Una conversación con las españolas semifinalistas del Redress Design Award 2023
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A finales de abril conocíamos la lista de diseñadores emergentes que pasaron a la semifinal del premio internacional por la sostenibilidad Redress Design Award 2023.
Mariona Urgell Baiori y Júlia Cots, estudiantes de LCI Barcelona, conquistaron a los integrantes del jurado que estaba compuesto por un amplio abanico de expertos en el sector de la sostenibilidad y representan a España en esta segunda fase de la clasificación donde se disputan un puesto en la final contra otros 28 concursantes de todo el mundo.
Desde FashionUnited hemos podido hablar con ellas y Estel Vilaseca, Directora del Departamento de Moda de LCI Barcelona, para conocer más en profundidad sus propuestas y la clave de su éxito.
Mañana se conocerá quien pasa a la ronda final del concurso promovido por el Gobierno de Hong Kong y reconocido como uno de los más relevantes en el panorama del diseño de moda sostenible a nivel mundial.
“Otherness”, por Mariona Urgell Baiori
Formación
Estoy acabando Diseño de Moda en Felicidad Duce, la Escuela de Moda de LCI Barcelona. Durante mi tercer año hice un Erasmus en el London College of Fashion, donde me especialicé en sastrería clásica inglesa. Paralelamente a mi formación académica, he realizado prácticas en el taller de vestuario Época Barcelona y el atelier de moda nupcial Irene Toledano, donde he trabajado principalmente el bordado.
¿Y en materia de sostenibilidad?
Mi interés por la sostenibilidad comenzó en el instituto, cuando asistí a charlas y cursos de formación que me acercaron al movimiento ecologista. Cuando empecé en el mundo de la moda me preocupaba que esta industria no fuera acorde con mis valores, así que decidí investigar sobre moda consciente.
Durante mi carrera también he cursado algunas asignaturas en las que se han utilizado técnicas sostenibles, como el upcycling, la impresión con tintes naturales o la impresión 3D con filamentos reciclados.
¿Qué dificultades conlleva el desarrollar un proyecto sostenible?
Creo que la mayor barrera es la económica, ya que cuanto mayor es la composición natural de un tejido (como es el caso de las sedas utilizadas en mi colección) más caros son.
Y luego está el tema de las deadstock o telas de desecho, pues no siempre están en las mejores condiciones, hay que limpiarlas y, a veces, desperdiciar trozos que ya no se pueden utilizar. Por otra parte, a menudo es imposible conseguir tejidos iguales o parecidos, por lo que hay que tener mucho cuidado al diseñar los patrones, que a veces hay que hacer al bies para que encajen.
A nivel estético, no conseguía los colores vibrantes que quería para mi colección a base de tintes naturales. Pero descubrí por casualidad que dos de las sedas que utilizaba, al hervirlas, soltaban grandes cantidades de color, y pude aprovecharlas para teñir seda natural, empleando la técnica del tie-dye.
¿En qué se inspira tu colección?
Mi colección se inspira en la obra clásica del dramaturgo estadounidense Tennessee Williams “Un tranvía llamado Deseo" (A Streetcar Named Desire, 1951) para abordar el tema real: la belleza femenina como moneda de cambio y cómo la sociedad la devalúa con el tiempo.
Motivada por el consumismo y la búsqueda constante de nuevas prendas que se adapten a las tendencias, donde la ropa ya no tiene longevidad y se desecha antes de tiempo, he utilizado siluetas y prendas que han persistido a lo largo de la historia de la moda para crear una propuesta atemporal, con el objetivo de dotar a las prendas de una vida más larga.
¿En qué consiste?
Mi propuesta para el Redress Design Award 2023 consiste en tres looks, con un total de 18 prendas con las que intento revisar desde un enfoque posmoderno el vestuario de Blanche DuBoise, la protagonista de Un tranvía llamado deseo.
Aunque me he visto limitada en algunos sentidos por el diseño sostenible, como en la elección de tejidos, también me ha animado a explorar nuevas técnicas creativas. Por ejemplo, para el abrigo del primer look y los pantalones del segundo, he dado nueva vida a restos de tela vaquera cortándola en tiras y entrelazándolas en modo de tafetán.
Otro manipulado de tejido que he usado, ha sido el acolchado de la bolsa del primer look y la tira del poncho del segundo, que están hechos a partir de este tejano descartado, seda natural y rellenado con perlas pequeñas de un kit de joyería infantil.
Atendiendo a la técnica zero-waist, los monos de tul elástico que van debajo de cada look, los hice digitalizando el patrón, editándolo por ordenador con Gerber y CLO 3D y colocándolo después encima del estampado en Photoshop de manera que se desperdiciara el mínimo de cada metro.
Aludiendo a la necesidad del personaje para ocultar su vejez, los looks constan de varias capas que funcionalmente nos permiten jugar con las prendas y crear múltiples looks totalmente diferentes que les dan más vida. Además, varias de ellas son ajustables y transformables, como es el caso de las faldas y ligueros con medias de mohair debajo.
Esta tendencia del layering y de las prendas multiusos y ajustables en talla se está viendo tanto en la pasarela como en la calle, y me parece una propuesta accesible para un consumo más responsable que alarga la vida de las prendas.
