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Alessandro Michele debuta como director creativo de Valentino

Por Jaime Martinez

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Moda

Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.

Madrid – Era el gran plato fuerte de esta actual edición de septiembre de la Semana de la Moda de París, y finalmente se nos servía durante esta jornada del domingo 29 de septiembre. Séptimo día de desfiles oficiales del calendario oficial de la pasarela parisina, y día desde el que el romano Alessandro Michele terminaba por debutar como nuevo director creativo de la casa Valentino, entrando así a marcar un punto de inflexión tanto sobre su histórico, como sobre su trayectoria profesional dentro del universo de la moda.

Nombre y figura clave en la historia más reciente de la casa Gucci, firma que logró impulsar y a la que llegó a aupar a la cúspide del ecosistema del lujo, disparando tanto sus niveles de facturación como su influencia dentro de la industria hasta cotas nunca antes alcanzadas, durante los cerca de ocho años en los que se mantuvo como director creativo de la firma italiana, el anuncio de su salida de la dirección de la firma, en noviembre de 2022, terminó por sacudir por entero los cimientos del sector. Una industria que se convulsionaba ante la decisión del grupo francés Kering, propietario de Gucci, de prescindir del creativo que había logrado refundar y revitalizar la casa tras la etapa más “sobria” liderada, desde 2006 a 2014, por la italiana Frida Giannini, cumpliendo así con creces con los objetivos que se le habían encomendado cuando, allá por enero de 2015, asumiera la dirección creativa de la firma. Un cargo en el que Alessandro Michele era cesado en noviembre de 2022, en un movimiento estratégico que respondía a la incapacidad que había mostrado el romano por tratar de avanzar hacia los que eran los nuevos objetivos estratégicos de Kering para Gucci, su principal firma de moda en cartera por volumen de negocio. Una etiqueta que ya había dado signos de haber alcanzado un estancamiento, esos sí en máximos, de sus niveles de facturación bajo el “universo creativo” de Michele, y para la que desde la multinacional francesa guardaban un nuevo propósito claro: alejarla del segmento de “ocasiones especiales” a la que se ataba la firma de la mano del diseñador romano, para acercarla a la de un nuevo segmento 24/7, 24 horas del día, para los siete días de la semana, desde el que tratar de destapar, y rentabilizar, todo el potencial de la marca Gucci.

Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.

En ese propósito, y tras el tiempo que se le otorgó a Michele para que tratase de reconducir a la firma hacia ese contexto e identidad, objetivo ante el que fracasó, desde Kering terminaron tomando la decisión de prescindir de sus servicios, anunciando su salida de la casa en noviembre de 2022, y el nombramiento de Sabato De Sarno como nuevo director creativo de Gucci en enero de 2023. Nombramiento que aún a día de hoy se sigue cuestionando, y al que le seguía, el pasado mes de marzo de 2024, el de Michele como nuevo director creativo de Valentino. Un anuncio este que terminaba dejando tras de sí un cierto sabor a gatopardismo, en la medida en la que, entre titulares, rumores interesados, reflexiones y análisis sobre cuáles iban a venir siendo los futuros de ambas firmas de moda, desde noviembre de 2022, con la salida de Michele de Gucci, y este domingo 29 de septiembre de 2024, fecha de su debut como nuevo director creativo de Valentino, todo se ha terminado realmente de resumir en esto: la llegada de Sabato De Sarno de las filas de Valentino a la dirección de Gucci, y el cambio de Alessandro Michele de director creativo de Gucci, al de Valentino. Una firma sobre la que cabe además recordar que Kering tomó el 30 por ciento de su capital en julio de 2023, por 1 700 millones de euros, como parte de un acuerdo estratégico con su compañía matriz, el fondo de inversión Mayhoola, controlado directamente por la compañía catarí, vinculada a la familia real de Qatar, Qatari Mayhoola for Investments, propietaria también de las firmas Pal Zileri y Balmain.

