Gucci, el lujo de lo cotidiano
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Madrid – Como, una vez más, una de las citas más destacadas de la Semana de la Moda de Milán, la casa italiana Gucci acaba de presentar su última colección de mujer, para la próxima temporada Otoño/Invierno de 2024/2025. Propuesta desde la que Sabato De Sarno ha seguido perfilando el “nuevo tono” de esta “nueva Gucci” bajo su dirección creativa, desde la que ya ha pasado a ser la tercera colección que el italiano termina por firmar para la casa desde que, procedente de las filas de Valentino, aterrizase para tomar las riendas de su departamento de diseño.
Dentro del histórico de esta “nueva era” y nuevo capítulo que, tras la sorprendente salida de Alessandro Michele anunciada a finales de noviembre de 2022, se encuentra liderando De Sarno, el diseñador napolitano había terminado por crear, hasta la fecha, una primera colección de mujer, para la temporada Primavera/Verano SS24, con la que debutaba como director creativo de Gucci durante la pasada edición de septiembre de la Semana de la Moda de Milán; y a la que le seguía una igualmente primera colección de hombre, para en su caso la temporada Otoño/Invierno FW24, presentada durante la misma Semana de la Moda, masculina, de Milán, de este pasado mes de enero de 2024. Dos colecciones “manifiesto” sobre las que ya poníamos un especial cuidado para la hora de destacar las que, se siguen confirmando desde esta primera colección de invierno para mujer diseñada por De Sarno, parecen ser las intenciones del italiano para dar forma a este nuevo episodio de la histórica casa florentina. Unas intenciones que pasan por alejar a la casa de los ambientes y de los acontecimientos más singulares, hacia los que tan cómodamente parecían dirigirse las propuestas de la “era Michele”, para acercar sus propuestas a la cotidianidad del día a día, en una arriesgada apuesta para la que tanto De Sarno como Gucci y la dirección de Kering, compañía propietaria de la firma italiana, se encuentran más que convencidos, conocedores de que es únicamente desde esa nueva posición, desde la que podrán terminar por destapar todo el valor y el potencial de la icónica firma italiana. Y es que los eventos de diario, por costumbristas y rutinarios, siempre excederán en número a las ocasiones singulares, y por tanto podrán jugar un papel más determinante tanto para la hora de impulsar la influencia del universo creativo y estético de una casa, así como su volumen de facturación. Objetivos ambos que no están, ni mucho menos, exentos de riesgos, para una casa como Gucci que trata de abrirse a esa cotidianidad, al tiempo que trata de seguir mostrándose como exclusiva y referente del sector del lujo; cuestiones para las que ya apuntábamos que se había prácticamente puesto a mirar en un espejo frente a Prada, pero tratando de seguir siendo Gucci.
Desde esa apuesta, es como finalmente, y a fecha de este pasado viernes, 23 de febrero de 2024, desde la célebre casa florentina terminaba por presentar esta última colección de mujer, para la temporada Otoño/Invierno FW24. Una propuesta relevante tanto por ser la primera colección de mujer firmada por De Sarno para una temporada de Otoño/Invierno, como por ser la primera propuesta en la que, presentadas ya las líneas generales de su universo creativo puesto al servicio de la firma, el de Nápoles ha podido pasar ya a explorar nuevos rincones de su imaginario, para la hora de seguir dando forma a este nuevo capítulo de Gucci. Todo, bajo el marco de esta nueva colección, desde la que justamente De Sarno ha salido a poner en evidencia cómo va a tratar de sostener la casa en esa fina línea a camino entre lo cotidiano y lo exclusivo. Una posición que De Sarno defenderá tanto desde la extraordinaria calidad de las costuras y de las materias primas, como de los diseños, las manufacturas y desde un especialmente cuidado y destacado gusto por los detalles. Características todas estas que, a modo de herramientas, el napolitano emplea, no tanto para acercar y “bajar” a Gucci a la realidad más ordinaria, como para buscar elevar nuestra realidad más cotidiana, a través de las propuestas de Gucci. Una intención que habla tanto del gusto por la moda y por el diseño de De Sarno, como de esa particular manera de “vivir” esa misma moda y el diseño que profesan los italianos, y que sigue haciendo del “Made in Italy” un envidiable sello de calidad.
“Tanto en mi moda como en mis sueños, el ejercicio es el mismo”, y pasa por “buscar entre los pliegues” de la realidad “un vacío que quiera ser llenado”, en “mirar los detalles muy de cerca, antes de sentirte libre de retroceder en busca de una perspectiva más amplia”, en buscar “capturar lo extraordinario donde se espera lo ordinario”. Para ello, profundiza el diseñador italiano a través de unas declaraciones difundidas por la dirección de la misma Gucci, hay que “buscar un pequeño gesto subversivo”, tratar de ver las cosas desde una perspectiva distinta a la que se presume como la más adecuada, no siguiendo las normas” de lo convencional.
