Arte Origen, la marca chilena que rescata lo ancestral

Lo artesanal, los materiales nobles y las ediciones limitadas pisan cada vez más fuerte en el mercado de moda de lujo. No sólo las grandes firmas internacionales ven con buenos ojos algunas de estas características para sumar a sus colecciones, también pequeñas marcas de autor latinoamericanas eligen trabajar sobre sus raíces culturales donde se destacan las técnicas tradicionales.

Arte Origen nació de la mano de la chilena Daniela Acuña-Lang, mientras estudiaba Antropología Audiovisual en Barcelona. Su interés por los textiles antiguos la llevaron a investigar los orígenes, el uso y el significado de la materia prima que más adelante sería parte de su propuesta de moda. “Mi familia ha estado ligada a los textiles antiguos, sobre todo mi mamá que era artista. Además, he tenido la posibilidad de viajar mucho y estar cerca de comunidades indígenas. La idea de Arte Origen es el rescate de los materiales para llevarlos a la alta moda”, explicó.

En sus inicios, Arte Origen surgió como una plataforma donde se le daba un espacio al diseño de autor nacional, hasta que Acuña-Lang sintió que tenía que hacer algo propio: “Había acumulado una gran cantidad de materiales comprados en mis viajes, así que decidí empezar con las colecciones”. Así lanzó la primera, “Por amor a Violeta” en homenaje a la cantautora Violeta Parra.

La marca lleva presentadas cinco colecciones en Chile, de entre doce y quince piezas únicas, realizadas con textiles antiguos que cuentan una historia relacionada con la cultura latinoamericana. Sus principales clientes están en países como México, Alemania y Holanda, que compran a través de la página web o las redes sociales de la firma. Además, para los clientes locales hay una tienda en el Valle de Casablanca con joyería e indumentaria.

La idea de Arte Origen es el rescate de los materiales para llevarlos a la alta moda

Prendas con historia

La manipulación de los materiales se hace con la mayor de las delicadezas: “Algunas de las materias primas tienen más de treinta años, así que una de nuestras reglas principales es no usar tijera y trabajar con retazos y pliegues a través del doblez. Tampoco utilizamos cierres o botones, los talles son standard y acudimos mucho al recurso de los nudos, tal como lo hacían en la cultura precolombina”.

La mayor parte de los materiales vienen de Guatemala, Chile, Perú, Bolivia y Argentina, pero la mano de obra es chilena.

Cada prenda que se vende está acompañada de la historia del textil con la que está hecha. “Cada diseño es único, los modelos no se repiten. La gente que los compra es quien realmente valora el producto por su particularidad porque no es algo que se encuentre en una tienda común”, comentó Acuña-Lang.

Lo alternativo, en crecimiento

La marca ha demostrado que a pesar de tener que convivir con el retail y las marcas de fast fashion que cada vez tienen más peso en Latinoamérica, el apoyo a las pequeñas firmas de autor también está creciendo. “Creo que de apoco la gente se ha ido interiorizando en un tipo de moda diferente y la ha ido revalorizando. Acá, en Chile están surgiendo diseñadores independientes muy buenos, que son como una isla entre tanto estimulo de la moda a nivel global”, dijo Acuña-Lang.

Creo que de apoco la gente se ha ido interiorizando en un tipo de moda diferente y la ha ido revalorizando

Gran parte de lo que se produce se vende fuera del país donde, según Acuña-Lang, se valora muchísimo este tipo de propuestas por su originalidad. Por otro lado, a nivel de los precios que se manejan en el mercado chileno, el producto nacional se vuelve caro para el consumidor promedio. Un vestido de noche de lino, con retazos de textiles antiguos cuesta entre 600 y 680 dólares. Y, un poncho de aguayo (paño rectangular utilizada por mujeres del altiplano para llevar a sus bebés) sale alrededor de 480 dólares.

La próxima colección

Acuña-Lang ya está trabajando en un nuevo proyecto que tendrá que ver con las polleras. “Voy a hacer faldones grandes bordados a mano donde se contará la historia de Chile”, señaló. La colección se va a llamar “El oficio” y tendrá que ver con la labor del bordado que, según explicó, es algo que se está perdiendo. Cada pieza será única e incluirá el nombre de la bordadora que participó en la realización de la misma.

Fotos: Arte Origen