La española Pilatus se “cuela” en los Juegos Olímpicos de París 2024
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Madrid – La firma española Pilatus, especializada en el diseño y la comercialización de mochilas y complementos, se corona en el plano internacional al abrigo de las celebraciones de estos Juegos Olímpicos de París 2024. Acontecimiento desde el que la marca ha conseguido dar un más que significativo avance sobre su histórico, diseñando para su misma organización parte de los artículos con los que sus principales patrocinadores no están dudando en agasajar a los más destacados invitados institucionales de estas Olimpiadas.
Fundada en el año 2017 por la pareja de emprendedores formada por Rodrigo Bernárdez y Alejandro Crespo, la idea de la creación del proyecto surgió durante el programa Erasmus que ambos cofundadores de la empresa compartieron y vivieron en Alemania. Una etapa durante la que, allá por el invierno de 2016, durante una escapada al monte Pilatus, localizado en los alrededores de la ciudad suiza de Lucerna, ambos no dudaron en entrar a debatir y analizar cómo el campo de los complementos y accesorios profesionales parecía descubrirse como un terreno olvidado y obviado, mostrándose cuasi que como un terreno fértil en el que cualquiera con una ambición, y con un propósito claro, podría hacer fortuna —en el sentido más poético de la palabra—. Y ahí que se lanzaron ambos, empezando a dar forma a un proyecto con el que han terminado ahora por captar la atención de la misma organización de los Juegos Olímpicos de París 2024, hasta el punto de haber logrado superar a las grandes competidoras internacionales que pugnaban por lograr alzarse con tan representativo y destacado encargo, colocando a Pilatus como la responsables del diseño de los productos de obsequio con los que los patrocinadores oficiales de los JJOO están obsequiando a los principales invitados institucionales de estos Juegos Olímpicos de París 2024.
Rememorando los inicios de la marca, ambos cofundadores recuerdan cómo “la inspiración surgió de una necesidad personal de Rodrigo”, quien preparándose para ese Erasmus en Alemania, “buscaba una funda para su ordenador que fuera con su estilo personal” y sirviera de complemento a “sus botas marrones favoritas”. Pero como respuesta, únicamente terminó por encontrar “el regalo hecho a mano por su abuela”, consistente en una funda, artesanal, personalizada. Fue ese regalo el que terminó por abrir la espita de las reflexiones que durante aquel viaje llevaron hasta la fundación de Pilatus, una vez que ambos, Bernárdez y Crespo, terminaron por coincidir a la hora de identificar que había una clara “oportunidad” de negocio ante la ausencia de una destacada oferta en el campo de los “accesorios profesionales”. Momento en el que arrancaban un camino que, sostienen, “ha sido largo”, y durante el cual, y a lo largo de estos ya siete años de singladura de Pilatus, la firma ha logrado despertar el interés, ya no solamente de “miles de clientes” de las “diferentes partes del mundo”, sino el de empresas como la consultora estratégica EY —una de las consideradas “big four” junto a Deloitte, PwC y Kpmg—, Glovo, Telefónica, Red Bull, Mapfre o Walt Disney. Éxitos que sin duda que han terminado por allanarles su camino, hasta ahora su consagración dentro del plano internacional como responsables del diseño del merchandising oficial de estos Juegos Olímpicos de París 2024.
Con más del 80 por ciento de la facturación mediante operaciones B2B
Como base de sus operaciones, y mientras se mantienen ya en rumbo sobre un ejercicio de 2024 que confían en cerrar superando el millón de euros en facturación, Pilatus cuenta con sus operaciones de venta directa al cliente final. Un público a cuyo alcance pone los diferentes artículos de sus distintas líneas de complementos y de accesorios, entre las que no faltan colecciones de botellas de agua reutilizables, de mochilas, neceseres, de tarjeteros para móviles, bolsas de viaje o, cómo no, de esas mismas fundas para ordenadores portátiles que terminaron sirviendo de germen para el nacimiento de la marca, por ahora únicamente a través del canal online. Y remarcamos lo de “por ahora”, porque se trataría este de un punto para el que desde Pilatus no ocultan ya su ambición de, siguiendo con la trayectoria protagonizada durante estos últimos años por otras “pure players” digitales, terminar más pronto que tarde por desembarcar sobre el medio físico.
De igual modo, y de manera paralela, la firma se defiende en el mercado sobre una segunda pata B2B (business to business), que de hecho es la que a día de hoy está logrando generar la mayor aportación de fondos para el mantenimiento y el crecimiento de Pilatus, como se evidencia tras un último ejercicio completo de 2023 durante el que esta rama del negocio de la firma alcanzó a generar más del 80 por ciento de todo su volumen de facturación. ¿El secreto? El haber logrado despertar el interés de grandes empresas como a las que apuntábamos, y que se han sentido especialmente interesadas por el diseño y los valores que desde Pilatus tratan de defender como pilares centrales de su modelo de negocio, a través de todas y cada una de las piezas que crean bajo su sello. Artículos integrados dentro de unas colecciones para las que desde Pilatus hacen uso de materiales como un fieltro orgánico ecológico hecho a partir tres tipos diferentes de fibras recicladas, para fundas y tarjeteros; de algodón reciclado procedente de residuos textiles, y de fibras de PET reciclado procedente de botellas de plástico, para neceseres y bolsas de viaje; o de poliéster reciclado, procedente de botellas de agua PET y de otros desechos industriales, para sus cada vez ya más representativas mochilas.
Completando esta naturaleza comprometida que tratan de defender desde una oferta comercial fabricada a partir de esos materiales de corte más sostenibles, más allá del apartado de producto, como pilares igualmente centrales de su modelo de negocio desde Pilatus llevan igualmente esa virtud a las dimensiones del planeta sobre el que ejercen sus operaciones, y a la de los trabajadores y personas que se encargan de participar de su misma cadena de valor. Compromisos ambos que materializan, en el caso de hacia el “planeta”, formando parte desde el año 2021 de la organización 1 por ciento For The Planet, y en consecuencia, donando el 1 por ciento de todas sus ventas anuales a organizaciones sin ánimo de lucro que trabajan por atajar problemáticas de índole ambiental; y en el de hacia las “personas”, trabajando en materia de logística con la asociación a favor de la inserción laboral de las personas con discapacidad Juan XXIII.
“Dar forma a este proyecto ha sido un proceso de muchos cambios”, durante el que “hemos probado cosas diferentes” y “modelos de negocio alternativos que nos ayudaron a dar forma a lo que hoy es Pilatus”. Una firma que, a pesar de todas esas evoluciones, siempre se ha mantenido fiel a su aspiración principal de lograr que “nuestros productos sean prácticos, fiables, honestos y resistentes en cada aspecto”, para lo que “buscamos minimizar nuestro impacto ambiental y superarnos constantemente”, siempre desde la ambición que querer “ser sostenibles”. Un compromiso que siempre se ha mantenido inalterado dentro de las bases del modelo de negocio de Pilatus, firma que cuenta como objetivo fundacional, subrayan desde la marca española de accesorios y complementos, el de contribuir a “reducir el impacto ambiental que produce la industrial textil”; de ahí que “desde el 2017, mas del 95 por ciento de los materiales que se utilizan en nuestros productos son reutilizados y tratados con procesos naturales”.