Andrea Izzo-Capella: “Me interesa hacer cosas que nos permitan salir adelante como sociedad”
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Andrea Izzo-Capella es arquitecta, diseñadora y la fundadora de “Mujeres Rurales”, una iniciativa que propone trabajar, a través de la moda, los desafíos socioculturales que viven las mujeres de la Pampa Gaucha de Argentina.
FashionUnited tuvo la oportunidad de conversar con Andrea, que fue una de las responsables de armar el primer congreso Ibero latinoamericano de diseño en 2021 y este año está cumpliendo 30 años de trabajo en el mundo de la moda. A continuación, un poco de su historia y de los proyectos que vienen.
Arquitecta y diseñadora de moda
Andrea cuenta que le interesó el vestuario desde muy chica cuando iba a ver los espectáculos del Teatro Colon y el San Martín junto a su padre. Aunque, tal vez por mandato, estudió arquitectura, se graduó de la carrera en 1988 y trabajó como profesora de historia de la arquitectura, no dejó de lado su interés por la moda. En 1992 empezó a tomar cursos junto al diseñador Roberto Piazza y pocos años después se convirtió en profesora de moldería de la Cátedra de Miguel Angel Cejas en la universidad de Buenos Aires. “También dí clases en esa primera escuela de Piazza. Después nos asociamos en lo que fue el Instituto Superior, empecé a hacer la producción de su marca y dirigí la boutique de Roberto Piazza Couture hasta que me fui desprendiendo”, recuerda.
De la ciudad al campo
Después de pasar por momentos difíciles por pérdidas familiares entre 2001 y 2003, Andrea se mudó desde la Capital Federal a la ciudad de Las Flores, una localidad ubicada en la zona centro-este de la Provincia de Buenos Aires. “Roberto (Piazza) me propuso dedicarme a su línea deportiva porque había vendido la licencia y sugerí montar los talleres en Las Flores. Finalmente, me instalé, pero el proyecto no salió así que durante un tiempo estuve un poco en rebeldía con la moda. Hice de todo, me dediqué a criar caballos de polo y trabajé en una fábrica, entre otras cosas” cuenta.
“Diseñar una colección mía tal vez sea mi asignatura pendiente”, reflexiona Andrea que actualmente hace algunos trabajos de Alta Costura y docencia. Pero, sin dudas, gran parte de su energía está en su proyecto Mujeres Rurales. Pero ¿cómo empezó todo? “En el 2018 me llamaron de la revista Hola de Costa Rica y me ofrecieron presentar una colección en una pasarela que se iba a hacer allá. Ese año había empezado a dar clases nuevamente en una escuela de Las Flores y ofrecí llevar los trabajos de mis alumnas. Cuando llegué a Costa Rica conocí el Instituto Iberoamericano de Cooperación Agricola, un organismo internacional muy prestigioso que había empezado a trabajar con el concepto de la mujer rural. Empecé a involucrarme porque mis alumnas eran de Las Flores y tenían las características de las mujeres rurales y yo, aunque viva en el pueblo, también soy una mujer rural”.
Mujer rural
“Históricamente, la mujer rural tenía que educar a sus hijos, conservar los legados culturales y alimentar. Están las mujeres rurales, como las colombianas, cafeteras; también las del norte argentino, con un fuerte legado cultural desde lo textil y la mujer de la pampa gaucha. El gaucho es una figura hermosa y mítica, pero es un ser que despreció a la mujer durante décadas. La mujer rural de la pampa gaucha no tiene ningún legado cultural que preservar porque acá no había nada. Hoy hay ciertas características socioculturales de esta historia que todavía están presentes”, explica.
Andrea empezó a trabajar con las mujeres de Las Flores, muchas de ellas del campo y que tal vez nunca imaginaron la posibilidad de salir de su ámbito. Pero Andrea tomó el desafío y las invitó a conocer un poco del mundo de la moda. Fueron en grupo a un desfile en Pilar y algunas estuvieron por primera vez en un shopping . De poco se fue desarrollando el proyecto y despertando interés, por lo que logró obtener un subsidio del Ministerio de Cultura y una beca que permitirán la apertura de un espacio físico en el que se ofrecerán diferentes actividades siguiendo esta misma línea.
“Me puse a pensar en qué producto se puede hacer y que sea exportable. Me metí en el tema del fieltro, así que junto a las mujeres de acá vamos a comenzar a trabajar con ese material para ofrecer un producto que sea florense”, dice Andrea adelantando algo de lo que vendrá y agrega: “Se trata de trabajar mucho en un lugar en donde el tema diseño es poco conocido. Acá cuando se habla de diseño se cree que es la confección y en realidad tiene que ver con empezar a pensar, no solo con lo manual y artesanal. Así podemos generar más fuentes de trabajo que es al fin de cuentas un poco el objetivo de todo esto. Me interesa hacer cosas que nos permitan salir adelante como sociedad”.