Romanticismo-Punk: Dior presenta desde Escocia su nueva colección Crucero
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Madrid – Un homenaje a la historia y a las relaciones de la casa francesa con Escocia, así como hacia elementos tan propios de su acervo cultural como lo son el tartán o los “kilts”. Así es como terminó por descubrirse este lunes, 3 de junio, la última colección Crucero de mujer de Dior, para 2025, diseñada por Maria Grazia Chiuri y presentada desde los embriagadores jardines del escocés castillo de Drummond.
Siguiendo de este modo al anuncio y a los primeros apuntes que desde Dior se arrancaron a compartir a finales del pasado mes de marzo, tomando el testigo de últimas ubicaciones tan celebradas como las que llevaron a la casa francesa a presentar sus respectivas últimas colecciones Crucero desde España, en 2022, y desde México, en 2023, en esta ocasión la casa de modas francesa ha puesto rumbo a Escocia, región escogida como fondo, pero también principal motivo de inspiración, de su nueva colección Crucero de 2025. Y es que siguiendo con la manera de proceder de Maria Grazia Chiuri para la hora de perfilar cada una de las colecciones Crucero que idea desde su papel como directora creativa de las colecciones femeninas de Dior, cada destino escogido por la casa no solamente sirve de silencioso convidado de piedra para la celebración de cada nuevo desfile de una colección Crucero, sino que al tiempo lo hacen también como testigos, con presencia y voz, de los nuevos giros creativos que se abre a experimentar la diseñadora italiana bajo el paraguas de cada una de estas colecciones de pretemporada.
Para el caso concreto que ahora nos ocupa, siguiendo con el mismo ánimo que la ha guiado hasta el momento, y que pasa por aspirar a “instrumentalizar” la herencia y la vida de Christian Dior empleándola como principal fuente de inspiración de las distintas colecciones Crucero, en esta ocasión Chiuri ha puesto su foco en Escocia, con motivo de la presentación en 1955 en el condado de Perthshire, en Escocia, de una colección completa de 172 piezas diseñadas por Dior, desde un baile benéfico organizado en el interior del The Gleneagles Hotel. Una acción que repetiría el diseñador francés desde una activación similar organizada desde el Central Hotel de Glasgow, y que continuaría ya en 1960 la subsidiaria de la casa de modas francesa, una vez ya fallecido el diseñador, mediante la organización de un baile benéfico desde el Palacio de Scone. Una iniciativa que venía de este modo a responder, del mismo modo que Chiuri ha buscado hacer ahora, frente a la fuente de inspiración que alcanzó a ejercer al conjunto del patrimonio cultural escocés dentro del imaginario creativo de Christian Dior, tal y como él mismo diseñador se encargó de empezar a poner de manifiesto desde su colección Otoño/Invierno de 1947, entre cuyas piezas ya incluyó un conjunto de Alta Costura que bautizó bajo el título de “Écosse” (Escocia en francés).
Desde lo que de este modo se descubre como “una oda a la belleza del viajar, la colección Crucero 2025 de Dior perpetúa los poderosos lazos forjados entre Dior y Escocia”, defienden desde la casa de modas francesa a través de una nota. Unas “afinidades”, añaden, que Maria Grazia Chiuri ha querido venia a poner en valor, eligiendo además para la ocasión “los majestuosos jardines del Castillo de Drummond”. Rincón de Escocia que se ha escogido como punto para abrir “un nuevo capítulo significativo de este legado histórico”, por su naturaleza cargada de intenciones, al descubrirse “icónicamente escocés”, pero contando al tiempo con unas remarcadísimas “influencias renacentistas francesas e italiana”, pudiendo así servir “como escenario perfecto” para la presentación, desde Escocia, de una colección diseñada para una firma de moda francesa, por una diseñadora italiana. Creativa que ha terminado de poner el foco de atención sobre este capítulo tan concreto de la biografía de Christian Dior, a raíz del libro “Embroidering her Truth: Mary, Queen of Scots and the Language of Power”, de la historiadora y artista Clare Hunter; una obra que “sirvió de inspiración clave para la colección”, no dudan en reconocer desde la casa francesa, en relación a una obra desde la que Hunter ahonda en la utilización que hizo María Estuardo de la moda como herramienta desde la que poder reafirmar su poder como reina de Escocia, tanto en las cortes francesa y escocesa como durante los años que pasó cautivo tanto en Escocia como en Inglaterra, antes de ser condenada a muerte por conspiración en 1587.