Aparte de estos looks, si pasamos a la final, el concurso pide dos más, uno para la pasarela y un diseño digital en colaboración con una empresa asociada a Redress.
Proyectos de futuro
Después de terminar mi colección final de carrera y su fashion film, quiero plantear un evento de presentación como diseñadora, y en un futuro me gustaría hacer un máster de vestuario para especializarme en indumentaria para espectáculo y cine, ya que mi objetivo profesional es convertirme en diseñadora de vestuario.
“EXO”, por Júlia Cots
Formación
Estoy en mi último año en LCI Barcelona, donde estudio diseño de moda, algo que he tenido en mente desde que era pequeña.
¿Y en materia de sostenibilidad?
Aunque tenía conocimientos previos sobre sostenibilidad, ha sido al involucrarme en este proyecto cuando más he aprendido al respecto. Toda la investigación e información sobre fibras, tejidos y materiales que he recopilado durante el proceso de diseño me ha aportado nuevos enfoques, ya que he conocido iniciativas muy interesantes, que incluso he aplicado a los diseños que propongo.
¿Qué dificultades conlleva el desarrollar un proyecto sostenible?
Hasta ahora no había hecho un proyecto tan amplio como esta colección. Es cierto que en la universidad trabajas en proyectos en los que abarcas las diferentes áreas que intervienen en el diseño, pero trabajas más bien por partes, mientras que en este proyecto tienes que abarcar todo a la vez.
La mayor dificultad con la que me he encontrado a la hora de enfocar esta colección desde el punto de vista de la sostenibilidad ha sido la selección de los tejidos. Aún no hay tejidos sostenibles en muchas tiendas físicas, por lo que adquirirlos es más complicado y conlleva más tiempo, pues pedir muestras y/o comprar por Internet implica plazos de entrega más largos.
Además, no hay tanta abundancia en comparación con otros tejidos, por lo que existe cierta limitación en este aspecto.
¿En qué se inspira tu colección?
EXO, como he llamado a mi colección, forma parte del escenario en el que los humanos se convierten en una especie interplanetaria. A primera vista parece un concepto lejano y futuro, pero ya hay varias propuestas que planean hacer precisamente eso en menos de una década.
Creo que será el próximo gran paso de la humanidad, teniendo en cuenta la cuestión del cambio climático, los avances tecnológicos y demás.
Contemplé este concepto como si fuera una película, imaginé los aspectos visuales de esta nueva realidad e ideé el vestuario en consecuencia.
¿En qué consiste?
Como esta realidad supondría la aparición de una nueva civilización, he querido mezclar los aspectos más técnicos y futuristas del espacio y su tecnología con los tejidos de las primeras civilizaciones en diseños que combinan el pasado con el futuro.
La impresión en 3D desempeña un papel importante en esta colección. Se utilizan dos tipos de filamento, uno flexible que se puede fundir y reutilizar y otro que fabrico yo misma a partir de botellas de plástico, cortándolas en tiras y luego convirtiendo esa tira a través de una boquilla de alta temperatura en un filamento imprimible en 3D.
Proyectos de futuro
Aunque estoy a punto de terminar la universidad, todavía no puedo decir dónde me veo cuando me gradúe, pero sé que me gustaría vivir en el extranjero durante un tiempo.
La idea de empezar mi propia marca me atrae pero creo que es demasiado pronto para eso ya que apenas sé cómo funciona la industria por lo que considero que formar parte del equipo de diseño de una marca sería el primer paso.
También tengo pensado especializarme más en impresión 3D, ya que es una herramienta que me fascina y quiero ser capaz de explotar todo su potencial.
Ser la única escuela de España representada nos hace especial ilusión
Como portavoz de LCI Barcelona, Estel Vilaseca, Directora del Departamento de Moda de la escuela, ha expresado a FashionUnited su emoción por el hecho de que dos de sus estudiantes hayan sido seleccionadas como semifinalistas en este importante concurso internacional, especialmente dada la creciente importancia de los enfoques sostenibles en la industria de la moda y sus procesos, algo que dicen estar trabajando para integrar cada vez más como parte central y con un enfoque holístico dentro de su programa educativo.
"Formar parte de esta preselección compuesta por alumnos de todo el mundo y ser la única escuela de España representada nos hace especial ilusión", ha explicado Vilaseca, valorando positivamente la madurez conceptual del proyecto de Mariona y la iniciativa de Júlia a la hora de dar forma a su propia máquina 3D.
Desde LCI Barcelona animan cada edición a sus alumnos a participar en el concurso. Todo aquel que lo desee puede presentar sus proyectos, que, como colecciones finales, son supervisados por sus tutores, liderados por Gabriel Torres, Director de Proyectos.
Uno de los principales retos en materia de sostenibilidad a los que se enfrentan a la hora de preparar a sus estudiantes para trabajar en la actual industria de la moda es que entiendan este concepto como una parte intrínseca de sus procesos, ya que ellos son el futuro del sector.
Con una renovación de la legislación europea —con especial foco en materia de greenwashing pero que pretende regular por primera vez el grueso de la industria— a la vuelta de la esquina, están trabajando en cómo introducirla en las aulas, pues las empresas tendrán que adaptarse a ella y, por tanto, buscarán gente que “ya venga con la lección aprendida” a la hora de ampliar sus equipos.