de 2021. Un año fiscal que, por primera vez desde su fundación, Inditex cerraba con los Estados Unidos posicionándose como su mayor mercado global, únicamente por detrás de España. Un hecho que no dudaron en dejar patente desde la dirección de Inditex sobre las cuentas de resultados de ese ejercicio, saliendo así a tranquilizar los ánimos de unos inversores y mercados que atendían con preocupación a los efectos que sobre sus balances pudiera llegar a provocar el reciente conflicto bélico que acababa de estallar en Europa, tras la invasión de Ucrania el 24 de febrero de 2022 por parte del ejército de la Federación de Rusia. Un país este en el que Inditex operaba para entonces a través de una red comercial de 502 tiendas, un número ligeramente ya inferior al del cierre del ejercicio de 2020 que la compañía completaba en su día con Rusia como su segundo mayor mercado, tanto por huella comercial como por volumen de negocio, representando hasta el 5 por ciento del total de las ventas de Inditex de ese ejercicio.

Después del cierre temporal de su red comercial en Rusia, el 5 de marzo de 2022, y de la venta de su negocio en el país para finales de octubre de aquel mismo año, parecían claras las ambiciones del gigante español de tratar de redirigir todos sus esfuerzos a impulsar su crecimiento en los Estados Unidos. Un país que, según defendían desde su dirección para ya junio de 2022, la compañía no había hecho más que consolidar como su segundo mayor mercado, compensando los efectos de la paralización de sus operaciones en Rusia y Ucrania, así como el rendimiento a medio gas de su negocio en China, afectado todavía por los efectos de la pandemia por coronavirus, gracias al buen rendimiento de sus ventas en los Estados Unidos. Un país en el que, sin informar de manera exacta sobre su volumen de facturación, parecía claro que Inditex sí estaba sabiendo crecer, como se desprendía del enfrentar las cuentas de un 2019 que, en lo referente a sus operaciones en Estados Unidos, Inditex cerró con un beneficio antes de impuestos (BAI) de 84 millones de dólares (+68 por ciento frente a los resultados del año anterior) y con una red comercial integrada por un total de 99 puntos de venta de Zara, y las cuentas de un 2022 que, tras su salida ya de Rusia, Inditex completaba con un BAI de 424 millones de euros (+67,58 por ciento de crecimiento interanual) y 98 tiendas de Zara en Estados Unidos. Un desempeño, desde antes de la pandemia por coronavirus, hasta después de su salida de Rusia, que dejaba a Inditex perdiendo un punto de venta, sí, pero disparando su BAI en los Estados Unidos desde los 84 a los 424 millones de euros (+404,76 por ciento).

Con el objetivo puesto en lograr impulsar todavía más ese desempeño al alza en el país norteamericano, y a la vista de las “grandes oportunidades de crecimiento a largo plazo en los Estados Unidos” que encontraban para entonces desde Inditex, al cierre de ese mismo ejercicio de 2022 la compañía anunciaba que, entre 2023 y este 2025 en el que ya nos encontramos, Inditex acometería, de la mano de Zara, “al menos 30 proyectos” en los Estados Unidos. Proyectos que ya sabemos que no han llevado, ni van a llevar, a un crecimiento exponencial de sus puntos de venta con relación al aumento de su desempeño económico en EEUU desde 2019, a la vista de unas últimas cuentas de un ejercicio de 2024 que Inditex cerró, en relación a su negocio en Estados Unidos, con un BAI de 415 millones de euros (+5,59 por ciento interanual) y 99 puntos de venta, con 98 tiendas de Zara y una de Massimo Dutti. Unos indicadores que nos dibujan una situación en los Estados Unidos bien distinta a la que protagonizaba Inditex al cierre de aquel 2022 tras la venta de su negocio en Rusia, con un BAI que baja de los 424 millones de entonces a los 415 millones de euros registrados en 2024 (-2,12 por ciento), y con el mismo número de tiendas en total, 99 establecimientos, con los que la compañía ya contaba en 2019. Cifras y números que reflejarían un crecimiento de Inditex en los Estados Unidos que se habría mantenido completamente estancado, por no señalar que completamente a la baja, desde 2022, evidenciando con ello las dificultades que realmente estaría encontrando la compañía española en su intento por tratar de ganar una mayor presencia y capilaridad dentro de un mercado estadounidense que se ha estado mostrando especialmente desafiante para Inditex, ya durante los ejercicios de 2023 y de 2024.

