Sabato De Sarno se estrena en Gucci trazando un “punto y aparte” con la era Alessandro Michele

Madrid – Como una de las grandes citas de esta última edición de la Semana de la Moda de Milán, este viernes 22 de septiembre la casa italiana Gucci, buque insignia del grupo internacional francés especializado en el sector del lujo Kering, presentaba la primera colección de debut del igualmente italiano Sabato De Sarno como director creativo de la firma. Una propuesta con la que el diseñador venía a marcar un claro y decidido punto y aparte en lo que había venido siendo la historia más reciente de la legendaria casa de modas italiana, planteando una enmienda a lo totalidad al lenguaje fantástico y romántico por el que se había caracterizado bajo la mano de Alessandro Michele, para en contra terminar echando a la casa italiana en brazos de un antagónico estilo reservado y discreto, mucho más alineado con ese gusto por el nuevo “lujo silencioso” que parece haber llegado para reinar en el sector.

Bajo el nombre de “Gucci Ancora”, la colección llegaba para rendir honor al color en rojo borgoña que el diseñador italiano, director creativo de Gucci desde el pasado 29 de enero de 2023, ha terminado escogiendo como el símil más cercano y la manera más gráfica desde la que alcanzar a resumir el conjunto de sensaciones e impresiones que ha tratado de transmitir con esta primera colección de debut creada para la firma de moda italiana, desde que pasase a liderar su departamento creativo procedente de las filas de la casa Valentino. Un así pues rojo “ancora” que se ha terminado erigiendo en el “leitmotiv” y principal hilo conductor de esta propuesta, ideada claramente a modo de colección manifiesto desde la que De Sarno ha venido a asentar y dejar claras las nuevas bases creativas y de estilo por las que va a pasar a regirse esta “nueva Gucci”, puesta bajo su dirección. Una casa que ha pasado a dejar de lado así el frenesí romántico y “aniñado”, en cuanto a tonalidades, patrones, estilos y lenguajes, por la que fuera reconocida durante su etapa anterior bajo la dirección de Alessandro Michele, para, marcando un tan claro como rotundo punto y aparte, descubrirse recubierta de una nueva pátina de callada elegancia y elevada distinción, como resultado de un brillantísimo trabajo llevado a cabo por el nuevo director creativo de la casa que no puede más que alabarse hasta el extremo. Trabajo realizado con la maestría de un escultor, que ha sabido cincelar a conciencia cada pieza para, y en su conjunto, desvelar un nuevo vocabulario creativo de líneas tan minimalistas y puras como de auténtico sabor italiano, y todo ello al tiempo que siguen manteniéndose fieles los códigos y símbolos más propios de la célebre e histórica casa de modas. Una casa Gucci que a pesar de los cambios sigue así “todavía” siendo y mostrándose claramente Gucci, y de ahí precisamente el apellido de “Ancora” (“Todavía” en italiano) que acompaña al color “Rosso Ancora” presentado por De Sarno en el marco de esta colección de debut, con una propuesta cuya imagen, en cuanto a diseño, responde a la de una serie de piezas tan sublimes en su corte como en su materialidad, pensadas para abarcar todos los momentos de la vida diaria de la mujer, como completa propuesta femenina de la casa para la próxima temporada Primavera/Verano de 2024.

“Es una historia sobre la alegría de vivir, de pasión, de humanidad, de personas, de vida real, de irreverente glamour, de provocación, de confianza, de sencillez, de inmediatos sentimientos y emociones, de un específico tipo de arte, de palabras; de palabras en forma de obras de arte, de palabras en imágenes, de palabras en espacios, de solo palabras”, trataba de explicar el mismo diseñador italiano sobre las pulsiones que lo han venido guiando a la hora de modelar esta colección de debut, a lo largo de una nota explicativa que se han encargado de difundir desde la misma dirección de Gucci. Se trata así de “una historia de riqueza y de lujuria/deseo”, construida “en rojo pero también en azul y en verde, de destellos, de espontaneidad, de luz”, como “una fiesta en las primeras horas del día”, que llega para “mostrar una historia, una que se siente orgullosa, que se manifiesta y que no guarda ningún tabú, aunque pueda parecer que debería hacerlo”, añade el diseñador, en lo que parece hacer una clara referencia a la nueva etapa de “luz” a la que viene a abrirse la casa de modas con esta colección, con la que se marca la apertura de una nueva etapa en el seno de Gucci, que no deja de tomar el testigo de las etapas anteriores que han venido para, a lo largo de las décadas, construir y contribuir al conjunto de su historia y de su legado. Una historia que, para lo que respecta a esta nueva era, se descubre “completamente libre” de cualquier atadura con ese mismo legado, y “desbordante de euforia”, apostilla De Sarno.