Pariendo así de esa filosofía tan italiana del gatopardismo desde la que se señala a la necesidad de que todo cambie, para que nada cambie, y que parece haberse arraigado en la actual escena del lujo, lo cierto es que, y visto ya en perspectiva, tras esa sucesión a la que señalábamos de nombramientos, titulares y concienzudos y elevados análisis, poco ha cambiado la escena del lujo tras este cruce de creativos entre Gucci y Valentino, aparentemente provocada de manera interesada por Kering. Y es que mientras Gucci ha pasado a ofrecer una estética muy propia de lo que venía siendo la Valentino de Pierpaolo Piccioli, a cuyo equipo pertenecía De Sarno, eso sí en su versión más utilitaria, Alessandro Michele se encargaba de confirmar esta filosofía con su debut de este domingo como director creativo de Valentino. Firma a la que ha terminado de contagiar de su gusto por la estética de inspiración histórica y sesentera, con su inclinación hacia los volantes, las puntillas y los brocados, desde una primera colección de debut sobre la pasarela —ya se estrenó como director creativo de Valentino con la colección Crucero 2025 “Avant les Débuts” presentada en junio— que perfectamente podía haber firmado durante su etapa como director creativo de Gucci. Una nula evolución sobre su estética, con la que Michele llega para reafirmar su universo estilístico, y a sí mismo, dentro de la industria de la moda, de la mano de una colección de hondo trasfondo intimista y personal, desde la que ha pretendido expresar cómo es en la belleza que busca y que estudia para la hora de componer sus colecciones, donde ha encontrado el refugio en el que resguardarse durante su ostracismo tras la salida de la dirección de Gucci. Una belleza a la que ha pretendido así rendir tributo por sus servicios prestados, desde esta colección de debut sobre las pasarelas como nuevo director creativo de Valentino.

Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.

“Somos criaturas frágiles, constantemente expuestas a la sensación del límite”, que “caminamos de puntillas sobre espejos que se rompen bajo nuestro peso”; y “al caminar, ningún paso está exento de riesgo de tropezar y caer”, al igual que “al respirar, ningún aliento está exento de una sombra de vulnerabilidad”, expresa el mismo Michele a través de unas sentidas palabras redactadas a modo de explicación de esta colección de debut. “Nos movemos, inestables, en un horizonte transitorio sin vía de escape”, y “es esta condición precisa, sin embargo, la que nos introduce en el verdadero sentido de nuestra dimensión temporal”, porque “¿qué sentido tendría nuestro tránsito terrenal si no estuviera determinado por el tiempo, sino que fuera infinito?”, se inquiere de manera metafísica el diseñador romano.

Desvelando así esas dudas y esa búsqueda del sentido de la vida en la que pareció embarcarse tras su salida de Gucci, “inmersos como estamos en la infinitud ilógica del devenir, sentimos innatamente la urgencia de dar un sentido a este mundo tumultuoso y recorrer el misterio de la vida en busca de algo que pueda darle valor y consistencia”, expone Michele. Y “en esta perspectiva”, apunta, “la belleza puede representar un remedio para la angustia que surge de la naturaleza efímera e indeterminada de nuestro destino”. “Un ancla para navegar dentro de ese ‘pavillon des folies’ (pabellón de las locuras) que llamamos vida”.

Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.

Entre influencias años 60 y 20 y motivos en inspiración “art decó”

Bajo precisamente el título de “Pavillon des Folies”, Michele ha presentado en su debut sobre las pasarelas como director creativo de Valentino una colección colorida, aunque marcadamente oscura y lúgubre, en la que profundos negros se combinan y van dando paso a mortuorios lilas, a azules añejos, a suntuosos dorados, a opulentos rojos carmín y a rosas ceniza y empolvados. Coloraciones de una intensa melancolía, que encuentran una tenue relajación y contrapunto en la presencia de unos singularmente profusos blancos rotos y envejecidos, que además de aportar un tono de luz, terminan de apuntalar esa estética nostálgica y afligida sobre la que se asienta la propuesta, tanto en su fondo como en su forma.

Acompañando perfectamente a los sentimientos que despierta este universo cromático, de velo en unas intensidades más apagadas que las empleadas durante sus años como director creativo de Gucci, en cuestión de patrones y de hechuras, la colección pocos cambios refleja realmente frente a las de sus anteriores años al frente de la firma florentina, a través de siluetas años 60, pero repletas de guiños y de referencias hacia la moda de comienzos de siglo. Una combinación de influencias que llevan al diseñador romano a mostrar una colección cargada de detalles “art decó”, desde la que nos invita a imbuirnos de esa elegancia de ostentosa artesanalidad que exhibían las clases pudientes de la década de los años 20. Años en los que irrumpió ese estilo “flapper” que no han dudado en salir a reinterpretar desde Ferragamo a Dior o, de manera más reciente, Fendi, y que Michele revisita de una manera genuinamente propia y singular, aunque con una tan cargada dosis de nostalgia, y de elementos decorativos, que realmente es lo que hace que, junto a la platea y la estética general, sean detalles difícilmente fáciles de apreciar por el ojo de un primer vistazo. Cuestiones ambas que ponen en valor tanto la riquísima confección que acompaña a cada una de las piezas de esta colección, como la capacidad de Michele para entrar a revisitar la moda de otras décadas, y aún así dotarla de una impronta personal y única. Que a unos podrá gustar más y a otros menos, pero que es su seña de identidad como modista y creativo.

Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.

Como resultado de todo ello, y como piezas más singulares y clave de esta colección, se destacan los diferentes vestidos de volantes, las chaquetas y conjuntos confeccionadas en tejidos brocados, o ese elegantísimo smoking de lunares digno del armario de divas como Marlene Dietrich o Katharine Hepburn que se atrevieron a hacer de la moda masculina un símbolo de su fortaleza e independencia, y que, como parte de la oferta masculina presentada desde esta colección, no dejaba de contribuir a acentuar con su presencia una cierta estética “genderless” sobre todo el conjunto de la propuesta. Y eso sin olvidarnos de esas primorosas piezas recargadas de motivos de inspiración geométrica y orgánica en estilo “art decó”, entre las que encontremos desde conjuntos de blusas y faldas, hasta abrigos o suntuosas chaquetas de líneas holgadas y femeninas, como las que lucieron en su día aquellas “flappers” de principios del siglo XX. Toda una alegoría de la belleza en el vestir, desde la que Michele ha tratado de salir a dar sentido a su propia existencia.

“¿Qué es la belleza? Como decía Théophile Gautier, ‘lo verdaderamente bello es lo que no sirve para nada’, porque no está sujeto a ninguna lógica de necesidad”, y “la belleza, aún con todo, parece no tener ningún propósito”, explica el mismo Michele. Entonces “pienso en los colores deslumbrantes de las flores”, en “esos tintes deslumbrantes” que no obstante “son las razones que mueven uno de los trabajos más preciosos y delicados que conocemos: la polinización”. Unos colores que así pues son la razón por la que “las abejas cumplen su extraordinaria tarea de genetistas del planeta, apoyándose en el gusto y la racionalidad estética”. Y desde esa realidad, se llega a la de “Michel de Montaigne”, quien puede que tuviera toda la razón al afirmar que “no hay nada inútil en la naturaleza; ni siquiera la inutilidad misma”. Una concatenación de relaciones sobre las que se apoya Michele para llegar a la tesis de lo útil que puede terminar de resultar así de ser la belleza, “sobre todo si la utilizamos para alimentar nuestra felicidad”. Algo que se pone en valor, relata, “cuando construimos la belleza, o la detectamos en el flujo indiferenciado y caótico de nuestras existencias”, y “nos sentimos como empujados a un estado de alegría que puede arrancarnos del sinsentido” de la existencia. “Es un movimiento elusivo e incendiario que cuestiona nuestra totalidad, nuestra razón de ser, actuando como un sorprendente propagador de la plenitud”.

Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.
Valentino, colección prêt-à-porter “Pavillon des Folies” para Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.

“Semejante manera de sentir puede estallar, de forma imprevista, cuando contemplamos una obra de arte o el encanto del cosmos”, continúa Michele. “Es lo indescriptible de una luz, lo sagrado de un pecho lleno de leche, la magnificencia de un vestido finamente bordado, la prolongada permanencia del alma sobre la carne, la majestuosidad del vacío, la persecución de las luciérnagas en busca del amor, el olor de la tierra mojada, el roce de los volantes de organza, el milagro de las bibliotecas” o lo que se esconde tras “las delicadas capas de una acuarela”. Ejemplos todos ellos de cómo la belleza “en su asombrosa irrupción, prende fuego al pecho y remueve la tierra”, sin que, “sin embargo, nadie puede nombrarla con precisión porque, por su propia naturaleza, siempre eludirá la captura del lenguaje”. Y es que, como “el último consuelo del soñador, la belleza se convierte en ‘la fuerza a través de la cual se mira la impotencia de las cosas’ (E. Severino)”, en “la irrupción de la luz que nos protege del gris del sinsentido, el mágico ‘pharmakon’”, en “un bálsamo capaz de conducirnos a través del abismo de la fugacidad”; en “esa tela de araña superfina y preciosa que nos permite flotar sobre el vacío”.

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