Balenciaga, tributo a Ucrania
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Sobre una gélida ambientación, en la que se parecía tratar de recrear el duro entorno de esas mismas y nevadas tierras ucranianas que están siendo objeto en estos momentos de una invasión por parte del ejército ruso, presentaba este pasado domingo la casa de modas francesa Balenciaga su última colección para la próxima temporada de Invierno de 2022. Un desfile que se desarrollaba bajo el paraguas de esta actual Semana de la Moda de París que está teniendo lugar, hasta este martes 8 de marzo, sobre la capital francesa, ensombrecida por los tristes acontecimientos que se iniciaban este pasado 24 de febrero, después de que el presidente ruso Vladimir Putin diese orden de iniciar una incursión armada sobre el territorio y la población del país eslavo.
Diseñada por el diseñador georgiano Demna, director creativo de Balenciaga desde el pasado 2015 y considerado como una de las mayores figuras actuales de la industria de la moda, la colección se presentó a lo largo de un desfile organizado en el interior del Parc des Expositions du Bourget. Un espacio expositivo situado al norte de París, en las inmediaciones del aeropuerto París-Le Bourget, en cuyo interior se construyó una pasarela circular de 360 grados, desde la que el público, situado al rededor de su circunferencia, podía divisar a través de unas paredes enteramente transparentes el centro nevado sobre el que pasaron a desfilar los y las modelos que se encargaron de presentar la colección.
Una experiencia inmersiva, a la que no dudaron en acudir nombres tan conocidos como los de una Kim Kardashian —imagen de la última campaña de Balenciaga— que asistía vestida con un traje hecho de cinta de embalar amarilla con las letras de la casa, y que en suma había sido ideada y modelada a modo de rendido y sentido homenaje a Ucrania, y a su pueblo. Un tributo que empezaba con unas sillas para los asistentes vestidas cada una de ella con camisetas con los colores de la bandera de Ucrania, que siguió con la lectura por parte de Demna de un poema en ucraniano de 1917 —que él mismo se encargó de volver a recitar al cierre del desfile—, y que alcanzó su punto álgido con un cierre sobre la pasarela, protagonizado por un modelo masculino vestido con el amarillo de la bandera de Ucrania, mientras una modelo femenina portaba un ondeante vestido, en su caso enteramente bañado por el intenso y frío azul procedente de la misma bandera del país eslavo.
Un desfile dedicado a “la valentía, a la resistencia y a la victoria del amor y de la paz”
En compañía de cada una de esas camisetas depositadas sobre la fila de asientos del desfile, la casa de modas también se encargó de distribuir entre los invitados al evento una carta firmada por el propio diseñador, en la que explicaba lo cuán profundamente afectado se está viendo desde el punto de vista personal por los eventos que están teniendo lugar en Ucrania.
Unos sentimientos estos, explica Demna, que le llevaron a barajar la posibilidad de finalmente cancelar la presentación de esta colección de Invierno de 22, durante una Semana de la Moda de París a la que no dudaba en calificar de “absurda” en circunstancias como las actuales. Siendo este un extremo que terminó descartando, en una muestra de respecto hacia el trabajo de sus colaboradores, así como de compromiso hacia todo ese mismo personal y al papel que la casa de modas puede precisamente desempeñar, tanto como altavoz como impulsora de acciones decisivas de apoyo para los afectados por la guerra. Una población hacia la que se siente especialmente unido, desde su misma posición como refugiado llegado a suelo europeo en el marco del conflicto armado que igualmente Rusia ha mantenido abierto a lo largo de estos últimos años frente a Georgia. País en cuya región prorusa de Abjasia nacía en 1981 el diseñador, y del que finalmente huía junto a su familia hacia Europa, en su intento por escapar de los efectos de una guerra iniciada por Rusia en la región a principios de 1990. Contienda que volvía a retomarse con la segunda Guerra de Osetia del Sur del año 2008.
“La guerra en Ucrania ha desencadenado el dolor de un trauma pasado que llevo en mí desde 1993, cuando sucedió lo mismo en mi país de origen y me convertí en un refugiado para siempre”, confiesa Demna a través de una carta personal e íntima. “Para siempre, porque eso es algo que se queda en ti. El miedo, la desesperación, la comprensión de que nadie te quiere. Pero también me di cuenta de lo que realmente importa en la vida, las cosas más importantes, como la vida misma y el amor y la compasión humana”, añade el diseñador georgiano.
“Esta es el motivo por el que trabajar en este desfile ha sido increíblemente difícil para mí. Porque en un momento como este, la moda pierde su relevancia y su derecho real a existir”, y “la semana de la moda se siente como una especie de absurdo”. Es por ello que “pensé por un momento en cancelar la presentación en la que mi equipo y yo trabajamos muy duro, y que todos esperábamos ansiosos”. No obstante, “luego me di cuenta de que cancelar este programa significaría ceder, rendirme al mal que ya me ha lastimado tanto durante casi 30 años”, y “decidí que ya no puedo sacrificar partes de mí por esa guerra del ego, sin sentido y sin corazón”.
En cuanto al sentido de las prendas y de la colección, con las que Demna siguió profundizando en su estética marcadamente urbana de prendas de líneas genderless, estas se presentaron a lo largo de un desfile que “no necesita explicación”, sentencia el diseñador georgiano. Sirviendo de este modo ambas, tanto la colección como el desfile, a construir conjuntamente una acción “dedicada a la valentía, a la resistencia y a la victoria del amor y de la paz”.
Recaudación de fondos junto al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas
En línea con su posición en defensa de la población ucraniana que está viéndose afectada por los efectos de esta guerra iniciada por Rusia, Balenciaga, propiedad del grupo internacional francés Kering, es una de las casas de moda-lujo que han cesado su actividad en la Federación Rusa. Una medida que llegaba precedida de una donación a beneficio del Programa Mundial de Alimentos (World Food Programme) de las Naciones Unidas, programa junto al que lanzaban una recaudación de fondos de emergencia para facilitar asistencia y ayuda alimentaria a los refugiados ucranianos que están tratando de escapar del país. Una iniciativa creada en asociación con Balenciaga, a cuya disposición la casa de modas a puesto sus propias plataformas online, incluidas unas cuentas en las redes sociales desde las que comenzarán a dar visibilidad y a transmitir informaciones sobre todo y cuanto está sucediendo en Ucrania.
“Defendemos la paz” y por ello “donamos a WFP para facilitar las primeras ayudas humanitarias dirigidas a los refugiados ucranianos”, anunciaban desde Balenciaga a comienzos de la pasada semana. Además de ellos, “abriremos en los próximos días nuestras plataformas” para desde ahí pasar a “dar cuenta y retransmitir las informaciones en torno a la situación en Ucrania”.
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