Como bien se termina de poner de manifiesto desde esta colección, añade De Sarno, “estas es mi manera de soñar, sin prisas, visualizando y estratificado aspiraciones como si fueran los ladrillos de una casa”. Pero “mis sueños, como ocurre con mi moda, siempre dialoga con la realidad”, advierte el director creativo de Gucci. Y es que, y aquí es donde descubre la pieza clave de lo que va a ser esta nueva era en la historia de la legendaria casa italiana, “no busco otro mundo donde vivir, sino formas de vivir en este mundo”.
Entre combinaciones “lenceras”, pieles y acabados en lentejuelas
Partiendo de esta poética, la nueva colección de De Sarno para Gucci sigue ahondando en el nuevo valor atemporal en el que está tratando de asentar el napolitano a la casa desde que accediera a su dirección creativa. Intenciones que ya evidenciaba con la fusión en torno a una misma paleta cromática de sus colecciones de mujer SS24 y de hombre para FW24; paleta que ahora empieza a hacer evolucionar desde esta nueva colección de mujer FW24, para la que además igualmente empieza a fusionar las tipologías de indumentarias propias del verano, reconstruidas para el invierno, y todo ello al tiempo que De Sarno da unos pasos más decididos en esa “elevación de la cotidiano” a la que aspira a llevarnos de la mano de las colecciones de Gucci.
Empezando por analizar ya en un mayor detalle la colección, siguiendo con lo apuntado, la propuesta se descubre asentada sobre una paleta cromática en la que no faltan los grises piedra, los rojos “ancora” y los verde lima que tanto caracterizaron las primeras colecciones del italiano para Gucci. Unas tonalidades que ya han empezado a marcar tendencia incluso antes de que Gucci empiece a comercializar sus primeros diseños con esos tonos, y que ahora De Sarno termina de completar difuminando su estela, para dar paso a un amplio abanico de verdes, además de lima, musgo y olivas, que alcanzan incluso a derivar en un verdoso y otoñal ocre, para desde ahí dar paso a beige, marrones y hasta incluso amarillos pastel. Mientras que del lado de los grises, “disecciona” el color para abrir la colección al negro y toda clase de azules cerúleos, cianes, índigos o bebé; y del de los rojos, conservando el rejo “ancora” como tonalidad dominante, “decanta” su intensidad para dar paso a rosas chicle y nudes.
Partiendo de estas notas de color, la riqueza de los materiales y de los acabados vuelve a evidenciarse como una muestra del buen “saber hacer” del que es garante la casa italiana, en esta ocasión explotando a través de ricos tejidos de encaje, terciopelos y bordados. Materiales y acabados que hablan de esa importancia de los detalles que pone De Sarno para el momento de dar forma a sus “sueños”, y que encuentran su máximo punto de representatividad dentro de esta propuesta, de la mano de las prendas de punto recubiertas por todo un océano de flecos de cristales iridiscentes y de lentejuelas transparentes o en degradado de color. Acabado este que se presenta como uno de los elementos clave de la colección, recubriendo buena parte de sus piezas clave.
Poniendo justamente ya atención sobre las prendas y patrones clave de esta colección de mujer para FW24, de entre ellas destacan los distinto conjuntos y modelos de shorts y tipo “body”, más propios del periodo estival, pero eso sí confeccionados en un cálido tejido de landa; así como los vestidos minimalistas de corte lencero; o los igualmente lenceros, pero colmados de transparencias y puntillas, dando la imagen de piezas de moda íntima, reconvertidas en prendas de calle. Ocupando igualmente una posición central en el conjunto de esta colección los distintos modelos de chaquetas y conjuntos en piel —una de las tendencias que llegan con fuerza para estas próximas temporadas—, así como los distintos vestidos y, sobre todo, cazadoras y abrigos en acabado efecto “joya”, recubiertos por un distinto mar de lentejuelas. Terminándose de completar la colección sobre la pasarela con nuevos modelos de bolso, en acabado “mullido”, de estilo neceser, en forma de media luna y otro en forma trapecio con asas metálicas doradas efecto bambú; y con unas piezas de calzado entre las que se encontraban desde nuevas versión de los icónicos mocasines “Horsebit” de Gucci, ahora en versión plataforma y de bota de montar. Complementos que encontraban su guinda en nuevos modelos de gafas de sol estilo “cat-eye”, y en unos originales collares de cintas de tejido, con detalles en tachuelas fabricadas de oro galvanizado.
Unos diseños todos estos que llegan para terminar de componer así una completa y vibrante colección, desde la que De Sarno viene poco a más que a defender el que el gusto por el diseño y por la moda, en su caso por una moda de prendas y complementos de lujo, no está para ser venerado ni reservado a parcelas excluyentes de la vida de diario, sino para contagiarla, iluminarla e inspirarla, desde el día a la noche. Desde el momento en el que tener que salir a comprar el pan, hasta de acudir a una celebración especial. Una moda por tanto la suya que defiende el soñar, y diseñar, para ser vivida, en los 360 grados del espectro de una vida plena, las 24 horas del día, durante los 365 días del año. Y es que si el mero hecho de estar vivos ya es un lujo, ¿por qué no celebrar esa vida, su cotidianidad, a cada segundo que vivimos? Y es que para eso, al igual que la misma vida, esta la moda; para vivirlas.