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Anna Wintour: “Ante un momento de crisis, debemos pensar en un reajuste radical”

Por Jaime Martinez

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Moda

Madrid – Anna Wintour, directora artística del grupo editorial Condé Nast y editora en jefe de la edición norteamericana de la revista Vogue, se pronunciaba en estos términos durante la última Semana de la Moda de París a cuenta del conocido como coronavirus de Wuhan. Enfermedad que ya azota a la práctica totalidad de los países del mundo, con más 110.000 contagiados y 4.000 fallecidos —oficiales— a razón de un brote que este, mismo lunes, hacía hundir las principales bolsas europeas ante una posible amenaza de recesión. Con el londinense FTSE 100 bajando cerca de un -6,95 por ciento y el español IBEX35 dejándose un -7,57 por ciento en estos momentos.

“En un momento de crisis” como el actual, “debemos pensar en un reajuste radical”, apuntaba Wintour en declaraciones recogidas por el New York Times (NYT), en relación a los más que irremediables cambios que deberán comenzar a impulsar los principales agentes de la industria de la moda —una de las más castigadas por el brote de coronavirus—, si buscan resistir ante esta época de caos e inestabilidad en la que se encuentra inmersa la economía global. Y frente anuncios como el que realizaba este mismo lunes Zhong Nanshan, jefe del equipo médico de expertos designado por el gobierno chino para combatir el coronavirus. Quien destacaba que la epidemia seguramente se prolongará, de manera global, al menos hasta el próximo mes de junio.

Hacia la digitalización de los showrooms

Las declaraciones de Wintour se producían a colación del alarmismo en el que se han terminado celebrando las semanas de la moda de Milán y París. Dos de las principales citas internacionales del sector, que en esta ocasión tuvieron lugar bajo la desafiante sombre del coronavirus. Brote que terminó obligando a diferentes firmas, entre ellas Armani, a tener que celebrar sus desfiles a puerta cerrada. Y que finalmente hacía que fueran muchos los invitados y prescriptores de tendencias que decidían no acudir a algunos de los desfiles, o bien optasen por abandonar sendas semanas de la moda mucho antes de lo previsto.

Unas ausencias que, junto a la poca trascendencia que diferentes especialistas achacan ya a los desfiles tradicionales en la actualidad, junto a sus desorbitados costes, su ingente cantidad de trabajo y su perjudicial impacto medioambiental, hacía que se propagase la cuestión de si todavía vale la pena o no la organización de desfiles al uso. Y de si estos deben realizarse de manera tan seguida en el tiempo.

En esos mismos términos se pronunciaba justo antes del desfile de McQueen en París François-Henri Pinault, director ejecutivo del grupo francés Kering. Quien se preguntaba, según desvela de igual modo el New York Times, si la industria no debería comenzar a digitalizar sus showrooms y considerar implementar un nuevo sistema que sustituya a los tradicionales desfiles. Unas jornadas que, además de contar con sus glamurosas fiestas y sus abigarrados “front rows”, son aprovechadas por los compradores internacionales de cadenas como Nordstrom o Bloomingdale’s para conocer de primera mano las colecciones, y formalizar la compra de pedidos para sus tiendas y grandes almacenes. Auténtico problema para la industria que subsiste tras los nubarrones de estas últimas semanas de Milán y de París, en las que el brote de coronavirus ya ha comenzado a poner en peligro esta serie de acuerdos.

“Definitivamente ha habido una caída de los compradores de todas las regiones del mundo, especialmente de los procedentes de China y Hong Kong”, afirmaba en declaraciones al citado medio Ayse Edge, fundadora de la firma parisina Dice Kayek. “Muchos compradores afirman que han visto reducidos sus presupuestos”, y otros incluso “han preguntado si pueden cancelar pedidos o acceder a descuentos, dada la falta de previsión sobre lo que podría suceder”. Aunque según confiesa Edge las ventas no se han detenido completamente, sino que se estarían realizando de manera remota ante la imposibilidad —y precaución— de los compradores por acudir a tocar y ver los productos personalmente. Empleando para ello estrategias como videollamadas con diferentes diseñadores y firmas de Milán y París. De ahí las palabras de Pinault como preludio de la digitalización completa a la que, no hay duda, ya se encaminan los showrooms de las principales casas internacionales.

La importancia de defender a los jóvenes talentos emergentes

Este nuevo modelo de compras que está implantado el coronavirus afecta a todas las casas de moda. Pero si bien las grandes “maisons”, como Valentino, Louis Vuitton o Tod’s, no verán necesariamente disminuidos sus pedidos en exceso, sí resultarán especialmente perjudicadas las pequeñas firmas y los diseñadores independientes. Quienes aprovechan las semanas de la moda como las de Milán o París, y la alta presencia de compradores que a ellas concurren, para intentar ganarse su propio hueco dentro de la industria. Objetivo ya difícil de alcanzar en cualquier contexto, pero que se siente agravado ante esta nueva realidad.

“Con una economía inestable y retrasos en las entregas, estamos tomando precauciones”, afirmaba al NYT Ikram Goldman, propietaria y fundadora de la boutique “ Ikram” de Chicago. Quien confesaba que efectivamente los pedidos se han reducido, pero que todavía trata de descubrir nuevos diseñadores emergentes que poder introducir en su tienda. “Son el futuro y no podemos olvidarnos de ellos”, apuntaba.

Unas declaraciones en favor de continuar promoviendo a los jóvenes talentos, que se veían igualmente reflejadas en palabras de la propia Wintour. Quien decía que tanto ella como su equipo en Condé Nast están debatiendo sobre la mejor manera de apoyar a los diseñadores emergentes ante un clima como el actual. Para lo que han diseñado una serie de medidas que espera poder anunciar a lo largo de los próximos días. “Son una fuerza creativa y la generación que buscamos que lidere nuestro camino hacia el futuro”. “Si todos están teniendo problemas de efectivo, como estoy segura que tienen a causa de la bajada de compradores de retail en sus showrooms, los problemas en la cadena de suministros y a causa de las personas que por precaución intentan permanecer alejadas de los espacios públicos, cualquier cosa que podamos hacer para apoyarles es importante”. “No podemos dejarlos caer”.

Photo Credits: AFP, Tiziana Fabi.

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