Puig estudiará una potencial recompra de acciones
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Madrid – Arrastrando una caída de más de un -30 por ciento desde su salida a Bolsa, en mayo de 2024, el bajo precio al que cotizan las acciones de Puig se ha convertido en un problema de difícil solución para su dirección ejecutiva y consejo de administración. Un problema difícil, pero no imposible, para el que ya se encuentran barajando posibles medidas, entre ellas la de dar paso a una potencial recompra de acciones.
Ha sido a este respecto el propio presidente ejecutivo de Puig, Marc Puig, quien en declaraciones al medio económico Bloomberg ha apuntado a que desde la compañía española se encuentran ya abiertos a la posibilidad de aprobar un potencial proceso de recompra de acciones, con el objetivo de reactivar el valor de sus títulos en Bolsa. Eso sí, un proceso que incluyen entre las distintas medidas que, en cualquier caso no en un corto plazo, podría terminar de acordar en ese mismo objetivo el consejo de administración de la multinacional española de la moda y la belleza, propietaria de un tan extenso como diversificado portafolio de marcas entre las que no faltan etiquetas tan emblemáticas e históricas de ambos sectores como Carolina Herrera, Jean Paul Gaultier, Nina Ricci o Paco Rabanne;
“Con el tiempo, consideraremos si tiene sentido tomar medidas para ayudar a los inversores que han invertido en la acción a alcanzar el valor que creen que merece”, indicaba Marc Puig al respecto en sus declaraciones concedidas a Bloomberg. Unas palabras que terminaba de matizar incidiendo en cómo, a ese mismo respecto, “no se prevén movimientos a corto plazo” que vayan a tomarse desde el consejo de administración para la aprobación de esa potencial recompra de acciones, u de cualquier otra medida que se estime oportuna en ese propósito. Unas acciones que cabe presuponer que desde el consejo se guardan como última opción, y para el caso en el que sus resultados y acciones no terminen de encontrar una respuesta adecuada sobre el valor de sus títulos en Bolsa.
Focalizados en perfumería y belleza
Además de apuntar a cómo desde el órgano de gobierno de la multinacional no se descarta ya, aunque llegado a su debido momento, el acordar medidas adicionales y extraordinarias que sirva para mandar un claro mensaje de confianza a los mercados y a los inversores, tanto actuales como potenciales, de Puig, su presidente y director ejecutivo se sirvió de su encuentro con Bloomberg para subrayar cómo la compañía, trimestre tras trimestre, ha venido —a su entender— cumpliendo con todos los compromisos y objetivos de crecimiento que estableció para su salida a Bolsa. Una defensa que dejaba al descubierto su posición contraria a la realidad en la que cotizan en estos momentos las acciones de Puig. Unos títulos que cerraban la sesión de cotización de este pasado lunes, 21 de julio de 2025, en los 16,31 euros; un -33,43 por ciento por detrás de los 24,50 euros en los que debutaron las acciones de Puig en Bolsa el 3 de mayo de 2024.
“No siento que hayamos defraudado a nadie”, y es que “hemos cumplido, seguimos creciendo”, esgrimía Marc Puig, al tiempo que dejaba claras las estrategias que la compañía iba a tratar de implementar en su objetivo por seguir transitando por una senda de un desempeño positivo y de crecimiento, como la que ha logrado venir firmando desde su salto al parqué, aunque en un rendimiento que lejos de apuntalar, ha mantenido a sus títulos en una extrema volatilidad. Tendencia que, antes de acordar medidas excepcionales como la de una potencial recompra de acciones, desde el gobierno y la dirección de Puig confiarían el poder corregir, a través de una estrategia que se va a dar focalizada en la creación y la venta de fragancias, su principal línea de negocio por volumen de facturación, y en el desarrollo de los negocios de sus divisiones de maquillaje y de cuidado de la piel.
