Balenciaga, albornoces y circularidad
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Madrid – Despuntando una vez más como una de las citas ineludibles de una nueva edición de la Semana de la Moda de París, la casa Balenciaga presentaba este domingo su nueva colección para la próxima temporada Primavera/Verano de 2024. Una propuesta que, defienden desde la mismas casa de modas francesa, responde a la de la visión más personal e íntima de lo que su actual director creativo, el diseñador georgiano Demna, entiende por moda, en lo que ha dado paso en consecuencia a una colección de marcada naturaleza inclusiva y genderless, sostenida por prendas de una rabiosa inspiración urbana, y para las que el creativo no ha dudado a la hora de practicar toda clase de muestras en defensa y visualización de la sostenibilidad y de la circularidad, mediante tanto prácticas de “upcycling” como del uso de tejidos sobrantes y reciclados.
Encargándose de este modo de abrir la séptima jornada de desfiles oficiales de esta nueva edición de septiembre de la Semana de la Moda de París, la célebre casa de modas, fundada por el igualmente célebre modista española Cristóbal Balenciaga, se servía para presentar su nueva propuesta de un tan diverso como inclusivo casting compuesto por modelos profesionales, noveles y por figuras cercanas al universo de la casa y al mundo de la moda, en el que, en su tan amplio como variado espectro generacional, no faltaban nombres como los de la española Miren Arzalluz, directora del Palacio Galliera, el Museo de la Moda de París, o la escritora y crítica de moda estadounidense Cathy Horyn. Nombres y figuras a las que, evidenciando aún más el valor personalísimo de esta colección, se terminaban por sumar los de Ella, la misma madre del diseñador georgiano y quien se encargó de abrir el desfile de presentación de esta nueva colección, y el del artista musical conocido como BFRND, marido del mismo Demna y quien, además de poner música al desfile, se encargó de cerrar la presentación luciendo un vestido de novia de naturaleza circular, confeccionado como resultado de un brillante ejercicio de “upcycling”.
“Este desfile representa lo que es la moda para Demna en su forma más personal”, esgrimen desde la misma dirección de Balenciaga a través de la nota explicativa de esta nueva colección de prêt-à-porter, para la próxima temporada de Verano de 2024 —la casa Balenciaga disocia en colecciones independientes, de menores piezas, las propuestas de Primavera/Verano y de Otoño/Invierno—. Dentro de ese “personalismo”, detallan, “los amigos, la familia y los colegas son influencias clave” dentro del imaginario del diseñador georgiano, en el que ejercen una “personal resonancia”, y de ahí que se les haya querido reconocer ese papel, ya no solamente desde las piezas, sino visibilizando esa influencia sobre la misma pasarela con la participación de algunos de ellos como parte misma de los modelos de la presentación. En respuesta, “este espectáculo es un reflejo del mundo de Demna”, sintetizan desde la casa Balenciaga, así como de “las identidades que componen su comunidad”.
Una colección inclusiva y genderless, con prendas recicladas y circulares
Marcando el ritmo de la presentación, y en lo que previamente ya se había esbozado desde la invitación que habían recibido los asistentes al propio desfile, en una composición musical dirigida por BFRND, y producida por Damien Quintard, de Miraval Studios, la voz en “off” de la actriz y productora francesa Isabelle Huppert, imagen de la misma casa Balenciaga, se encargó de recitar, en compañía de notas de música electrónica, de orquesta y piano, un pasaje del manual “La Veste Tailleur Homme”. Un texto desde el que se daban las instrucciones sobre cómo hacer una chaqueta a medida, y palabras que fueron acelerándose a lo largo del desfile hasta lo histriónico, en lo que bien parecía responder a la obsesiva mirada que el diseñador ha pasado a disponer para la hora de asentar su trabajo, sujetándolo únicamente al mismo valor de la costura, como elemento que define la misma esencia histórica de Balenciaga, y de su fundador, y que Demna se encuentra dispuesto a asumir igualmente como propio. Una característica que el georgiano es cierto que siempre había venido defendido desde sus maneras de abordar la práctica de la confección, pero que si hasta ahora habían venido acompañadas de espectáculos y desfiles más de vanguardia, e impactantes, esta es una práctica que tanto el diseñador como la casa se han decidido por abandonar, como resultado directo de la innecesaria polémica que surgía durante la pasada campaña de Navidad.
Defendiendo desde entonces el que la casa Balenciaga volvería hacer de la moda, de los patrones, hechuras y siluetas, el carácter más llamativo y principal de sus nuevas presentaciones, es como nos encontramos frente al desfile de presentación de esta nueva colección, cuyas piezas se terminaron por mostrar sobre la misma pasarela y el mismo fondo en terciopelo rojo-escarlata, que se ha empleado como telón de fondo para las fotografías de campaña de la colección. Siendo este el tono más encendido que ha mostrado la casa, para una propuesta firmemente asentada sobre un oscura paleta cromática, en la que vuelven a predominar los negros, junto a grises, marinos y marrones. Encargándose de poner la nota de color los contrapuntos en blanco-sucio, beige claro, en azul klein, rosa fucsia y en verde neón, así los distintos estampados de motivos florales, de estética retro y efecto vinilo, que se encargan de dar forma a distintos vestidos de la propuesta.
