De Anaïs Vauxcelles a Miguel Adrover: los creativos españoles claman (de nuevo) contra las “apropiaciones” de las grandes de la moda
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Madrid – Dos episodios paralelos, y protagonizados por distintos protagonistas, han vuelto a sacar a relucir en estas últimas horas las permanentes quejas y acusaciones de plagio de las que adolecen los creativos nacionales, cansados, argumentan, de que sus creaciones terminen siendo “reinterpretadas” en exceso por las grandes de la moda. Reclamaciones que en esta ocasión se han encargado de lanzar la diseñadora Anaïs Vauxcelles, en contra de Bimba y Lola, y el histórico Miguel Adrover, en contra de la casa Balenciaga.
Estas no son, ni mucho menos, las primeras causas que sacan a relucir los, en ocasiones, excesivos paralelismos que son fácilmente apreciables entre los singulares diseños que, armados con su talento y con su ímpetu creativo, y en la mayoría de los casos solamente con eso, distintos creativos nacionales idean como base de su oferta de moda de autor, para terminar viendo cómo poco después las grandes de la moda terminan apropiándose, sin muchos miramientos, de los mismos; y con ello, de su imaginativa y de parte de ese futuro que están tratando de labrarse dentro del siempre competitivo mundo de la moda. Un sector en el que son permanente causa abierta las acusaciones de plagios y de apropiacionismos del trabajo ajeno, sin que sea tarea nada sencilla el poder establecer la diferencia entre dónde termina el campo de la honesta referencia, y empieza el embarrado terreno de la burda copia y del aprovechamiento y explotación de lo ajeno en beneficio propio. Terrenos a menudo separados por una fina, y además difusa, línea, pero que quizás justamente estos dos últimos ejemplos que acaban de salir a la luz, o que mejor dicho, acaban de sacar a la luz Anaïs Vauxcelles y Miguel Adrover puedan terminar de servirnos para ayudar a perfilar. Y es que, a pesar de haber venido de manera acompasada en forma y en tiempos, y de sostenerse sobre unas reclamaciones parejas, son episodios que distan realmente de ser semejantes.
Para antes de entrar a detallarlos, a uno y a otro, sí que resultaría necesario destacar y poner en valor esa base en común sobre la que se sostienen ambos episodios, y que, indiferentemente de lo justificadas que realmente sean sus reclamaciones en cada caso, su aparición ahora contribuye a volver a sacar a la luz la cruda realidad a la que se enfrentan muchos creativos y diseñadores independientes nacionales. Una realidad que evidencia la falta de apoyos con la que realmente cuentan para la hora de sacar adelante sus distintos proyectos, desde un sector que, a pesar de ser uno de los grandes pilares del PIB nacional, y de los millones de puestos de trabajo que genera, sigue percibiéndose a nivel social como una industria cuasi que farandulera, a nivel de la moda de autor. Porque la cosa ya cambia a nivel de industria, de las grandes marcas y de las grandes multinacionales, tanto españolas como internacionales, donde ahí ya sí resulta común la percepción de estar ante una indubitable industria de alto valor, en términos de facturación y de empleo. Industria que es la misma en la que están tratando de hacerse un hueco y de crecer esos mismos diseñadores de autor, y que no solamente se sienten indefensos ante los abusos que observan que se practican contra ellos con permanentes “inspiraciones” agresivas hacia su trabajo, sino que igualmente se encuentran bajo la presión de no poder ni tan siquiera poder alzar la voz, atenazados por el miedo de terminar por cerrarse alguna puerta dentro de la industria. Motivo real que es el que les lleva a la práctica totalidad de todos ellos a solamente alzar ligeramente la voz, y a hacerlo además desde sus cuentas en las redes sociales. Un ambiente digital en el que están encontrando el calor y la comprensión de su público, bien reducido en comparación con el que cuentan las grandes multinacionales de la industria; último santuario al que encomiendan protección frente al abuso de la apropiación y del silencio autoimpuesto, desalientos para cualquiera que está empezando y tratando de labrarse su propio camino.
