Dior y el redimensionamiento de las brujas como “mujeres empoderadas”

Madrid – Como una de las tradicionales citas ineludibles de toda Semana de la Moda de París, y llegando además para ocupar su justo lugar como uno de los principales eventos de esta pasada jornada de martes, 26 de septiembre, dentro del programa oficial de su nueva edición, la casa francesa Dior ha presentado su nueva colección de mujer para la nueva temporada Primavera/Verano de 2024. Propuesta que ha terminado por elevarse como una nueva muestra más de la apuesta personal de la diseñadora italiana Maria Grazia Chiuri, directora creativa de la casa, por querer salir a reivindicar nuevos modelos de feminidad que vengan para luchar y contribuir a redimensionar la identidad de la mujer, tanto frente a estereotipos actuales como históricos.

En ese contexto, que es el que por otro lado siempre ha venido guiando la mano de la diseñadora desde que la italiana entrase a ocupar la dirección creativa de las líneas femeninas de Dior en 2016, Chiuri ha apostado en esta ocasión por situar como hilo conductor, y germen desde el que entrar a idear las piezas que componen esta propuesta, a la mágica, enigmática y legendaria figura medieval de las brujas. Personajes bien arraigados en el acervo popular de distintas culturas, y que la italiana ha querido de este modo, ya no solamente reivindicar sino redefinir frente a cualquier acepción peyorativa, planteando en oposición a las creencias populares la imagen de una “mujer bruja”, como sinónimo y reflejo de todas aquellas mujeres que a lo largo de las décadas pudieran haber sido castigadas y excluidas de la sociedad por su genuina manera de acercarse al mundo natural. Punto que igualmente llega para sostener el mensaje de unión entre pasado, presente y futuro, desde el que Chiuri busca nuevamente incidir en cómo las modas en el vestir y su relación y maneras de “desnudar” y “exhibir” los cuerpos, son fruto de unos contextos históricos concretos. Contextos como ese ambiente de la época medieval, y hasta entrados ya en los siglos XVI y XVII, durante el que se popularizaron las persecuciones contra las brujas, y cuya identidad se ha dispuesto a reivindicar y revalorizar la diseñadora italiana, dotando de luz y de un marcado carácter subversivo a todos aquellos elementos tradicionales vinculados a ellas, y que si bien las hubieran condenado en otros tiempos a unas horribles persecuciones y castigos, ahora son recontextualizados y devueltos como símbolos de empoderamiento.

Construida a partir de “una reflexión” llevada a cabo por la misma Chiuri “sobre el significado del presente”, de un “presente en el que pasado y futuro conviven de manera simultánea”, apuntan desde Dior a través de la nota explicativa emitida con motivo de la celebración del desfile en París, “esta nueva colección recupera así la idea de que la relación cuerpo/ropa se sitúa en el contexto de cada época, y no en el tiempo de un día, ni tampoco de la nostalgia”. “En esta convergencia” de caminos y de tiempos, “abierta a muchas interpretaciones”, la diseñadora italiana continúa “explorando la relación entre feminidad y feminismo, movida por la convicción de que la moda tiene, más que nunca, la responsabilidad de ayudar a las mujeres a darse cuenta de su valor y a expresar sus diferencias”. Es por ello que muestra un especial interés llegada la hora de estudiar a todas aquellas identidades que “han afirmado su independencia frente a un mundo masculino y han desafiado su sistema”, identidades entre las que “se encuentran las brujas, guardianas del conocimiento de la diosa madre, que transmiten la ciencia de las plantas y respetan el tiempo de la naturaleza”.

Entre fases lunares y tonalidades en manzanilla

Siguiendo con ese pulso tomado a los tiempos, del pasado, del presente y mirando hacia el futuro de las nuevas generaciones, la diseñadora italiana ha armado una sólida propuesta construida sobre los mismos arquetipos que históricamente han venido relacionándose con las figuras de las brujas, tanto en su huella más fantástica, como en sus terribles implicaciones con el mundo real. Elementos que han terminado por adquirir un valor todavía más subversivo, tal y como de manera activa buscaba la diseñadora, al entrar en contraste con la instalación de arte inmersiva “Not Her”, creada por la artista visual italiana Elena Bellantoni. Una videoinstalación de marcada estética pop que sirvió a las veces de telón de fondo del desfile de presentación de esta nueva colección femenina de Dior, aportando unas electrizantes notas de color a la presentación, en compañía de una “reimaginación” de una sucesión de figuras femeninas, reinterpretadas por la artista italiana en esa misma clave “pop”, y presentadas en compañía de anuncios sexistas y frases contestatarias introducidas por la misma Bellantoni en respuesta a esos mismos mensajes.

En contraste así pues con los encendidos rosa fucsia y amarillo oro que inundaron la pasarela, Maria Grazia Chiuri ha presentado una colección firmemente asentada sobre una contenida paleta cromática construida a base de negros, blancos, dorados, nude y beige, con el azul índigo como única expresión de color sobre las piezas. Siendo estas una sucesión de diseños que brillaron sobre la pasarela gracias a los seductores juegos de volúmenes empleados por la diseñadora italiana, mientras los negros ceniza y los juegos de texturas inspirados en la obra artística del italiano Alberto Burri, terminaban por acercar la colección a ese realidad más atroz e inhumana dada a las mujeres que fueron catalogadas como “brujas” en épocas pasadas.

Con todas estas sumas de características como elementos más distintivos, partiendo de esos aires marcadamente medievales, y traídos hasta la época actual, de entre las piezas mostradas por Dior en esta colección Primavera/Verano de 2024, destacamos de manera singular a ese provocativo y seductor vestido de líneas fluidas y ceñidas y escote abierto, que parecía venir en forma de una revisitación en clave “chic” de las túnicas medievales. Mientras que elementos extraídos del mundo animal y natural inundan faldas, abrigos y vestidos defendiendo esa mística conexión de las “brujas” con la naturaleza, y la más tradicional estética oscura atribuidas a las mismas, pasa a reconstruirse a partir de patrones de corte sastre, para terminar adquiriendo la forma de unos vaporosos vestidos de líneas helénicas, aproximando la estereotipación de las brujas más con la identidad de sacerdotisas versadas en el medio natural.

“Las creaciones de Maria Grazia Chiuri para Dior se revelan en un estilo de corte medieval, con una silueta arquitectónica, y entre las que la chaqueta adquiere un carácter masculino”, detallan desde la casa de modas francesa sobre la colección. “Ciertos tejidos dan testimonio de una materialidad, una memoria del tiempo y de un conocimiento profundo en la obra del artista italiano Alberto Burri”, mostrando unos “desgarros, unas laceraciones y unas quemaduras que se convierten en un elemento constitutivo y performativo de la propia prenda”, mientras predominan los colores “de la ceniza, la manzanilla y las pociones de amor”, en un nuevo guiño a esa identidad fantástica de las brujas. Guiños que continúan practicándose desde ese patrón floral de “Mille-fleurs” de Dior, cuyos motivos se transforman y adquieren la intensidad de la noche puestos en contraste con la intensidad clara del día, y con unas “fases lunares” y unos “soles que anuncian las estaciones”, con “hierbas medicinales y animales fantásticos”, entrando a formar parte del icónico patrón de la casa. Todo ello en compañía, advierten desde Dior, de unas prendas de punto que igualmente entran a jugar un papel principal, “acompañando y acariciando las curvas del cuerpo, envolviéndolas sin apretar”, y resultado con ello a un mismo tiempo, apostillan, en forma de un abrazo “cálido” y “sexy”.