Tres escenarios posibles para el próximo desempeño de Inditex en Estados Unidos (y en el mundo)

Tras esta radiografía detallada sobre cómo ha venido evolucionando y en qué situación se encuentra actualmente el negocio de Inditex en los Estados Unidos, país al que han vuelto a posicionar al cierre del ejercicio de 2024 como a su principal mercado internacional, solamente por detrás de España, pasamos ahora a poner el foco de atención sobre los tres escenarios que se le presentan a la dueña de Zara para su desempeño en los EEUU, y en el resto del mundo, a raíz de la disrupción para esas operaciones que ha supuesto el anuncio, el pasado 2 de abril, de la nueva política arancelaria para el país decretada por su presidente, Donald J. Trump. Tres escenarios que van del más conservador, y para el que se presupone el que se practique una enmienda a la totalidad para esas políticas, con el regreso a la situación previa a la del 2 de abril; a los más exigentes y adversos, que corresponderían en su caso, primero, al de la instauración de los aranceles conforme a lo anunciado en esa jornada del pasado miércoles 2 de abril, y segundo, al del escenario actual de “pausa” en la aplicación de esas políticas, conforme a los términos en los que ha terminado por resolverse esa “pax in tempore” de 90 días decretada el pasado 9 de abril por el presidente Trump para su aplicación. Un escenario este último que, siendo además el actual y vigente, es el que justamente, ya lo adelantamos, resulta peor para los intereses y para el desempeño de Inditex, y del resto de compañías minoristas europeas de la moda, y ya no solo hablamos que para su rendimiento solamente en los Estados Unidos, sino a una escala global. Pero veamos las razones y motivos que nos llevan hasta estas predicciones, atendiendo de manera más precisa a la potencial realidad que se oculta tras cada uno de esos tres escenarios que planteamos.

1.- Escenario “normalizado”, con el regreso a las políticas arancelarias previas a Trump

Este escenario es el que resulta más fácil de analizar, puesto que es el que correspondería a un regreso a la situación previa al anuncio de esa nueva política arancelaria decretada por el presidente Trump el pasado 2 de abril para las importaciones a los Estados Unidos. Un escenario “normalizado”, frente al que desde Inditex no encontrarían necesidad alguna de acometer ninguna clase de cambio ni reestructuración de sus operaciones, ni dentro de su cadena de valor, limitándose ante él a responder con las mismas estrategias y con la misma hoja de ruta que ya venían implementándose, en sus objetivos y ambiciones por seguir consolidando su presencia en los Estados Unidos, y al país como su mayor mercado internacional por detrás de España. Intenciones que, para este 2025, confiaban, y confían, con apuntalar mediante nuevas aperturas como las previstas para Zara en el centro comercial The Grove de Los Ángeles y en el The Forum Shops at Caesars Palace de Las Vegas —prometida ya para el pasado ejercicio de 2024—, ambas como parte de esos 30 proyectos de apertura y reformas comprometidos para los ejercicios de 2023 a 2025.

Como ya hemos advertido, se tratan estas de una serie de metas para las que el mercado estadounidense ya se le estaba presentando como especialmente desafiante a Inditex, en esas circunstancias “normalizadas” que se daban antes de que el presidente Trump se decidiera a dar rienda suelta a la guerra comercial abierta por los Estados Unidos contra sus principales socios comerciales. De ahí el que precisamente este escenario, que ya presentaba como veíamos sus propias dificultades para la compañía española y para su crecimiento en el país norteamericano, pero ante el que desde Inditex ya contaban con unas estrategias claras, sea el que justamente se presenta ahora como el más improbable de los tres que se le van a poder presentar a la multinacional.

2.- Escenario con los “aranceles recíprocos” del 2 de abril en vigor

El segundo de los escenarios posibles que se presenta como probable a futuro, y ya mucho más que el anterior, es el que contempla el que termine por imponerse una situación como la reflejada en la orden ejecutiva de Trump del 2 de abril, desde la que se decretaba esa nueva política arancelaria para las importaciones a los Estados Unidos. Un escenario en el que se mantienen inalterados de este modo tanto ese arancel mínimo “universal" del 10 por ciento para todas las importaciones a los Estados Unidos, como esos “aranceles agravados” para 57 socios comerciales, en unos porcentajes que van del 50 por ciento a Lesoto, al 34 por ciento a China o el del 20 por ciento a las importaciones procedentes de los Estados Unidos.