Anaïs Vauxcelles, contra Bimba y Lola
Partiendo así pues de estas apreciaciones generales, y que incidimos, afectan a un elevado número de diseñadores emergentes, pero igualmente a toda clase de artistas e ilustradores nacionales, pasando ya a esa serie de episodios concretos, siguiendo a pies juntillas con el ambiente que dibujábamos desde estas primeras líneas, la reconocida diseñadora valenciana Anaïs Vauxcelles, premio Mercedes-Benz Fashion Talent a la mejor diseñadora emergente de la pasarela Allianz Ego de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid de septiembre de 2021, denunciaba públicamente este jueves, 28 de junio de 2024, desde su cuenta de Instagram a la firma de moda española Bimba y Lola. ¿El motivo? las excesivas similitudes entre unos de sus diseños y unos de los nuevos modelos de la firma gallega.
Desde lo que parecía ser más el anuncio de una colaboración que el de una denuncia por plagio, palabra que se ha cuidado Vauxcelles de no mencionar, dadas las grandes similitudes de las piezas, la diseñadora valenciana compartía una serie de instantáneas desde sus redes sociales desde las que podía advertirse, en primer lugar, un atractivísimo conjunto denim en estampado de efecto piel de avestruz, de la colección “No Me Quedan Lágrimas” de su firma de modas 404 Studio, presentada durante la edición de la pasarela 080 Barcelona Fashion de mayo de 2023. Unas fotografías, y un vídeo, a cuya publicación seguía la de una de las últimas fotografías de campaña de Bimba y Lola. Un material promocional desde el que se hacía mención al nuevo modelo de bolso “Bucket Chihuahua”, portado por una modelo que luce un conjunto muy similar al diseñado por Vauxcelles. Modelo que justamente ya había defendido la misma de la diseñadora valenciana con anterioridad, del mismo modo que ahora hace con la creación de Bimba y Lola, no disponible ni presente en estos momentos en la actual oferta de la firma, pero se entiende que un conjunto que se habría diseñado como parte de la oferta de la marca de esta próxima nueva temporada Otoño/Invierno 2024/2025.
Resultan así pues tan claras, como así lo son, las concomitancias establecidas entre el diseño y la modelo empleadas por Vauxcelles, y el diseño y la misma modelo presentada ahora por Bimba y Lola, que ciertamente no podemos alcanzar a calificar como más que a un burdo plagio a las piezas que se muestran como parte de este material de campaña, para el caso de que la firma se decida, como así parece, a comercializar estos diseños de pantalón y chaqueta. Y es que resulta imposible poder defender otra postura, dado el carente sentido discursivo que muestra la oferta de Bimba y Lola; marca que, a día de hoy, sigue siendo una firma de ropa, y no una casa de modas, si atendemos a esa diferencia que tratamos de trazar entre las empresas que se enfocan en la venta de ropa, y aquellas que se mantienen sobre el objetivo de querer reformular, con sus propuestas y reflexiones, el universo de las tendencias, de los patrones y de las siluetas que perfilan el mundo de la moda de hoy, como puerta a dar paso a la moda del mañana.
Miguel Adrover carga contra Balenciaga
Como una cuestión ya diferente se nos presenta el capítulo que afecta a Miguel Adrover, quien justamente está tratando de volver a formar parte activa del universo de la moda, tras el relanzamiento de su casa de modas a finales de este pasado mes de mayo. Un esfuerzo que celebramos desde FashionUnited, y proyecto que ahora viene acompañado de polémica, después de que el diseñador mallorquín haya acusado abiertamente de plagio a Demna Gvasalia, director creativo de Balenciaga, a raíz de la última colección de Alta Costura de la casa, presentada este pasado miércoles 26 de junio en París.
