Budapest Central European Fashion Week refuerza su apuesta por la proyección internacional de la región y el talento emergente
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En su 16ª edición, celebrada del 1 al 7 de septiembre, Budapest Central European Fashion Week avanzó en su objetivo de consolidarse como hub estratégico en el mapa europeo de la moda, con el respaldo de la Camera Nazionale della Moda Italiana (CNMI) y la Hungarian Fashion & Design Agency (HFDA).
Durante una semana se presentaron las propuestas de creativos de Hungría, Serbia, República Checa, Eslovenia, Eslovaquia y Ucrania, en una programación que combinó pasarelas con más de 50 actividades paralelas entre charlas, exposiciones y encuentros de networking abiertos al público local. En el marco de un acuerdo con la Mercedes-Benz Bucharest Fashion Week, también la diseñadora rumana Medeea representó a su país en el evento.
Con la mirada puesta en reforzar su proyección internacional, la edición incorporó además por primera vez a universidades húngaras, marcando un paso más hacia la consolidación de Budapest como referente a largo plazo de la moda en Europa Central y del Este.
Talento emergente domina la edición
"Lo que hizo que esta temporada fuera particularmente emocionante fue la fuerte presencia de jóvenes talentos. Casi el 60 por ciento de los diseñadores eran nombres emergentes", ha dicho Zsófia Jakab, CEO de BCEFW y HFDA.
"Una parte clave de nuestra estrategia ha sido establecer asociaciones bilaterales con organizaciones como el Consejo de la Moda Checo, Mercedes-Benz Bucharest Fashion Week, Ljubljana Fashion Week, Slovak Fashion Council, Belgrade Fashion Week y Ukrainian Fashion Week".
Desde el inicio, la Camera Nazionale della Moda Italiana ha sido un socio estratégico, ahora estas colaboraciones "no solo enriquecen el programa de Budapest, sino que también permiten que diseñadores húngaros presenten sus colecciones en el extranjero —de Milán a Liubliana— en un sistema de intercambio que potencia notablemente su visibilidad internacional. De cara al futuro, planeamos ampliar aún más esta red y desarrollar nuevas asociaciones en Asia y Oriente Medio", ha explicado a FashionUnited la directiva.
En sus palabras, la Semana de la Moda de Budapest busca consolidarse como plataforma clave de moda en la región, apoyando al talento joven mediante la participación constante de universidades y oportunidades internacionales para diseñadores emergentes, además de ir integrando prácticas más conscientes y circulares.
Firmas consolidadas y nuevas generaciones
En su conjunto, el encuentro funcionó como un escaparate estratégico que reflejó la amplitud del ecosistema creativo regional. Desde marcas en fase de desarrollo que buscan ganar visibilidad para impulsar su crecimiento, hasta firmas consolidadas con objetivos claros de ampliar su red de socios y acceder a nuevos mercados, o mercados ya explorados antes de la pandemia a los que ahora se encuentran en condiciones de volver.
Representando a Hungría, Nanushka se ha convertido en el ejemplo más claro de que desde Budapest es posible construir una marca global. Su propuesta, de vocación comercial y, a la vez, comprometida con la sostenibilidad y la experimentación con materiales innovadores, ha consolidado una presencia internacional con flagships en ciudades clave como Londres, Nueva York o Shanghái.
Por su parte, el duo detrás de Kata Szegedi representa una generación de diseñadores que, partiendo de un proyecto independiente fundado en 2009, ha evolucionado hacia un enfoque más consciente. El uso de materiales vintage y la incorporación de prácticas de slow fashion, con el apoyo de los programas de mentoría impulsados por la HFDA y la CNMI para acompañar a los diseñadores hacia la expansión internacional.
En el caso de Nubu Studio, la propuesta de Judit Garam, destacó por una estética etérea y fluida que parecía concebida para abrazar los movimientos de los bailarines sobre la pasarela. Las siluetas se materializaron en piezas versátiles y comerciales que aportan una sofisticación minimalista al día a día, un enfoque que ya despertó el interés de mercados como Estados Unidos, Japón y Hong Kong.
El showroom en formato Re-see se consolidó como uno de los ejes estratégicos del evento al propiciar un diálogo directo entre diseñadores, prensa y compradores. La apuesta de la organización por atraer profesionales asiáticos reflejó la confianza en que el mercado encuentre en Hungría una propuesta diferenciadora, mientras que la presencia de países europeos como Grecia confirmó que el interés internacional también se expande dentro del continente.
El papel de la academia
Si bien las marcas consolidadas aportan solidez al calendario de Budapest Central European Fashion Week, son las nuevas generaciones de diseñadores las que nos hacen pensar en un futuro de la región especialmente fresco e interesante. Por primera vez, la pasarela incluyó las presentaciones de la Universidad Metropolitana de Budapest (METU) y de la Moholy-Nagy de Arte y Diseño (MOME) como parte del programa oficial del evento.
Markus Hannah, interesada en la sombrerería, explicaba a FashionUnited que el estilo cotidiano en Hungría tiende a ser discreto e incluso conservador. Aun así, no dudaba en defender que los jóvenes diseñadores “piensan a lo grande” y se atreven a reinterpretar la tradición folclórica una reflexión que dialoga con el lenguaje visual llamativo de su presentación. Su mayor reto, admite, es destacar en un mercado saturado: “No basta con tener una buena idea; hay que saber presentarla, ser nuevo, fresco, una rareza”.
Por su parte, Noémi Winkler pone el foco en la artesanía como elemento diferenciador de la moda húngara: “Lo que nos distingue es nuestra profunda conexión con el trabajo manual y el patrimonio cultural”.
Fascinada por el tejido y la experimentación técnica, Winkler proyecta su carrera internacional hacia Asia, con un máster en Shanghái, convencida de que el talento local puede adquirir visibilidad global si se acompaña de una narrativa fuerte y auténtica.
Petra Nagy, ofrece una perspectiva distinta, vinculada al calzado y la cultura DIY. Para ella, la moda húngara se ve condicionada por factores económicos: “El lujo no es accesible para la mayoría, pero mi generación encuentra creatividad en la segunda mano y en la autoexpresión”.
Su experiencia académica la ha llevado a experimentar con materiales inesperados, como el aluminio, y su meta a largo plazo es lanzar su propia marca de zapatos tras adquirir experiencia en una gran empresa.
Dentro del bloque internacional de jóvenes talentos, destacó el trabajo del diseñador textil esloveno Lan Krebs, recién graduado de un máster en la Swedish School of Textiles.
Su propuesta, presentada de manera colectiva junto a dos diseñadores más de su país, llevó la técnica del punto a un territorio muy interesante, transformando el material en estructuras escultóricas que parecían reaccionar al movimiento del cuerpo.
El resultado fueron piezas de gran impacto visual, entre lo futurista y lo orgánico, que no le hicieron pasar desapercibido en el programa.