Frente a este potencial escenario, que es el que alcanzó a entrar en vigor durante, unas pocas horas, el pasado 9 de abril, ya entonces incluyendo además un “castigo” añadido contra China, desde Inditex, de boca de su director ejecutivo, Óscar García Maceiras, se ciñeron a dar por respuesta la misma que el mismo Maceiras ya ofreció, el pasado mes de marzo, durante la presentación de los resultados del ejercicio de 2024. Respuesta consistente en, ante la incertidumbre que despertaban los aranceles, poner en valor la “ventaja competitiva” que, mantienen desde la multinacional de la moda española, les brinda su diversificado sistema de producción, con además un enfoque especialmente dirigido a la producción “en proximidad”, entendida como la realizada en países próximos a Europa y a España, como España, Portugal, Marruecos y Turquía. Ventaja que, a la vista de esa nueva política arancelaria presentada por el presidente Trump, realmente se presentaba como cierta, en la medida en la que, redistribuyendo su producción entre los diferentes 10 clústeres en torno a los que concentraron su producción en 2024, en España (20 por ciento de aranceles), Portugal (20 por ciento), Marruecos (10 por ciento), Turquía (10 por ciento), India (27 por ciento), Bangladés (37 por ciento), Pakistán (30 por ciento), Vietnam (46 por ciento), China (34 por ciento) y Camboya (49 por ciento), parecía claro que Inditex iba a poder sortear, sino con toda la suerte, sí mejor que sus competidoras, el impacto de los aranceles. Un golpe que, en Europa, no iba a implicar mayores retos que a los que ya estuviera haciendo frente la compañía, mientras que en los Estados Unidos, Inditex no solamente iba a poder mostrarse más competitiva frente otras compañías europeas presentes en el país, sino frente a las mismas compañías estadounidenses que dependieran de unas mayores importaciones procedentes de Asia, sin contar con esas redes de proveedores en mercados como ese Marruecos o Turquía que habían salido mucho mejor parados que los incorporados a esa lista de los 57 países para los que se decretaron otros tantos y dispares “aranceles agravados”.

3.- Escenario con los aranceles “asimétricos” de los 90 días de “pausa”

Como último y tercer escenario, llegamos al que se abría el pasado 9 de abril después de que el presidente Donald J. Trump se decidiese a decretar una “pausa” de 90 días en la aplicación de esa nueva política arancelaria, presentada por el mismo mandatario estadounidense escasamente una semana antes desde los jardines de la Casa Blanca. Una situación que es la actual, y para la que, a falta de cualquier nuevo vaivén que termine por imprimirle todavía una mayor incertidumbre, se han terminado por instaurar, en términos generales, unos aranceles “asimétricos” para las importaciones a Estados Unidos entre China y el resto del mundo, con de un lado unos aranceles añadidos del 0 por cinto para la práctica totalidad de los socios comerciales de Estados Unidos, y de un 10 por ciento para los países para los que se decretaron esos “aranceles agravados” en primer lugar; a excepción de China. País este para el que se han terminado por acordar unos aranceles agravados del 125 por ciento, que sumados a los del 20 por ciento con los que ya venían gravándose las importaciones chinas a EEUU, dejan al gigante asiático teniendo que soportar una carga arancelaria sobre sus importaciones a los Estados Unidos del 145 por ciento. Un escenario que, además del vigente, es el que también amaga con convertirse como el más probable para una vez superado ese periodo de 90 días, a falta de acuerdos que lo corrijan, y que entraña una serie de complejidades para Inditex, tanto en los Estados Unidos como en Europa, que son las que lo llevan a situarse como el más complejo y desafiante para la multinacional de la moda española.