Adrover, Premio Nacional de Diseño de Moda de 2018, y quien llegó a ser todo un referente dentro de la industria de la moda, descubriéndose como un auténtico y revolucionario adelantado a su tiempo durante los inicios de la década de los 2000, se encargaba de defender su caso igualmente desde sus redes sociales, tan denostadas y censuradas en otros tiempos por el mismo diseñador, mediante la intercalación de unas fotografías de sus propios diseños, con imágenes de la última colección de Alta Costura creada por Demna para Balenciaga. Fotografías de las que igualmente se desprendían unas claras semejanzas entre unas y otras creaciones, y que el mallorquín presentaba acompañadas de un texto desde el que señalaba que “qué puedo decir, gracias, o que nos veremos en los tribunales para el juicio”. Primer sentencia, a la que sumaba el que “estoy un poco cansado de que este chico que diseña para Balenciaga no deje literalmente de copiarme”, siendo igualmente “triste que ninguno de los editores de moda que estuvieron sentados en primera fila de mis desfiles, no tengan el coraje de darme crédito, por algo que hice hace más de 14 años en la presentación de ‘Out of my Mind’”. Declaraciones que concluía apuntando a que “alguien que cobra tanto dinero, por ser una gran siervo de una marca de una compañía corporativa como Balenciaga”, en manos del grupo multinacional francés Kering, “debería tener su propio estilo” y buscar su propia “grandeza”, resulta “triste”, apostillaba el diseñador mallorquín.
Teniendo en buena consideración sus palabras, y atendiendo a las semejanzas entre algunas de las prendas de la colección de Alta Costura de Balenciaga, y de la colección “Out of my Mind” de Adrover, para la temporada Otoño/Invierno de 2012, en su caso sí que no podemos señalar más allá que a eso, a unas semejanzas. Porque es que más allá de la mera primera impresión que pueda despertarnos el descubrir unos y otros diseños, nada hay propio de los diseños de Adrover en los diseños de la última colección de Alta Costura de Balenciaga, que como bien profundizábamos desde el análisis que practicábamos sobre la misma, ahonda sus raíces, primero, en las creaciones de Cristóbal Balenciaga, en sus formas y en sus siluetas, y segundo, en el gusto y en la importancia de la moda urbana dentro del imaginario de Demna Gvasalia. Sería en cualquier caso dentro de este imaginario donde sí podríamos situar las referencias que se perciben con la obra de Adrover, que se descubriría así en respuesta como un referente dentro del imaginario de Demna. Pero el contar con una referencia, y el plagiar una referencia, son cosas bien distintas. Y, para el caso de ser cierta esta aparente resonancia del trabajo de Adrover dentro del imaginario y de la obra de Demna, el resultado del trabajo del georgiano, en esta colección, resulta diferente al del diseñador mallorquín. Porque como puntales de la colección de Balenciaga están las siluetas globo de Cristóbal Balenciaga, las siluetas columna de Cristóbal Balenciaga, y las continuas referencias a las capas y a las arquitecturas volumétricas de Cristóbal Balenciaga, no las arquitecturas superpuestas de la obra de Adrover.
También se encuentran, se observa claramente, como elementos singulares de la colección de Balenciaga la combinación y la superposición de piezas de las que, cabe reconocer, Adrover fue un precursor, pero el abrir el camino hacia unas nuevas maneras de abordar el diseño de modas, no hace que puedas adueñarte y de señalar como propio todo lo que transcurre por él después de ti. Más bien, te pone en la difícil situación de tener que tratar de seguir liderando esa “revolución”, en una batalla en la que, por unas cuestiones u otras, Adrover terminó situándose a un lado. O lo que es lo mismo, y para tratar de sintetizar, la superposición de prendas, que no deja de ser una revisitación posmoderna de la tradicional práctica del “patchwork”, y la recodificación, revisitación, recontextualización e incluso recuperación, de prendas y de elementos arquetípicos de la indumentaria urbana, son prácticas y ejercicios que trascienden y que se sitúan mucho más allá de la obra de Adrover, como para que pueda enarbolarlos el diseñador mallorquín como propios, aún a pesar de que pudiera haber sido uno de sus primeros promotores.