Entre borgoñas y limas

Sobre esta serie de características e intenciones más generales, sobre la pasarela la icónica casa italiana terminó mostrando una primera colección de debut de De Sarno como director creativo de Gucci, asentada sobre una tan contenida como vibrante paleta cromática, que, partiendo de una base de blancos y negros, avanzaba para dar paso, primero, a ese color marrón-oro que se asienta como color histórico de la casa, y desde ahí terminar dando la bienvenida a ese nuevo “rojo Ancora” que da nombre a esta nueva colección. Una tonalidad que además de aportar su toque más característico a la propuesta, también lo hacía de una dosis extra de sofisticación y elegancia, como parte de un espectro cromático que se termina de completar en tonalidades neutras a base de grises, marrones y beige, con los azules y marinos aportando profundidad y un intenso y “electrizante” verde lima el acento justo de “irreverencia”.

Si la paleta cromática, en su apreciación más objetiva, no terminaba por alejarse en cuanto a coloración de la utilizada en anteriores ocasiones para sostener las propuestas de creativos previos puestos al frente de su dirección creativa, la gran diferencia entre las etapas de Michele y esta nueva de De Sarno al frente de Gucci la encontramos ya en los mismos patrones de las piezas expuestas como parte de esta colección de debut. Una propuesta modelada en torno a un total de 55 looks de pasarela, que no pueden más que sobrecoger al atender a la brillante sinfonía de cortes, volúmenes y texturas que ha compuesto el diseñador italiano. Piezas entre las que volvimos a encontrar, como hilos de conexión con la historia de la casa, desde a su histórico estampado con patrón en anagrama con la doble “G” de Gucci, hasta con los acabados iridiscentes y bordados con pedrerías que tanto caracterizasen sus propuestas durante su anterior era Michele. Todo ello eso sí sobre una sucesión de diseños de líneas esculturales y puras cien por cien De Sarno, y de entre los que sobresalen de manera destacada desde esa serie de vestidos trapecio en escote palabra de honor o en cuello redondo descolgado, a los diferentes conjuntos minimalistas de shorts y chaqueta de corte sastre, o las elegantísimas faldas de piel en acabado brillante y apertura frontal dotadas con la capacidad de elevar cualquier look de día o de noche, descubriendo con ello las claras intenciones del diseñador de dar forma a una colección capaz de precisamente de eso; de responder, con elegancia y distinción, a cualquier necesidad de cualquier mujer para su vida diaria.

“Es una historia de gente fabulosa y diversa”, construida como una sucesión de “imágenes de Getty de gente ‘cool’ de todas las edades”, y que resulta “inclusiva” puesto que “todos son bienvenidos”, añade el mismo De Sarno. Igualmente, y de manera algo más detallada, “es una historia de películas, de mi querida Italia, de intelectuales y de viajes alrededor del mundo, pero en la que no dejas de sentirte como en casa estés donde estes”. “Una historia de objetos, brillantes, táctiles, fríos al contacto con la piel, pero cálidos para el corazón y para el alma, que son deseables de coleccionar, pero no para atesorar en ningún museo, sino para enriquecer la vida de diario”, explica el diseñador italiano. Siendo así esta una colección ideada como “una historia de música y de salidas por la noche, de sudor, de baile y de canciones”, una “historia de familia, de besos, de muchos, muchos besos”, una “historia sobre todo, de nuevo, pero esta vez expresada a través de la alegría”.