María Escoté firma su tercera cápsula (sostenible) para Desigual
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La psicodelia y el colorismo característicos del estilo de María Escoté vuelven a inundar esta temporada las propuestas de Desigual, con el lanzamiento de la tercera colección cápsula creada por la diseñadora barcelonesa, uno de los nombres más presentes de la actual escena de la moda española, para la popular firma de moda. Una última colaboración con la que vienen ambas partes a estrechar los lazos que creasen, al abrazo de la pandemia por coronavirus, con el lanzamiento en septiembre de 2020 de su primera colección colaborativa.
Enmarcándose así pues, y una vez más, dentro de las colecciones para esta temporada Otoño/Invierno de Desigual, y dejado a un lado las referencias al mundo del manga y al estilo kawaii que caracterizaron su primera colaboración, así como los animal print que dominasen la segunda, en esta ocasión Escoté ha encontrado su fuente de inspiración para esta propuesta en el mundo de lo orgánico y de lo natural. Un entorno al que trata de dar su justo valor como fuente y origen de todo lo que nos rodea y nos da sustento, haciendo de él el leitmotiv y el elemento generador a partir del cual ha ido modelando unos diseños que, tanto en fondo como en forma, brotan directamente desde el concepto mismo de los micelios. Unas microscópicas raíces desde las que se nutren todas las clase de hongos, protagonistas de algunos de los últimos avances más sonados en el terreno de la innovación textil y en el ámbito de la moda. Unos avances que sin embargo en este caso no encontraremos dando forma a ninguna de las piezas de esta colección, que sin embargo sí deja espacio para la incorporación, sobre una amplia representatividad de sus prendas —no así en todas—, de una igualmente amplia serie de materiales de corte más sostenible, entre los que encontraremos, como materias primas de las piezas, desde algodón orgánico certificado con el sello BCI, a fibras recuperadas y/o recicladas de materias primas como el poliéster.
“A modo de invisible micelio, la colección conecta las prendas con el alma circular de sus materiales”, explican desde la misma Desigual sobre esta colección, que se destaca como la “tercera colaboración” de la diseñadora con la marca de moda internacional. Una propuesta de la que se ha servido Escoté para modelar “un viaje alucinante por tres universos estéticos bien diferenciados”, con “la naturaleza, el tartán y el arte digital” como “los tres motivos destacados que conectan esta nueva colección”. Propuesta que se eleva como una vertiginosa aventura desde la que la diseñadora nos invita a descubrir “desde la inspiración orgánica al glitchcore” que caracterizan los modelos de esta última cápsula diseñada para Desigual.
“Concibo las prendas como pequeñas obras artísticas, con grafismos muy trabajados y elaborados” y sostenidas con un “concepto detrás”, nos explica la propia diseñadora barcelonesa a lo largo de unas declaraciones que nos hacen llegar desde Desigual. “Me gusta expresar un mensaje”, añade Escoté, y “la naturaleza está siempre presente en él”. Una manera de obrar que percibe que se deriva de esa realidad inmutable surgida del hecho de que la naturaleza “es una referencia” misma venida “de nuestro entorno” físico, influencia que igualmente se terminar observando y “se refleja en el mundo digital” y en las acciones e iniciativas que en este disruptivo entorno se terminan llevando a cabo. “La fuerza de la naturaleza conecta este mundo”, sentencia Escoté, y por ello “me inspiré en el micelio”, una “red invisible que lo une todo, como las redes digitales nos conectan 24 horas al día”.
Entre tartanes y referencias “glitchcore”, bajo el embrujo de los micelios
Profundizando en los aspectos más característicos, en cuanto a piezas y diseños, de esta tercera colección cápsula de María Escoté para Desigual, el primer aspecto a destacar es el colorido y la apariencia fluida de unos estampados que se destacan como los elementos visuales más impactantes de la propuesta. Unos prints inspirados desde en los tradicionales tartanes hasta en las últimas tendencias en estética “glitchcore”, todos ellos elementos revisitados por Escoté bajo su perspectiva influenciada por el mundo natural, y en particular por el de esos micelios cuyas fibras terminan desdibujando las líneas de los tartanes y difuminándose a lo largo y ancho de toda la colección.
Como resultado, nos encontramos con una colorida propuesta compuesta de prendas diseñadas especialmente para el público femenino, construida sobre una psicodélica combinación de colores, estampados, materiales y tejidos. Destacándose en este sentido como piezas clava de la colección desde un minivestido negro de punto (99,95 euros) con estampado a cuadros distorsionados de inspiración tartán en naranja, marrones y rosas, hasta un voluminoso plumas negro de corte oversize fabricado a partir de poliéster reciclado (169 euros). Piezas más destacadas de una colección, en la que también encontraremos desde una amplia variedad de vestidos ceñidos de corte midi (149 euros) y corto (99,95 euros), camisas oversize (99,95 euros), o una originalísima minifalda cruzada (99,95 euros). Destacándose igualmente otras prendas tan propias de la temporada como jerséis (79,95 - 149 euros) y una cazadora (199 euros), así como sobre todo diferentes nuevos modelos de las ya tradicionales sudaderas diseñadas por Escoté para Desigual (89,95 euros). Encargándose ya de completar la colección, ya a la venta tanto en la tienda online de Desigual como en una selección de las principales tiendas de la firma, una serie de complementos entre los que encontraremos desde un nuevo modelo bolso (79,95 euros), a calcetines en estampado tartán (15,95 euros) o una bufanda (69,95 euros) con “estampado de almas”.
En esta colección, resumen desde Desigual, “conviven la estética del arte digital y la tendencia glitchcore con reminiscencias orgánicas al micelio y una reinterpretación de los clásicos tartanes”. Una suma de elementos que “María Escoté cataliza” y “traduce en estampados únicos, patrones novedosos y siluetas de vanguardia”. Unos diseños que “están llamados a regenerar nuestros armarios esta temporada”, a golpe de unos “tonos fluorados” que “aportan luz” y de un “tratamiento gráfico de los motivos” en los que se “combina lo orgánico con lo digital, reinterpretando los estampados naturales desde una perspectiva glitchcore, entre tecnológica y nostálgica, con figuras humanas y también píxeles visibles”. Ocupando, como fruto de esta suma de características, dentro de la colección un papel destacado, tal y como apuntábamos, unas sudaderas que, añade aquí Escoté, “se han convertido en algo icónico colaboración tras colaboración”, hasta el punto de que “casi son un coleccionable cada temporada”.