En cuanto a sus operaciones en moda, que la compañía aborda de manera integrada con las de perfumería, nada sobre estas se ha concretado ni señalado, al menos por ahora, de manera específica. Una falta de concreción que no dejaría de ser una muestra más de las formas con las que desde Puig siempre han venido penetrando en el sector, con el propósito de instrumentalizarlo y emplearlo a modo de “brillante paraguas” bajo el que seguir desarrollando sus negocios de perfumería y belleza. Unas maneras de operar que, tratando de sintetizar, son las mismas que Marc Puig señala que seguirán marcando las estrategias de Puig, del mismo modo que lo han venido haciendo hasta ahora, como empresa perfumista con operaciones en los segmentos del maquillaje y del cuidado de la piel, y propietaria de destacadas casas de moda cuyos históricos nombres le valen para, no ejercer una influencia activa y relevante dentro de ese segmento, sino para desarrollar esas otras operaciones en perfumería y belleza en las que se encuentra especializada la multinacional española. Operaciones para las que “lo que tenemos que hacer es arriesgarnos, contar buenas historias y crear productos excepcionales”, defendía Marc Puig frente al citado medio económico. “Me gustaría pensar que podemos seguir entusiasmando a la gente con nuestros productos”, concluía.
Resultados frente a cotización
A pesar de esas sensaciones de arrojo y de valentía que parecían tratar de transmitir las declaraciones facilitadas por su presidente ejecutivo, podemos terminar por resumir el que actualmente está en el ánimo de la dirección de Puig el seguir al pie de la letra con las estrategias que ya se han venido implementando hasta ahora. Y es que, y como dejan de manifiesto las palabras de Marc Puig, desde la perspectiva de la dirección, no se termina de entender que exista un problema con su estrategia, a la vista de los buenos resultados que, a su entender, la compañía sigue entregando trimestre tras trimestre. Resultados que no obstante había bien que matizar en relación a las cuentas presentadas hace menos de una semana por Puig, relativas al segundo trimestre de su actual ejercicio fiscal de 2025; cuentas que dejaban al descubierto un duro impacto recibido por la compañía sobre sus operaciones en América y en el segmento de fragancias y moda, justificaban desde Puig que debido a los tipos de cambio y a la debilidad del dólar estadounidense.
Pero si, siguiendo con los planteamientos que dejan al descubierto desde su dirección, el problema no está en la estrategia, a la vista de sus “buenos resultados”, ¿dónde está? ¿cuál es la causa de que el valor de las acciones de Puig siga tan por detrás del precio en el que se marcó su salida a Bolsa? Según plantean desde Puig, parece que el problema estaría en unos inversores que no terminan de apreciar el “tremendo valor” y el “gran potencial” de la compañía; una realidad de la que tratarían de hacerles conscientes, llegados al momento en el que no terminasen de hacerlo los resultados de crecimiento que confían en seguir entregando al cierre del ejercicio de 2025 —para el que mantienen como previsión un incremento de las ventas del +6 al +8 por ciento en términos comparables—, mediante la adopción de esas medidas “excepcionales”, como la de aprobar una recompra de acciones.
Se trata esta de una visión que peca, digamos, que de un exceso de ensimismamiento —y de algo de narcisismo—, pero en la que en parte podrían terminar de tener su parte de razón en Puig, pero siendo resultado no de ninguna falta de apreciación sobre el valor de su modelo de negocio, y ni tan siquiera de esa tan demandada nueva hoja de ruta y plan estratégico desde el que terminar de perfilar sus estrategias de crecimiento y de generación de valor para un medio plazo tras su salida a Bolsa, sino del bajo capital flotante con el que opera Puig en Bolsa. Y es que con su salida al parqué, la empresa, y su familia propietaria, terminó por poner en circulación el 28,3 por ciento del capital de la empresa, manteniendo en contra bajo su control el 71,7 por ciento restante, con además el 92,5 por ciento de los derechos de voto. Unos repartos del capital, y de los derechos de voto, que podrían ser claramente el origen de esa alta volatilidad que está afectando al valor de las acciones de Puig, y al relativo poco interés que estas podrían terminar por despertar entre los inversores institucionales.
- Las acciones de Puig han caído más de un 30% desde su salida a bolsa en mayo de 2024, lo que ha llevado a la dirección a no descartar considerar una posible recompra de acciones.
- Marc Puig, su presidente ejecutivo, defiende que la compañía ha cumplido sus objetivos de crecimiento y se enfocará en perfumería, belleza, en el desarrollo de producto y en contar “buenas historias” para entusiasmar a clientes e inversores.
- Con unos resultados de crecimiento positivo firmados trimestre tras trimestre desde su salida a Bolsa, la falta de una actualización de su plan estratégico, de estrategias específicas para el desarrollo de sus operaciones en moda, y el bajo capital flotante de la compañía, serían posibles causas de la alta volatilidad que ha venido afectando al valor de las acciones de Puig.