Colectividad intergeneracional: la nueva Bottega Veneta sigue tomando forma
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Tras tomar las riendas de la dirección creativa de la casa el pasado 15 de noviembre de 2021, tras la abrupta y repentina salida del británico Daniel Lee que se anunciaba apenas cinco días antes, y después de haber presentado ya su primera colección al frente de la firma italiana, durante la pasada edición de marzo de la Semana de la Moda de Milán, el francés Matthieu Blazy continúa tratando de imprimir su propia esencia a la marca Bottega Veneta. Casa desde la que se acaba de presentar la primera campaña dirigida bajo la dirección del nuevo director creativo de la histórica firma italiana de artículos de lujo, campaña de la que Blazy parece haberse decidido a hacer uso para empezar a desplegar y a poner en evidencia la serie de valores que regirán la casa durante este nueva etapa a la que se abre bajo su dirección.
Compuesta por un total de 41 fotografías y por una serie de diferentes vídeos cortos de pocos minutos, de la campaña han participado un variado grupo de modelos y de fotógrafos y cámaras, de naturaleza intergeneracional. Un equipo de profesionales entre los que encontramos nombres como los de, dentro del ámbito de los modelos, Rhenny Alade, Emma Balfour, Mariacarla Boscono, Adamu Bulus, Leo Comanescu, Izabelle Dantas, Dara Gueye, Sanggun Lee, Silas de Maat, Paola Manes, Awar Odhiang, Chu Wong y el de Anok Yai, cuyos rostros se han encargado de inmortalizar desde Malick Bodian a Solène Şahmaran Gün, pasando por Francois Halard, Sander Muylaert y Louise y Maria Thornfeldt. Fotógrafos entre los que se han escogido a profesionales noveles sin experiencia previa en el campo de la moda, en lo que se reflejaría en una muestra de esa aportación intergeneracional que resulta de sumar experiencia con la mirada fresca de las jóvenes generaciones, parte de un discurso inspiracional que se encuentra en la misma esencia y en el mismo corazón de la casa italiana, y que ahora Blazy está tratando de poner en valor junto al de su indiscutible, y más que reconocida, apuesta por la artesanía.
“Bottega Veneta fue creada por un colectivo de artesanos”, entra a explicarnos el propio Matthieu Blazy, a lo largo de unas declaraciones que nos hacen llegar desde la misma Bottega Veneta. Unos orígenes que, como tales, forman parte de la historia de la casa, y que aquí y ahora se muestran también como “la forma de presentar su nueva campaña: juntos, a través de diferentes maneras de observar”.
Un permanente viaje en torno a una atemporalidad práctica
Ahondando en ese valor por el colectivismo y por esa conexión intergeneracional a las que nos referimos como los nuevos pilares en torno a los que, parece, que comenzará a gravitar la casa italiana en esta nueva etapa, a diferencia de lo que hubiera sido el trabajo para llevar a cabo una campaña como esta, la elaboración del material gráfico se ha prolongado durante varias semanas. Un periodo del que el equipo de profesionales se habría servido, nos explican desde Veneta, para establecer una conexión entre las partes, fomentando así el dotar de una expresión y de un “alma” única a cada una de las prendas diseñadas por Blazy, que forman parte de esta su colección de debut para la temporada de Invierno de 22 que protagoniza la campaña, a través de la lente de cada uno de los distintos fotógrafos que han participado.
Mostrándose como un viaje de ida y vuelta que arranca desde el backstage del desfile que llevó a cabo la casa desde el Palazzo San Fedele de Milán, edificio que alberga la sede de Bottega Veneta, para desde ahí llevarnos al Horst Festival de Bélgica y terminar en las costas del sur de Italia, “la campaña aporta un punto de vista fresco y diferente de observar la colección”, destacan desde la casa italiana. “Es a la vez divertida y pragmática”, desde “la intimidad” de las instantáneas “hasta la cuidada composición”, apuntan, “se observa una exploración del espacio” con la que se trata de capturar “un momento concreto”, mientras “las alquímicas posibilidades” de los diferentes puntos de vista ponen en énfasis ese colectivismo sobre el que se asientan los pilares de la firma.
“Bottega Veneta es en esencia pragmática”, dado su carácter como “firma centrada en los accesorios de piel”, añade nuevamente Blazy. Gracias precisamente a esa dilatadísima “experiencia” en la confección de bolsos y marroquinería, en la casa “todo es una cuestión de movimiento”, todo nace de esa idea “de ir a un lugar determinado”. Un viaje permanente que es el que conduce a esa “idea fundamental de la artesanía en movimiento”, que a su vez termina por entroncar en la igualmente “atemporalidad” que caracteriza a la firma y a sus creaciones. “Esto es parte de su silencioso poder”, apostilla Blazy.