Todo sobre “Spray-on”: la solución textil de Fabrican y del español Manel Torres que ha “roto” PFW
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Esta última edición de París Fashion Week, que ya va a tocando a su fin, cuenta con un claro antes y después, punto de inflexión que ha marcado el desfile organizado por la francesa Coperni, organizado a modo de broche de oro de las presentaciones del calendario oficial programadas para este pasado viernes 30 de septiembre. Un espectáculo del que ya hemos venido hablando desde FashionUnited, y que ha terminado destapándose como el fenómeno más viral de entre todos y cada uno de los momentos que se han venido sucediendo a lo largo de esta última edición, y no sin justo merecido. Resultando, más allá del impacto de las imágenes de esa escultural Bella Hadid siendo rociada por una desconocida solución en spray, como lo que realmente puede provocar un nuevo e importantísimo avance en materia de innovación textil, gracias a los incansables pasos que en esa misma dirección ha venido dando el español Manel Torres, el genio renacentista que se encuentra detrás de la disruptiva compañía, con sede en Londres, Fabrican Ltd. y de su patentada solución textil en aerosol “Spray-on”.
Aunando a un mismo tiempo las inquietudes que guardaba Torres sobre los campos de la innovación y del diseño, inquietudes que fueron las que, hace ya más de dos décadas, le llevarían a trasladarse hasta Londres para completar sus estudios en arte y moda por la EATM de Barcelona con un máster en diseño de modas y un doctorado en filosofía aplicada al diseño de moda femenino por el Royal College of Art, Fabrican iniciaba su andadura en el año 2003, como continuación de la propia tesis doctoral sobre el tejido en aerosol de Torres. Un trabajo que realizaba en colaboración con el departamento de ingeniería química del Imperial College de Londres, presentando ya unas patentes registradas para su disruptiva solución “Spray-on” sobre las que desde entonces ha continuado trabajando, primero desde los propios laboratorios del Imperial College, y ya posteriormente desde los actuales laboratorios de Fabrican en el London BioScience Innovation Centre (LBIC).
Como hilo conductor de todo este trabajo, y en lo que culminaba con esa impactante presentación sobre el cuerpo de Bella Hadid, se ha mantenido en todo momento la clara decisión de Torres por tratar de conseguir una solución única de tela en spray, que ya es una realidad, y con la que perseguía atajar un buen número de las problemáticas que sigue presentando a día de hoy la industria de la moda y de la confección. Problemáticas que hablan de ese excesivo uso de recursos naturales y de materias primas para la fabricación de esas prendas con las que nos vestimos a diario, de la complejidad de abordar los procesos para la gestión de esas mismas prendas una vez que llegan al final de la vida útil, o de ese lado oscuro que siguen mostrándose tras las prendas a muy bajo precio, y que en la mayoría de los casos hablan de unas condiciones de trabajo poco dignas y valoradas en algún país exportador, principalmente del sureste asiático. Factores todos ellos frente a los que Torres respondía con una única respuesta: la creación de una solución en spray capaz de revertir el excesivo uso de materiales, y acortar y abaratar los procesos de producción.
Del mundo de la moda, al terreno sanitario
Tras años de investigación y experimentación, era así como Torres lograba finalmente lograr su solución, patentada, “Spray-on”, resultado del trabajo multidisciplinar que, haciendo converger en una misma dirección los campos de la moda, de la investigación y del diseño, ha guiado su mente y su mano a lo largo de estos últimos años al frente de Fabrican. Siendo la suya una solución en spray ideada específicamente para el diseño de modas, pero que, respondiendo precisamente a ese carácter multidisciplinar y colaborativo entre distintas disciplinas que ha llevado hasta su creación, guarda el potencial para ser empleada en otros muchos ámbitos de la industria, y especialmente en el terreno de la medicina. Siempre además guardando los mayores estándares en cuanto a calidad y personalización, haciendo así de ella una solución tan versátil como imaginativa y cuyas limitaciones solamente están allá donde nuestra mente decida ponerlas.
De este modo, y tal y como explican desde la propia Fabrican, “Spray-on” puede utilizarse “para hacer ropa innovadora que se puede lavar, volver a utilizar e incluso integrar con dispositivos de diagnóstico que permitan monitorear la salud” de quien las lleve, mostrándose así especialmente útil para la confección de prendas deportivas de alto rendimiento. Pero no obstante “existen muchas otras aplicaciones”, subrayan desde Fabrican a través de un comunicado, entre ellas las que pueden darse en ese terreno de la medicina donde “Spray-on” puede emplearse para “aplicar vendajes estériles en aerosol sobre la piel quemada sin aplicar ninguna presión; para parches para la administración de medicamentos que pueden liberar la dosis óptima directamente al cuerpo” o “para fabricar livianos moldes de yeso impermeables” y hasta “estructuras instantáneas y livianas para fomentar el crecimiento de bacterias o de colágeno”.
