Ferragamo y la modernización del lujo
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En su difícil compromiso por resultar a un mismo tiempo tan arrebatadoramente modernas e impactantes, como sensuales y privadas de toda sombra de estridencias, la casas del lujo se mantiene permanentemente en un delicado juego de equilibrios de las que no todas, y no en todo momento, logran salir airosas. Una combinación de tensiones que en los últimos años habían terminado por conducir a Ferragamo a una marcada pérdida de influencia dentro de la escena de la moda, posición de la que finalmente parece empezar a desembarazarse a medida que Maximilian Davis empieza a coger el ritmo al frente de su dirección creativa.
Tras debutar con su primera colección para la casa italiana durante la pasada edición de septiembre de la Semana de la Moda de Milán, convirtiéndose una vez más en una de las citas más destacadas dentro del calendario, este sábado el diseñador británico presentaba su segunda colección para la célebre casa de modas florentina. Una propuesta ideada para la próxima temporada Otoño/Invierno de 2023/2024, integrada una vez más tanto por prendas diseñadas para hombre como para mujer, que terminaba viendo la luz bajo el título de “Cinema”. Nombre con el que desde la colección se hace referencia a los mismos orígenes de la casa y a los inicios en Hollywood de Salvatore Ferragamo como zapatero durante la década de los años 50. Un periodo al que precisamente ha decidido retrotraerse Davis, para desde allí, y mirando claramente hasta el día de hoy, terminar por idear una nueva estética en la que se fusionan la elegancia indiscutible de los años dorados de Hollywood y de sus estrellas, con la modernidad más atrevida y provocadora.
Para esta colección, apuntan desde Ferragamo, “Davis vuelve a Hollywood, el segundo hogar de Salvatore Ferragamo, para inspirarse en los armarios de las estrellas con las que la casa trabajó a lo largo de la década de 1950”. “Vista a través de la lente de la modernidad depurada” del diseñador británico, tratan de poner en valor, “su belleza hiperfemenina adopta un futurismo alienígena”, en el que “los volúmenes y siluetas de la época quedan claramente relegados” para dar paso a siluetas y patrones insultantemente modernos.
“Así empezó Ferragamo, fabricando zapatos para películas en los años 30, y así creció su relación con estrellas del cine como Sophia Loren y Marilyn Monroe” durante “los años 50”, explica Davis a lo largo de unas declaraciones que nos hacen llegar desde la casa de modas florentina. "Me interesaba utilizar su glamour y belleza, y su forma de vestir, como referencia”, entra a explicar, “pero viendo cómo podíamos hacer” que todo aquello “pareciera moderno” y perfectamente actual y adecuado “para hoy”.
Entre el glamour del Hollywood de los años 50 y la subcultura de los “greasers”
En un brillantísimo ejercicio desde el que el diseñador logra conjugar a la perfección esas influencias venidas de la propia historia de la casa y de la moda de la década de los años 50, con la idea de un lujo anónimo y minimalista más enfocado a destacar por la riqueza de los materiales y procesos, la finura de sus acabados y la pureza de sus líneas, que por el uso de logotipos y emblemas que ensordecen y tribulan tanto dentro como fuera de la pasarela, Davis logra armar, y reunir, en torno a su propuesta los fundamentos básicos de lo que podríamos llegar a definir como los del decálogo del lujo moderno. Un lujo que, en lo que respecta en el vestir, logra perfectamente sostener en esa fina línea a la que apuntábamos que separa la modernidad de la decadencia, la delicadeza de la vulgaridad, el atractivo estímulo del exceso.
Entrando ya a subrayar los aspectos más característicos y propios de esta colección concreta, nos encontramos con una propuesta armada a base de estilismos monocromáticas, construidos sobre una paleta integrada en tonalidades en negros, azules marinos, blancos, amarillos, verdes oliva, lavandas y rojos. Color que ha decidido adoptar la casa italiana como el más propio de la firma durante este nueva etapa bajo la dirección de Davis, y que encontraremos de este modo igualmente aportando un contrapunto encendido de color a toda clase de prendas y complementos, principalmente en forma de “arañazos” sobre las costuras de las piezas. Un ejercicio con el que además no se hace sino que acentuar el trabajo de costura y patronaje que sostiene a todos y cada uno de los diseños que integran esta colección “Cinema”.
Partiendo de este modo de esta características compartidas, como prendas a destacar de dentro de la colección, sobresalen desde los diferentes vestidos estilo años 50, revisitados para dar paso a toda clase de nuevas creaciones; hasta los abrigos tipo caparazón, las creaciones diseñadas a partir de una igualmente revisitación del universo de los pañuelos de la casa Ferragamo, o el sinfín las prendas construidas siguiendo con los códigos de la indumentaria característica del mundo del motor. Un contrapunto al lenguaje del antiguo Hollywood, aportado por la suma como referente para esta propuesta del mundo y de la indumentaria propia de los “greasers”; los miembros de esa subcultura urbana de jóvenes del sur y la Costa Este de los Estados Unidos cuya estética a terminado dando paso a obras como la célebre película “Grease” de 1978, protagonizada por John Travolta y Olivia Newton-John.
“Esta es mi visión de lo que la gente de los años 50 pensaría del futuro: metálicos alienados y mucho brillo”, explica Davis poniendo el foco de atención sobre esos acabados iridiscentes que, junto a los abrigos de pelo, terminan por captar rápidamente la atención como elementos más llamativos de esta propuesta. Una colección en la que, junto a esos minivestidos de lamé brillante y charol y terciopelos, no faltan detalles en forma de primorosos drapeados en tejidos técnicos, en alas de murciélago o en forma de esos guiños al universo de los pañuelos, puestos en contraposición de las formas arquitectónicas de la moda de los años 50. “Quería introducir el lado más romántico de los años cincuenta, y los dos elementos parecen contrastar tan directamente —lo etéreo frente al rigor— que de algún modo van de la mano”, destaca el diseñador británico; en relación a una colección que se muestra como el origen de lo que se va a mantener como su manera de proceder al frente de la dirección de Ferragamo: “imaginar y reinventar épocas dispares y estéticas cinematográficas que”, explican desde la casa italiana, “a través de la nueva lente de Ferragamo, encuentran una decidida modernidad”.