Junta a estas floreadas creaciones, avanzando por orden, el desfile se encargaba de abrirlo la madre de Demna, con una gabardina confeccionada mediante prácticas de upcycling, a partir de 3 prendas vintage que han sido deconstruidas y reutilizadas. Desde este primer punto la colección se descubre de la mano de una amplia serie de piezas de sastrería, para la que se han seguido unos procesos de confección, en lana inglesa como materia prima, con los que desde Balenciaga vuelven a practicar un enfatizado cambio sobre la morfología de los cuerpos, con unos hombros planos, rectos y sin hombreras. Piezas que se sitúan entre medias de la colección, articulando de uno y otro lado las propuestas de naturaleza más urbana y de “street style” de esta propuesta. Unos diseños más pensados para la vida de diario, y entre los que se destacan desde los distintos modelos de chándal, a unas distintas chaquetas cuyos cuellos se desbocan y se abren para portar así de manera relajada a medio brazo y con los hombros al descubierto, unas faldas largas en línea A con partes que se retiran y permiten acortar su largo, o una amplia sucesión de albornoces. Unas prendas estas confeccionadas en felpa y a modo de abrigos, que se descubren como más que una declaración de intenciones, pareciendo llegar para lanzar el mensaje de que el mundo es nuestra casa, ¿así que por qué no habitarlo del mismo modo en el que lo hacemos de puertas para adentro de nuestros hogares? Una nota más que inspiradora para el conjunto de todos como sociedad, para la que cierto es que habría que remarcar el precisamente eso, que el planeta es la casa de todos, y no solamente de aquellos que cuentan con el poder adquisitivo como para emplear una de las piezas de Balenciaga, y uno de estos abrigos de albornoz, como pieza de diario.
Cerrando la colección, desde Balenciaga han mostrado sus distintos vestidos de noche. Unas piezas y una sucesión de diseños de entre los que se destacan los distintos vestidos circulares hechos con manteles de vinilo en estampado retro-floral, hasta los diferentes modelos reciclados confeccionados a partir de piezas procedentes de tiendas vintage de Europa y de los Estados Unidos. Diseños todos ellos a los que ha llegado para poner su broche de oro, y de cierre a la presentación, el vestido de novia blanco que ha lucido al final del desfile el mismo BFRND, marido del diseñador georgiano. Una pieza con la que desde Balenciaga vuelven a rendir honor a la práctica histórica de la Alta Costura de cerrar los desfiles con un modelo nupcial, para en esta ocasión dentro de la colección de Balenciaga de prêt-à-porter, y que ha sido producida como una suma de 7 vestidos de novia de antes de los años 2000, que han sido cortados, ajustados y combinados para dar lugar a esta nueva joya de la práctica del “upcycling”.
Completando la propuesta, pero ya dentro de la categoría de complementos, en la colección se incluye un nuevo modelo de bolso “Rodeo” con solapa, desde el que se entra a reinterpretar el diseño de lo que pudiera ser un “barato” bolso de plástico. Un nuevo guiño de Balenciaga y de Demna por la cotidianidad del día a día, que se enfatiza igualmente con las largas cadenas que adornan al mismo modelo, con diferentes “clutch” en forma de “stilettos” y zapatos de vestir, con nuevas versiones con frutas y verduras de su ya polémica bolsa tote bag, o con unas carteras de mano que se han diseñado a modo de pasaportes. Terminando ya en una categoría de calzado para la que se han presentado nuevos diseños de sandalias, de “stilettos” sin tacón, o una versión de zapatillas de su modelo “Cargo” en líneas oversize, de las que se han lanzado ya una edición limitada de 1.000 pares tras la celebración del desfile. Siendo todos estos diseños de calzado unos modelos que, siguiendo con el ánimo inclusivo de una colección en la que vuelven a desdibujarse los roles tradicionales de lo masculino y de lo femenino, estarán disponibles en una gama completa de tallas, tanto para mujeres como para hombres.
Nuevo biomaterial Lunaform
Siguiendo precisamente con esa mayor reivindicación y visibilización de las prácticas sostenibles y circulares, y tomando además por testigo la herencia de la misma casa Balenciaga como casa de vanguardia en materia de innovación textil, como parte de la colección se ha presentado el primer diseño de moda del mundo confeccionado en “Lunaform”. Un nuevo material de naturaleza vegana y sin plásticos que se obtiene a partir de nanocelulosa fermentada, que ha sido diseñado específicamente para Balenciaga en su alternativa para su uso dentro del mundo de la moda, como una alternativa más sostenible, comprometida y de menor impacto ambiental, frente al uso del cuero tradicional de origen animal.
“La colección contiene innovaciones en sostenibilidad”, de entre las que se destaca “principalmente” la utilización de “una alternativa de cuero de menor impacto llamada Lunaform, para la confección de un albornoz que llega hasta el suelo”. “Es la primera vez que el material se aplica en la moda”, como resultado de un diseño que se ha hecho “específicamente para Balenciaga”, subrayan desde la dirección de la casa de modas francesa, en relación a “este textil sin crueldad animales ni plástico”, que “se cultiva a partir de nanocelulosa fermentada”.