Prendas plenamente circulares, no tejidas y sin costuras
Para llevar a cabo su cometido, y centrándonos ya en este punto en las aplicaciones que “Spray-on” presenta para el ámbito de la moda, esta solución en aerosol de la Fabrican de Manel Torres se muestra como una solución que permite a los diseñadores crear prendas únicas y personalizadas hasta el extremo, a través de un revolucionario proceso que consiste en simplemente rociar el material líquido directamente, ya sea a través de lata o de pistola, sobre el cuerpo. Pudiendo igualmente optarse por otros sistemas, como el de valerse de rociadores industriales o de tecnología de robots o de impresión 3D para aplicar la solución, material que también puede aplicarse, más allá del cuerpo, sobre cualquier tipo de otro soporte físico.
El resultado de este proceso, será una segunda piel perfectamente ajustada, ya sea al cuerpo o al soporte, en forma de una prenda no tejida instantánea y sin costuras. Una pieza que la tecnología de Fabrican permite que pueda terminar estando confeccionada tanto en materiales naturales como sintéticos o reciclados, que van desde la lana y el mohair, al algodón, el nailon o la celulosa. Y eso sin olvidar su capacidad para incorporar elementos de una nanotecnología que pueden resultar especialmente útiles para el terreno de la moda deportiva, como ya igualmente para los sectores de la medicina o de la belleza.
“La tecnología consiste en fibras cortas unidas entre sí con polímeros y biopolímeros, más unos disolventes ecológicos que conforman un tejido en estado líquido, que se evapora cuando el spray toca una superficie”, momento en el que, explican desde Fabrican, se terminará mostrando esta suerte de mágica tela cuya textura final resultante dependerá en cualquier caso tanto los componentes de esa base líquida, como del proceso de aplicación. “La textura de la tela se puede cambiar en función de las fibras”, entran a detallar, pudiendo escoger entre “sintéticas y naturales, como el algodón, lino poliéster o nailon, así como recicladas”, y del “aglutinante utilizado y de la forma en la que se aplica el spray”. Unos factores que terminan por dotar de una mayor incluso versatilidad a esta disruptiva e innovadora solución, que tampoco podemos decir que guarde pocas ventajas en términos de sostenibilidad y de contribución a esta aventura hacia la circularidad que está llamada a marcar el futuro de la industria de la moda.
“La tecnología textil de Spray-on respalda todos y cada uno de los aspectos ligados a la filosofía por la reparación, la reutilización y el reciclaje de una economía circular”, aseguran desde Fabrican; al tiempo que aclaran cómo “una capa de Spray-on se puede utilizar para reparar y renovar un material dañado o desgastado, prolongando así la vida útil de los productos”. Ademas, “los fabricantes puede utilizar fácilmente todos los componentes de Fabrican, tanto líquidos como sólidos, lo que reduce el consumo de materias primas, la demanda de energía y la proliferación de desechos”, mientras que la “química que sostiene la solución Spray-on a partir de una suspensión líquida, significa que al final de su vida útil, las telas rociadas pueden volver a disolverse y nuevamente ser rociadas”, cerrando así el círculo de su valor como una solución plenamente sostenible y circular.
“El deseo universal de vestir a la moda es tan antiguo como la historia misma, y nunca la ciencia había ofrecido tantas posibilidades al estudio del diseño y al consumidor”, apuntan desde la tecnológica. “A lo largo de la historia”, añaden, “nuestro deseo de disponer de un cierto placer estético ha encontrado respuesta en una tecnología capaz de diseñarlo”, especialmente en algo que pudo descubrirse durante un siglo XX que “nos dio una deslumbrante paleta de ricos y sintéticos colores”, mientras se abría “la fabricación con todas las fibras naturales, procediendo a una democratización” sin precedentes “del antiguo lujo que era la moda”. Y siguiendo con esa evolución, apostillan, “en el siglo XXI deberíamos hacer que pro primera vez la ciencia y el diseño realmente marchen juntos de la mano, ilustrando así su interdependencia”.