Así es Revolt, la marca masculina que propone unir moda, arte y virtualidad
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Buenos Aires – En 2018, con la idea de la crear una marca que los identificara, los hermanos Daniel y Samuel Cho, dos jóvenes coreanos instalados en Argentina desde hace más de 30 años empezaron a pensar en la ropa que les gustaba y juntos, después del trabajo, se sentaban a diseñar. “Sentimos que acá había una escasez de moda masculina. Revolt tiene que ver con una revolución, con una rebeldía desde un lugar maduro y no adolescente. Nosotros queríamos romper con ciertas cosas, poder otorgar cierta calidad a un precio mucho más accesible para el consumidor. También, crear prendas básicas y cancheras que hagan sentir bien a quienes las usan”, explica Daniel.
La marca había anunciado su lanzamiento para marzo de 2020, pero la pandemia cambió los planes. Revolt se hizo realidad para el público recién en junio de ese año y de manera virtual. “Nos costó al principio, pero empezamos a hacer cosas diferentes que fue siempre nuestra idea. Contactamos artistas y músicos underground para que hicieran conciertos en vivo desde nuestra cuenta, tocando desde su casa” comenta Samuel. Esos eran los comienzos innovadores de una modalidad que después fue habitual en la pandemia, pero lo novedoso no quedó ahí sino que significó el inicio de algo que hasta hoy caracteriza a la marca desde su ADN.
Moda, arte y virtualidad
La propuesta es atemporal y en formato de cápsula. “Todas nuestras colecciones son de stock limitado y de buena calidad. Usamos algodón pima y paños italianos, entre otras cosas. La gabardina la hacemos nosotros y el calzado también es argentino. Lo único que hacemos en el exterior son prendas que llevan insumos que acá no conseguimos, pero no queremos limitarnos a no tenerlos. Tratamos de fabricar lo máximo posible acá”, dice Samuel.
A partir del lanzamiento de la marca, los hermanos Cho empezaron a contactar a distintos artistas para llevar adelante varios proyectos: “Empezamos a hacer colaboraciones con un tatuador que diseñó una estampa para una edición limitada; también con un caricaturista que hizo una ilustración para nosotros y estábamos pensando en nuestra próxima cápsula cuando conocimos a los chicos de Bifrost, porque en la pandemia nos metimos de lleno en el mundo de la blockchain. Así fue como decidimos hacer una cápsula y trasladarla al metaverso, para eso empezamos a tratar de contactar a artistas que a nosotros nos gustan y logramos hablar con Diego Roa, Henrry Anglas y Alejandro Clementoni, entre otros.”, cuentan.
De esa mamera, nació Journey to Metaverse, algo más que una cápsula de prendas intervenidas por distintos artistas. “La idea tiene que ver con hacer prendas únicas y eso convertirlo en un NFT para la blockchain. Esa es la idea más literal, la esencia de todo esto era crear una comunidad de emprendedores y hacer algo diferente”, explica Samuel y agrega “La propuesta fue: nosotros les damos el lienzo que es la prenda, el artista hace su obra donde muestra cómo se vestiría en su mundo”. Las prendas existen tanto de manera física como virtual, quien adquiera el NFT se puede llevar la física también. La compra es solamente virtual. Son piezas únicas y el valor de cada una es de 1 Ethereum. “Tenemos ganas de hacer cosas diferentes y darle a través de nuestra marca un espacio a artistas y emprendedores”, concluye Samuel.