Del “rojo martirio”, a los patrones en tartán y los “kilts” escoceses
Sirviéndose de las maneras y de los gustos con los que, relata Hunter en su obra, se servía la reina de la moda para hacer valer su condición como soberana de Escocia ante todos aquellos que la ponían bajo cuestión, Chiuri ha logrado moldear una vibrante propuesta que navega entre el romanticismo de las novelas de caballerías y la estética punk más propia de los movimientos contraculturales británicos, entre el pasado de la Escocia de María Estuardo y de Christian Dior, y el presente de hoy de la casa puesta bajo su dirección creativa.
Teniendo así pues bien presente ese discurso reivindicativo de la propia herencia de la casa que sustenta igualmente el conjunto de toda la propuesta, la colección se presenta desde una paleta cromática que avanza desde los violetas y verdes musgos que imprimen carácter a la campiña escocesa, hasta los dorados pardos de los campos en otoño resplandeciendo bajo la luz del sol, junto a azules, blancos, negros y grises piedra, coloraciones todas ellas relacionadas con el entorno natural de las Tierras Altas de Escocia. Tonos de entre los que se descubre como una coloración clave un intenso rojo burdeos, color que emplea Chiuri en clara referencia a cómo Hunter, en su obra, señala a cómo María de Escocia no dudó en vestir del mismo color el día de su ejecución, como referencia cromática católica del martirio.
Acompañando a estos intencionados tonos, guardando sus mismas dobles intenciones y múltiples referencias, como elementos distintivos de la colección también se presentan los estampados en tartán, gran protagonista de esta propuesta, y los acabados ilustrados con motivos en forma de planos de Escocia, de fotografías en las que se muestra aquella presentación de Dior en Escocia de 1955, de motivos heráldicos y referenciales al gusto medieval por los blasones y las armaduras de caballería. Elementos que dialogan par dar forma a la estética única que desprende esta colección Crucero, y estética que se termina de enfatizar con distintas reinterpretaciones de los tradicionales “kilts” escoceses, desarrollados por Dior y por Maria Grazia Chiuri en colaboración con la firma de moda emergente londinense Le Kilt; y con unos mensajes bordados sobre el exterior de algunas prendas en clara alusión a cómo María Tudor bordaba mensajes subversivos durante su cautiverio con los que poder seguir inspirando a su legión de seguidores.
“Es probablemente el único tejido elegante capaz de resistir a las modas”, dijo Christian Dior desde su “The Little Dictionary of Fashion” en 1954 sobre el tartán. Tejido que, presente tanto en contundentes como en muy ligeras combinaciones de fibras, se descubre como el gran “hilo conductor de esta auténtica celebración del ‘kilt’” que es esta propuesta, desde la que se les da cabida tanto en forma de piezas fabricadas “directamente en Escocia”, como de toda clase de otras reinterpretaciones. Ejercicio al que, una vez más, se ha vuelto a someter a la icónica chaqueta Bar de Dior, desde una propuesta en la que, nos relatan desde la casa francesa, como uno de sus principales atractivos nos encontramos con la amplia serie de colaboraciones emprendidas entre Dior y distintos proyectos locales escoceses. Unas colaboraciones en línea con la emprendida bajo el paraguas de esta misma colección junto a la británica Le Kilt, fundada por la diseñador británica Samantha McCoach y por su abuela, y especializada en faldas escocesas producidas desde Escocia, y que del mismo modo se han emprendido con otros proyectos comprometidos con la protección y la puesta en valor de la artesanía local textil, Harris Tweed, Johnstons of Elgin, Esk Cashmere, y Robert Mackie of Scotland.