Demna Gvasalia, tras la estela de Balenciaga: cambia de nombre y se convierte en “Demna”
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Coincidiendo con la presentación, ha finales de la pasada semana, de su última colección “Fall 22”, la célebre casa de modas Balenciaga, Maison fundada por el prestigioso diseñador español y maestro de la Alta Costura Cristóbal Balenciaga, y a día de hoy una de las principales casas de moda del holding internacional francés Kering, anunciaba el cambio de nombre de su siempre irreverente y disruptivo director creativo. Un Demna Gvasalia que tomaba las riendas de la casa, en sustitución de Alexander Wang, el pasado 7 de octubre de 2015 desde la dirección creativa de Vetements, y al que a partir de ahora deberemos referirnos como, simplemente, “Demna”.
Con la eliminación de su segundo nombre, tal y como explican desde la propia firma de modas, el diseñador de origen georgiano trataría de destacar su carácter creativo, adoptando un apelativo único con el que igualmente busca separar lo que es su labor y sus desempeños creativos y profesionales, de su faceta más íntima y de su vida personal. Una acción que, no se nos escapa, del mismo modo abre la puerta a la asimilación de su figura con la de los grandes maestros de la moda de otras épocas, ensalzándola y equiparándola, no diremos desde aquí que inmerecidamente, a la de aquellos y aquellas modistas que a través de su talento y su buen hacer, lograron marcar su huella de manera indeleble en la vertiginosa historia de la moda, grabando su impronta con solamente una mera mención a su nombre. Véanse aquí los casos de Chanel, Dior, Schiaparelli, Balmain y, en último termino, de un Balenciaga, tras cuyos pasos parece más decidido que nunca a transitar, ahora, Demna.
“De ahora en adelante, Demna solamente usará su primer nombre, distinguiendo la mención a un artista de la de un nombre de nacimiento, y, en consecuencia, separando el trabajo creativo de la vida personal”, explican desde Balenciaga a través de un comunicado. Es por ello que “en toda la prensa de aquí en adelante”, añaden, “elige que se le haga referencia como simplemente Demna”.
Una colección con la que completar “los años perdidos” de Balenciaga
Como bautismo para su recién elegido nuevo nombre artístico, el diseñador georgiano escogía como bien apuntábamos la presentación de su nueva colección “Fall 22” para la casa. Una propuesta de corte genderless pensada para la próxima temporada de otoño de 2022 y diseñada bajo el título de “The Lost Tape”, en la que nuevamente Demna se muestra decidido a seguir los pasos del maestro Balenciaga, en este caso poniendo el foco en tratar de completar el vació de los años más desconocidos y olvidados de la maison. Los que comprenden aquella época de los años 90 en los que la casa, inactiva desde 1968 y hasta 1986, comenzaba a reanudar su actividad con vistas a volver a significarse como un importante agente dentro del sector de la moda lujo. Un renovado impulso que tratarían de insuflarle desde el grupo Jacques Bogart, pero que no llegaría a lograrse hasta el nombramiento en 1997 de Nicolas Ghesquière como director creativo de la firma, y ya a partir de 2001 tras la compra de la casa por parte de Kering.
En una suerte de ejercicio de prestidigitación, Demna trata ahora así pues de completar esa especia de vació que va de 1986 a 1997 y a la entrada de Ghesquière, ofreciéndonos esta “The Lost Tape”, esta cinta perdida, en la que recupera los estilismos perdidos de una Balenciaga que nunca existió durante el comienzo de la década de los 90. Una época que por otro lado representó un terreno especialmente abonado para la experimentación, durante la que surgieron movimiento e ideas tan interesantes e inspiradoras como la antimoda, la deconstrucción o el minimalismo monocromático.
Siluetas grunge y estética rave
Corrigiendo y completando ese vació, Demna presentaba una colección dominada por las siluetas grunge y la estética rave, en la que había igualmente espacio para revisitar algunas de las creaciones más emblemáticas del maestro Balenciaga. Cuyo legado en esta ocasión aparecía más desdibujado que nunca, camuflado majo la marcada estética años 90 que venía dominada por prendas vaqueras y sport y maxilogos. Una serie de elementos que destacaron sobre una pasarela que trataba de recrear cómo habría sido aquel desfile de los años 90 diseñado por Demna para Balenciaga, y que la casa terminaba dando a conocer a través de un original vídeo grabado por Harmony Korine en formato VHS. Un desfile, un formato, unas polaroid y una colección, que en conjunto parecían también adivinarse como un homenaje a la figura y el legado de Martin Margiela. El diseñador belga que mejor llegó a saber canalizar toda aquella experimentación y gusto por lo underground que tanto gustasen y tanto impacto generasen sobre la industria de la moda de aquellas décadas.
“La presentación de Balenciaga Fall 22 se muestra en forma de un mensaje del pasado sobre lo que pudo haber sido, y nunca fue”, detallan desde Balenciaga. “Recuerda una época en la que la ropa estaba llena de ideas en bruto”, que “podías encontrar en cualquier lugar, desde en un espectáculo de la industria, hasta en una acción underground”. Jugando “con las proporciones, creando nuevas siluetas y evolucionando otras, incluyendo algunas de Balenciaga como la chaqueta de cintura vasca o sus chándales”, la colección trata así pues en su conjunto de “llenar simbólicamente el vacío de los años olvidados de Balenciaga”.