Efectos en Estados Unidos

Ciñéndonos al caso de Inditex, este nuevo escenario no elimina esa “ventaja competitiva” con la que desde su dirección alegaban ya que iban a poder defenderse en los Estados Unidos frente a la nueva política arancelaria del país, ni mucho menos, pero sí la desdibuja. No tanto frente a las compañías estadounidenses que cuenten con sus principales centros de producción para sus propuestas en China, y ante las que Inditex podría tratar de seguir sacando ventaja de este modo de su diversificada cadena de valor, debiendo hacer frente a aranceles del 0 por ciento para sus importaciones procedentes de Marruecos y Turquía, y del 10 por ciento para las llegadas de India, Bangladés, Pakistán, Vietnam y Camboya; sino ante el resto de compañías minoristas europeas y asiáticas que igualmente cuentan con centros de producción deslocalizados fuera de China. Grupos de moda que de este modo solo terminarán de hacer frente a los “aranceles asimétricos” mínimos del 0 al 10 por ciento, misma horquilla en la que se mueve de manera más favorable la red de proveedores de Inditex, que ya no estaría sola en su presumible ventaja frente a las minoristas estadounidenses, a las que Trump está forzando a volver a producir dentro de los Estados Unidos, o en países especialmente afines, para poder ser competitivas justamente frente a competidoras como Inditex. Compañía que así pues, y a modo de resumen, encuentra tras la imposición de este escenario un panorama en Estados Unidos, más favorable naturalmente que el anterior por la menor carga a las importaciones, pero al tiempo más desafiante, en la medida en la que su ventaja competitiva basada en su diversificada cadena de valor no desaparece, pero sí se debilita como apuntamos frente a otros operados europeos, asiáticos, y también estadounidenses, que produzcan fuera de China; circunstancia que, al igual que a Inditex, les evitará tener que hacer frente a esos aranceles máximos que se han terminado imponiendo contra las importaciones a EEUU procedentes del gigante asiático.

Efectos en Europa

Y si más competitivo va a resultar el mercado estadounidense para Inditex en este escenario, incluso más que en ese segundo que analizábamos por esa mayor presión que va a poder encontrar por parte de otros operadores extranjeros y estadounidenses en el país, mucho más se prevé que lo vaya a ser para la multinacional española el mercado europeo. Porque es que va a ser aquí, en Europa, donde realmente se van a presentar las mayores complejidades y retos para la compañía que se derivan de este escenario. Para poder aclarar este punto, en primer lugar cabe reseñar el que Europa representa, con datos de cierre del ejercicio de 2024, el 65,7 por ciento de todos los ingresos anuales de Inditex, frente al 18,6 por ciento que presentó todo el conjunto de la región de las Américas, con España representando por sí sola el 15,1 por ciento, y el resto de los países europeos el 50,6 por ciento restante de todas las ventas anuales de la multinacional española. Un peso dentro de las cuentas de Inditex, que no es sino el reflejo del buen posicionamiento y del crecimiento (+11,19 por ciento interanual) que ha sabido firmar la compañía española en el conjunto de toda Europa, un mercado común que todo apunta a que está a las puertas de convertirse en un auténtico campo de batalla para las empresas de moda. El motivo y causa, están en que, tras el cierre del mercado estadounidense a las importaciones chinas —porque los aranceles añadidos al 34 por ciento era un golpe, al 125 por ciento son inasumibles—, sus empresas, al igual que tratan de hacer las europeas con sus productos, van a salir a buscar nuevos mercados hacia los que dirigir sus exportaciones; y en ese objetivo, es Europa la que se presenta como el destino más probable. Esto fácilmente podría llevar a una saturación del mercado europeo, que presenta el potencial de terminar viéndose inundado por propuestas de moda a unos precios realmente bajos, procedentes de todas esas exportaciones chinas que finalmente no terminen importándose a los Estados Unidos. Una situación compleja, que afectaría no solamente a Inditex, sino al resto de las minoristas de moda con presencia en Europa, y para la que será ahora de interés el ver y analizar cómo las cadenas minoristas se preparan ante estas potenciales contingencias, en un contexto muy desafiante y de plena incertidumbre, y con la previsión de no solamente ya afectar a sus propias cadenas de valor, sino a la competitividad en mercados que están más allá de las fronteras de los Estados Unidos.

En resumen
  • La nueva política arancelaria de Trump presenta desafíos para Inditex, tanto en EE. UU. como en Europa.
  • El escenario actual, de aranceles ‘asimétricos', es el más complejo, en la medida en la que debilita la “ventaja competitiva” con la que cuenta Inditex para responder al aumento de los aranceles en EE. UU.
  • En el mismo escenario, Europa podría saturarse con exportaciones chinas baratas, afectando la competitividad de Inditex en el que es su mayor mercado.
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